Desde el Chocó Alex Pichi, El Rey del Bunde

Por: Jenny Cifuentes @Jenny_Cifu

Alex Pichi en vivo calienta la sangre. Tan pronto como se escuchan las primeras notas de sus canciones uno es víctima de un bombardero de sabor. La banda emite una descarga de vientos, percusión y platillos que imana y que indica a un gentío la vía que lleva al baile. Música del Chocó que agita, retumba y hace arder el piso. Le dicen “El Rey del Bunde” y es responsable de  temas que sin haberse grabado se pegaron en la región a punta de fiesta y desenfreno.

Es el emisor de estribillos que se han esparcido  por cuenta de registros caseros del público que van directamente a Youtube y a los reproductores de las casas para seguir la juerga. Ha atacado con sus ritmos hirvientes al pacífico colombiano y ahora  busca contagiar el resto del país de esa calentura sónica.  Quiere mostrarle a la audiencia en sus shows la chirimía urbana, estilo que se adjudica, y espera calar fuerte con una producción discográfica que por estos días se está gestando. Alex Pichi y su banda: desparpajo, euforia, fiesta popular, pueblo, barrio y alto voltaje.

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Hablamos con él

En los temas de su repertorio se oyen frases como: “Aquel de la chucha que colabore” o “Con el aguacero, papito no rumbeo, sale mucho feo y mucho goterero”, salen a relucir las extensiones en el cabello, el baloto, mototaxis, el Boletín del Consumidor y se escuchan alusiones a merengues radiados y  hasta Beat It de Michael Jackson, ¿quién escribe y arregla las canciones?

Yo. Las letras de las canciones son alegres, son parte de la cotidianidad, de las costumbres de nuestro pueblo, de la vida diaria. La idea es poner a gozar a la gente, hacerlos reír y bailar. 

Cuéntenos sobre sus inicios en la música

Arranqué a hacer música desde los 12 años, tocando platillos en una agrupación de chirimía llamada Atrato Son conformada por gente del barrio donde nací: El Silencio, barrio de los músicos en Quibdó.  Crecí en medio de la música viendo a los mayores tocando todos los viernes de parranda, en las esquinas, de ahí el amor por todos esos sonidos. Luego estuve tocando con la agrupación La Bandita y después ingresé a  El Golpe de Amporá un grupo experimental de música de marimba en el que tocaba un instrumento que se llama el carángano.  Un instrumento africano que llegó a Colombia con los esclavos  y que rescaté, lo construí con guadua sacando el molde de un video.

Con esa banda fuimos ganadores del Festival Petronio Álvarez como Mejor Agrupación Marimba en tres ocasiones en 2007, 2008 y 2009.  Nosotros siendo del norte donde no hay tanta influencia de la marimba llegamos y les ganamos a los marimberos del sur, nos nombraron “fuera de concurso” y no pudimos seguir participando.  Más adelante, en el 2011 ya  retorné a las presentaciones en el Festival como invitado, pero ya bajo mi nombre y con mi banda.

Háblenos un poco más sobre El Golpe de Amporá

Hace  alrededor de 20 años se formó el grupo el Golpe de Amporá bajo la batuta del fallecido maestro Neivo de Jesús Moreno que era lo máximo que teníamos en el Chocó, director de la banda de San Francisco, formador de músicos de la región. Todos aquí somos de la escuela de Neivo J. él fue un rompedor de moldes. Sin ser la zona  en que nacimos, una zona marimbera, el profe armó un gupo de marimba. Cuando fuimos a participar la primera vez al Festival Petronio Álvarez en la categoría de marimba, llegamos con un formato nuevo, llevamos unos xilófonos pequeñitos y quedamos en segundo lugar. Los demás concursantes tocaron con sus marimbas y nosotros con los xilófonos. Al año siguiente nos fuimos con los mismos xilófonos y nos ganamos Mejor Tema Musical, Mejor Agrupación Marimba, Mejor Intérprete Marimba, Mejores Cantantes,  creo que cuando eso sucedió, la música del pacífico dio un giro de 180 grados, muchos empezaron a copiar a la agrupación.

En la banda  decíamos por ejemplo: ya no vamos a tocar así plano, vamos a empezar a mezclar ritmos, a meter un  bunde con un abozao y un currulao. Y en un solo tema les ofrecíamos tres ritmos diferentes.  Yo tocaba el carángano me lo amarraba, salía al escenario y me ponía a brincar a tocar de espalda o de frente, a hacer show, era la locura. Por la época apareció Hugo Candelario el grupo Bahía y grabó temas de Neivo J, hizo lo mismo Marcos Micolta de Buenaventura.  Después de que varios músicos grabaron composiciones del maestro Neivo, fue que el grupo finalmente  decidió grabar. El Golpe de Amporá es muy importante en la historia de la música del Pacífico colombiano.

¿Cuándo armó su agrupación?

Desde 2009 veníamos trabajándole de manera empírica a este proyecto que tenemos ahora. Durante las Fiestas de San Pacho nosotros armamos una rumba en Quibdó que se llama El Rumba-móvil: ponemos un planchón con un equipo de sonido, un picó grandísimo,  yo voy arriba del planchón cantando con un micrófono, la banda de once músicos va abajo tocando y la gente va bailando a nuestro ritmo.  Siempre se ven miles de personas detrás del planchón, es algo muy bonito.

El Planchón de la alegría, lo bautizamos nosotros. Va andando la fiesta, la comparsa, el disfraz, todo y el bunde va atrás, y detrás de la banda como 10.000 personas   un río de bailadores a nuestro golpe al ritmo de trombón, clarinete –típico de la chirimía chocoana- , saxofón, requinto, tamboras de cuero y platillos. Yo nunca había hecho de cantante oficialmente, siempre había sido músico tocando, pero me lancé.  Eso lo hicimos nuevamente en 2010 y en 2011 uno de los muchachos me dice: “Alex, ¿por qué no grabamos algo si todos los años sacamos un corte nuevo y se convierte en el tema de San Pacho? La inquietud apareció porque año tras año lanzábamos una canción que era un hit y que no se quedaba solamente en San Pacho sino que se convertía  en éxito en los alrededores.

Y ¿no grababan?

No. Las canciones pasaban de voz a voz, se quedaban en la memoria del público.  Lo que la gente podía grabar con su celular cuando nos presentábamos, después lo reproducían en su casa y eso era una rumba, con eso armaban fiesta. Muchos subieron ese material a internet  y así también se popularizó.