Los Elefantes celebran 20 años de ska por todo lo alto

El ambiente que circulaba en el Teatro Mayor en la noche del jueves 30 de marzo era de ansiedad. Se notaba en los asistentes que llegaron a tiempo para cumplirle la cita a una banda que celebraba 20 años de ska, de cantarle a la ciudad; una banda que apareció cuando otras también comenzaban a escribir su historia como La Severa Matacera, Desorden Social, Alerta Kamarada, Malas Burlas y, más adelante, Skampida y Doctor Krápula. Ese ha sido el sello infalible de Los Elefantes.

Fotos: Fox // @Fox_ph

El show de celebración de este legado comenzó con la canción que le da nombre a su más reciente álbum Capitán Latinoamérica y estuvo seguido por canciones como Tócame ese calypsa huai, Mi papá es el cómico vinagre, 16 noches, No siendo más uno, Nadie sabe y Si yo fuera Elvis no te habría dejado ir, coneja.

Durante todas estas canciones el público estaba esquivo entre pararse a bailar o seguirles el ritmo en las sillas, pero Ojos colombinos logró romper la tiesera de la gente que se convirtió en parte del show y con palmas hicieron la intro de Ben zoná, cariño. El saxofonista Plutarco Guío y el clarinetista “el Panadero”, los acompañaron en esta canción.

Siguiendo los pasos de aquellos músicos de las big bands de los cuarenta, las orquestas de porro de los cincuenta, los músicos de Jamaica de los sesenta con sus uniformes y la postura de artistas como The Specials o The Selecter en los setenta y ochenta, Los Elefantes marcan un estilo en el que a la vez recogen la tropicalidad colombiana y el carácter latinoamericano. Para seguir con su celebración, la banda tocó Al huateque, compuesta para este festejo. En este momento el show ya era una fiesta. Don tomate, Peche, Opium Street y Salsa soya continuaban con el parrandón de tambores acompañados por la tuba. Estas dos últimas estuvieron acompañadas por los videoclips de fondo. La primera parte del concierto, antes de un interludio, cerró con uno de los grandes clásicos de Los Elefantes: Boca' e caimán.

Al regresar al escenario la orquesta estaba completada por más de veinte personas en el escenario, listos para tocar Cocheche, Bugsy´s team Yo soy un gigoló / no tengo a nadie, Superqueso, Mira qué bueno que está o Matanga, que mostraron todo su sonido universal.

Al final del show el público los esperó pacientemente para firmar discos o tomarse una fotografía como muestra de gratitud por calentar con su sonido una fría noche bogotana.