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¿Cómo creó Aerosmith una de las canciones más adictivas del rock?

La historia detrás de la mítica “Walk This Way” de Aerosmith.

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Epsilon - Getty Images Europe

Comenzamos a hacer cuenta regresiva para el regreso a Bogotá de una de las bandas más espectaculares, en todo el sentido de la palabra, del mundo roquero. Un lugar que se han ganado por el brillo incandescente de Steven Tyler y por ser dueños de clásicos como la pegajosa Walk This Way.

Por: José “Pepe” Plata // @owai

¿Cómo puede una canción reinventarse o llegarle a una nueva generación justo cuando ya tenía una historia? La fórmula no está escrita y así como algunos apuestan por versiones estilizadas o también versiones que convierten a la original en otra cosa, hay algunas que logran salir adelante con un vigor llamado colaboración. Aerosmith bien lo sabe.

Mientras en los años setenta Aerosmith labraba su camino mostrándose como una banda de rock que tenía como epicentro a Boston, paralelamente las calles de Nueva York y Chicago iban viendo cómo una cultura musical de ghettos emergía. Se trataba del hip hop. El quinteto de Steven Tyler ya presentaba discos y ganaba popularidad en los listados de ventas, pero también vivía una faceta oscura de drogas y alcohol que por poco opacan los esfuerzos musicales. Justo en 1975, con la publicación de su tercer disco Toys in the Attic, apareció una canción mítica no solo dentro del repertorio de la banda sino para las culturas pop y rock en general.

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Se trataba de Walk this Way, una poderosa consecución de riffs y juegos vocales que nunca ha de faltar cuando se hace referencia a la banda. La idea de ella nació en diciembre de 1974 cuando la banda se encontraba en Hawaii. Una pequeña improvisación dio la idea para una canción que se grabaría en Nueva York en 1975. Fue lanzada como sencillo y alcanzó buenos registros de popularidad en 1977. 

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Aerosmith continuaba con una sinuosa carrera musical de discos, drogas y escándalos. Pero en las calles, el hip hop comenzaba a reinar. Nueva York se daba cuenta del poder de los tornamesas, el baile, el scratch y todos los elementos de esta cultura. El sonido que salía no tenía guitarras, bajos o baterías. Era una combinación de beats, voz y mucha descarga e improvisación.

En los ochenta la banda tan solo lanzó dos discos entre 1980 y 1985: Rock in a Hard Place (1982) y Done with Mirrors (1985). Mientras tanto, el naciente canal MTV tenía las riendas de la difusión musical con un producto de consumo de alto impacto: el videoclip. Siendo lanzado en agosto de 1981, el canal se convirtió en la vitrina de exposición más rápida de la industria. Así fueron apareciendo Madonna, Michael Jackson, Toto o Billy Joel. Pero en ese universo Aerosmith poco aparecía.

La música de Aerosmith, si bien había sido un estandarte de los setenta, no se acoplaba a las tendencias de los ochenta. Ya existían otras maneras de entender el heavy metal con grupos como Metallica o Iron Maiden. Ya existían etiquetas como thrash o speed metal. ¿Y entonces cómo se podía llegarle a una nueva audiencia con algo que les fuera creíble y consumible, pero a la vez divertido?

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La respuesta fue, justamente, con un video. Rick Rubin, productor del disco Raising Hell de Run D.M.C, le mostró a la banda aquel legendario disco de Aerosmith, Toys in the Attic. Los hoppers se sintieron reticentes a ese sonido, pero poco a poco fueron cediendo. No era para menos. La calidad de la canción hizo que hubiera una atracción hacia el sonido y su posibilidad de expansión.

Run D.M.C. relanzó Walk this Way y contó con la participación de Joe Perry y Steven Tyler. El video muestra una especie de confrontación entre el rock y el hip hop. Pero luego se ve que se complementan perfectamente. Salía a flote una relación musical que no ha parado. No en vano la canción daba para cosas de ese tipo y la vida sonora de Aerosmith tuvo un nuevo impulso. Al año siguiente lanzaron su disco Permanent Vacation y dos años después, Pump. La década se cerraría con un repunte en la carrera de la banda de Boston y con la consolidación del hip hop como parte de la industria musical. 

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Esa unión sonora abrió espacio para la presencia del hip hop en el rock, el metal y otras formas sonoras. No en vano, se escuchó y vio en los noventa con la película Judgement Night (en la cual grupos de rock se unen con proyectos de hip hop para hacer canciones), con Rage Against the Machine, Limp Bizkit o hasta con Britney Spears. 

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De seguro, un repaso sonoro del impacto de esta canción vale la pena. No solo gustó en los setenta, ochenta y noventa. También en este milenio gusta...y le gusta hasta a los pitufos.

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