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Cómo parir una película en Colombia desde la independencia

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Por: Luis Fernando Mayolo @mayolito

En el cine colombiano el concepto de cine de amigos puede ser la diferencia entre hacer una película o quedarse con las ganas. Entenderlo es un acto natural de sobrevivencia, porque lejos de las grandes maquinarias, la única manera en que los proyectos independientes han logrado irse abriendo camino, ha sido gracias al espíritu de sus directores y por supuesto a todo el parche de creyentes que los han acompañado con tan solo el interés de contar una historia en la pantalla grande o a través de medios alternativos.

Al final detrás de los pequeños equipos de realización se puede apreciar el esfuerzo de muchas personas, que con su trabajo, apoyo o donación se convierten en los socios de un sueño. Hoy presentamos tres proyectos que se inscriben dentro de esta misma filosofía. Las óperas primas de Carlos Varela, David Bohórquez y Juan Diego Escobar.

Fábula de una conspiración

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Carlos es un prestigioso psiquiatra que luego de perder a su familia redime su dolor cazando a los integrantes más jóvenes de las familias de sus victimarios, y a todos aquellos que estén relacionados con los autores de su desgracia. Un thriller hecho en la Sucursal del Cielo, con una historia que transpira Caliwood por su sobredosis de sordidez.  El responsable, Carlos Varela, un cinéfilo empedernido que en 2007 le dio forma al guión de este proyecto, logrando tres años después, luego de superar varias batallas, pisar el primer set de rodaje.

Cuatro semanas de arduo trabajo que se repitieron al año siguiente. Lejos de cualquier pronóstico para un director debutante, Varela logró reunir en su proyecto a actores de la talla de Elkin Díaz, Fabio Restrepo, Yuri Vargas y Alejandro Aguilar, además de talentos extranjeros como Elizabeth Cervantes.

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En la actualidad y luego de una pausa prolongada, la próxima semana retomará el camino culminando durante este último semestre las escenas de acción pendientes y depurando los detalles necesarios para una producción de gran factura. Para lograrlo la película entró en etapa de postproducción sin haber culminado el rodaje, montando cuatro versiones distintas del filme para buscar en festivales los recursos faltantes y continuar el rodaje,  gestionando paralelamente potenciales mercados y contactos para mover la película una vez terminada. De esta manera se han ido sumando aliados en esa importante batalla por visibilizarla.

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