Los 90 nos dejaron muy buena música. En el mes de la mujer, recordamos que también nos dejaron grandes enseñanzas sobre el género, la equidad y la feminidad.
Por: Paula Ricciulli
1.
Ser mujer no es vestir de rosado
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Just a Girl de No Doubt nos enseñó a mandar al carajo las convenciones de la feminidad. Gwen Stefani y su banda nos prueban que ser “solo una niña” no es sinónimo de sumisión o debilidad. Nos cansamos de ser un prototipo único de mujer.
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2.
No podemos quedarnos calladas
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Hoy el acoso callejero ha ganado cada vez más relevancia que nunca, como una manifestación cotidiana (y a menudo inadvertida) del machismo. Pero hace varios años, Aterciopelados con Cosita seria nos invitaba a “superar el qué dirán” y a tomar posición sobre esos comentarios no deseados sobre nuestro cuerpo.
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Puede que resulte un poco exagerado el final del protagonista de la canción (“por echar piropos sucios, le cortaron el capullo”), pero es una gran invitación a no quedarnos calladas ante el acoso.
3.
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Tenemos el poder de decidir con quién estamos
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Es frecuente que cuando una mujer rechaza a un hombre, se diga de ella que lo mandó a la friendzone, por antipática o fría.
Lo cierto es que no estamos obligadas a aceptar a alguien en quien no estemos interesadas (como el tipo de No Scrubs de TLC, que no suena muy interesante que digamos), sin temer ser percibidas como odiosas o malas personas.
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4.
Aceptemos nuestro cuerpo como es
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Una de las grandes luchas del feminismo es que la mujer no se sienta menos porque su cuerpo no pertenece a un determinado estándar de belleza.
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Aunque parezca una canción más bien machista, Baby got back, de Sir Mix a Lot, nos enseña a aceptar nuestras curvas y a reírnos de esos que quieren imponernos una forma única de vernos.
5.
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Solo nosotras decidimos cuándo tener sexo
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A lo largo de su vida, muchas mujeres sienten que para ser aceptadas por un hombre deben acceder a tener sexo siempre que él lo desee.
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De Genie in a Bottle, de Christina Aguilera, aprendimos que si no queremos, nadie debe obligarnos a tener sexo. Y algunos años después, con Dirrty, Christina nos enseñó que tampoco está mal tomar la iniciativa y mostrar que también deseamos ser sexuales y poderosas.
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6.
No está mal tener carácter
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Cuando una mujer es fuerte y habla con propiedad de lo que no está de acuerdo, es percibida como mandona u odiosa. Con Bitch, Meredith Brooks se apropia de una palabra con una connotación negativa, para darle un nuevo significado.
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Está bien ser como somos, y está bien no ser unidimensionales. Como dice la canción “no quisieras que fuera de otra manera”.
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7.
Debemos apoyarnos
Es frecuente que para referirnos a otras mujeres usemos frases como “qué perra” o “mucha grilla”, cuando toman decisiones que no compartimos sobre su cuerpo o su aspecto físico.
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En UNITY, Queen Latifah (sí, ella fue rapera y qué rapera), nos invita al respeto mutuo y a darnos la mano entre todas, sin criticar. Abracemos la unidad y dejemos atrás el dicho según el cual “la peor enemiga de una mujer es otra mujer”.
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8.
Podemos divertirnos solas
“¿Vienes sola?” es una pregunta que las mujeres están acostumbradas a responder (y cansadas de hacerlo) cuando salen sin compañía a cine, a un bar o de viaje. La verdad es que podemos divertirnos sin que un hombre nos acompañe, aunque eso siga escandalizando a muchos.
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Man, I feel like a woman, de Shania Twain, es una invitación a sentirnos libres y dejar atrás los prejuicios.
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9.
Podemos mostrar vulnerabilidad
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En nuestro afán de alcanzar la equidad de género, a menudo las mujeres pensamos que debemos igualarnos al hombre. O, si decimos lo que pensamos, tememos ser llamadas histéricas. También existen hombres que creen que mostrar sus sentimientos va en contravía con la masculinidad.
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Por eso, es importante que dejemos de pensar, como dice You Gotta Be de Des’Ree, que tenemos que ser fuertes, rudos, sabios, y calmados todo el tiempo. No está mal compartir nuestras emociones.
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10.
Nadie debe criticarnos por nuestras decisiones
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“¿Así vas a salir vestida?”, o “¿Eso sí le va bien a tu cuerpo?” son algunos ejemplos del escrutinio diario que enfrentamos las mujeres.
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None of your Business, de Salt n Pepa, nos enseña que las decisiones que tomamos sobre cómo vestirnos y qué hacer con nuestra vida y nuestro cuerpo solo deben importarnos a nosotras. Al próximo que pregunte “¿Y por qué no quieres tener hijos?” hay que responder como la canción: “¡No es asunto tuyo!”.
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