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El metal, según Cristian Castro, es azul como el mar, azul

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Por: Antonio 'Rolo' Alarcón / @elroleins

Decir que Cristian Castro es un artista de pacotilla, como ha sido referenciado en el mundo digital por estos días, está muy fuera de lugar. El tipo ha sido una respetada figura en su natal México, ha conseguido decenas de reconocimientos a nivel latinoamericano por lo hecho con una extensa carrera artística y discográfica compuesta por más de quince álbumes y además se ha llenado los bolsillos con millones de ventas de discos en todo el mundo. No cabe duda que la suerte lo ha acompañado desde que sus padres -la actriz y cantante Verónica Castro y el actor Manuel "El loco” Valdés- se encontraron en el lecho para concebir su existencia. 

Sin embargo, así por sus venas corra la élite mexicana, esa que conocemos en Colombia por títulos como ‘Los ricos también lloran’ o ‘Rosa Salvaje’, a Castro se le fue la mano con lo de montarse en una banda de heavy –La Esfinge- y creer que nadie lo va a olvidar saltando en chingue por la playa con sus cuates coreando “este amor es azul como el mar, azul”. Ni siquiera su foto en tanga publicada en Twitter llegó tan lejos.   

Digamos que ‘Purgatorio’, la canción con que debuta la banda, no se encuentra fuera de los lineamientos técnicos y sonoros propios de géneros como el hard rock o el heavy metal, pero que en pleno 2014 un artista de su categoría salga con este tipo de sorpresas es prueba de que hay quienes tratan de exprimir sus restos de fama a como dé lugar o que cualquiera puede entrar en estado senil, volver a la adolescencia y creer que “rockear” es la ficha a mover cuando empiezan a entrar los años; porque recordemos que ese acercamiento al rock ya lo tuvo de forma fallida a los 12 años con una banda que se llamó Deca y sólo aparece en su propia biografía. 

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Puede uno tratar de ser lo más justo conun tipo de buen corazón que ha puesto a llorar hasta las rosas pero en el fondo sabemos que un tatuaje de Tool –que pena con esos manes- en la espalda o un purgatorio de canción como la que presentó, son suficientes razones para aventurarse a explorar un género que cuenta con miles de grandes exponentes, con miles de mejores mejores composiciones, pero no un apellido como el suyo; o al menos no con el peso que tiene el suyo en este contexto. 

Igual, oigan la canción y juzguen ustedes mismos.

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