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El caso Kesha: ¿se destapa la olla de abusos en la industria?

La demanda de la artista pop contra su productor abre varios de interrogantes sobre el panorama actual de industria musical

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El caso de una cantante pop vs el mayor productor de hit podría estar destapando una olla de casos similares de abuso en la poderosa industria de la música

Hace dos años, la cantante Kesha decidió instaurar una demanda en contra de Dr. Luke – el productor de magnánimos hits pop como I Kissed a girl de Katy Perry o Wrecking Ball de Miley Cyrus -. La demanda de la artista hablaba de daños psicológicos, de violación y abusos y pedía que se rompiera su contrato con Kemosabe Récords, el sello de Dr. Luke y que también pertenece a Sony, con el que está obligada legalmente a grabar seis discos más. El viernes pasado la juez dio su veredicto: Kesha tendrá que seguir trabajando con Sony, aunque podrá trabajar con otros productores. 

La imagen de Kesha llorando tras la decisión del tribunal le dio la vuelta al mundo y el hashtag #FREEKESHA se convirtió en un trending topic de apoyo donde fanáticos, feministas, estrellas del pop, han dejado claro que están de su lado. 

“Lo que le está pasando a Kesha pone de relieve la forma en que el sistema legal estadounidense continúa afectando a las mujeres al no protegerlas de los hombres que se identifican como sus abusadores”, escribió Lenna Dunham – creadora y protagonista de la serie Girls -  en una contundente columna en su blog. 

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Mientras que artistas como Taylor Swift decidieron ir más allá y meterse la mano en el bolsillo. La reciente ganadora del Grammy al Mejor Álbum donó a la cantante 250.000 dólares para sufragar gastos y otras que incluso han trabajado. 

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Cantantes, que incluso han trabajado duro y parejo, con Dr. Luke han expresado abiertamente su apoyo a Kesha en redes sociales. Y aunque el veredicto del juez en este caso fue concreto a falta de pruebas, el apoyo y la explosión mediática que ha tenido el caso demuestran que aún hay bastante para discutir sobre el papel de la mujer en la industria de la música y que este caso de una cantante pop vs el mayor productor de hit podría estar destapando una olla de casos similares. 

¿Estaremos ante una de las tantas historias de abuso en la industria? Solo el tiempo lo dirá, pues lo cierto en casos de abuso es que hay un tiempo muy largo de silencio hasta que las personas se atreven a denunciar y en el caso de artistas estos procesos en muchas ocasiones definen el éxito de sus carreras. 

Por otro lado, este caso también sirve para detenerse por un momento en los contratos de las disqueras con sus artistas. ¿Cómo pretende la disquera, en este caso Sony, que salgan esos seis discos? No precisamente como placas discográficas dignas de una artista que los está creando en óptimas condiciones, sino como un robot presionado a hacer cualquier cosa para librarse de su propio infierno. 

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En un reciente artículo de Dazed and Confused cuestionan a Sony y ponen el caso de Zayn Malik, quien a pesar de no estar en One Direction, logró hacer parte de otro etiqueta de Sony, mientras que en el caso de Kesha, dicen que es totalmente imposible. No conocemos las cláusulas del contrato pero se abre el interrogante sobre si Sony está tratando de castigar a una artista, si están jugando con los jóvenes que quieren alcanzar sus sueños para, en pocas palabras, chuparles la sangre (cuando les conviene). Eso, en última, no sería algo nuevo pero el tema de Kesha podría poner en la mira a las disqueras, sus contratos y como no, sus abusos. 

Fotos tomadas de: instagram.com/iiswhoiis/ 

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