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Entrevista con Stan Bree, el tatuador amante de la tortura

“Veo el tatuaje como una tortura legal, alguna clase de masoquismo.”

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Nos fuimos hasta el DF para suplicar por una cita con Stan Bree, un mítico tatuador enmascarado que ve el tatuaje como un acto de tortura, obsesionado con la violencia y el guion de la supremamente cursi Amelie.

Por Diana Romero  @solopopo // Fotos: Instagram: s.leeray

Tres meses antes de mis vacaciones me obsesioné con hacerme un tatuaje. Algo mínimo, sencillo, geométrico, que plasmara una parte de mí. En mis búsquedas por Google y redes sociales di con Stan Bree, un tatuador que tenía lo que buscaba. Acosadora, como nadie más puede ser, emprendí mi proyecto de conseguir una cita con él, que coincidiera con mis días en México.

Todo lo que sabía de él era que tenía un estilo muy áspero, a base de círculos, por los trabajos que compartía en sus redes. Lo seguí en todas, mientras lo trabajaba en Facebook, a la manera paisa, para que me abriera campo en su apretada agenda. Estando en Colombia solo logré que me contestara un par de veces sin ninguna certeza. Mientras tanto mi ansiedad se alimentaba cada vez que veía uno de sus recientes tatuajes, y en el fondo me intrigaba que, cual artista callejero, no dejara ver su rostro. En sus perfiles Stan Bree siempre estaba con una máscara y sus mensajes eran oscuros. Su bio en Instagram lo dice todo: “Caballeros, tengo un último consejo que darles, miren a otro lado, esto no será agradable de ver: William Bonin – Ejecutado en 1996”.

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Un día antes de viajar envié mi último mensaje anunciándole que iría hasta Gallonegro, la tienda donde tatúa, para apartar mi cita. Nunca obtuve una respuesta. A los dos días estaba en la entrada de una casa blanca, parecidas a las del barrio bogotano La Soledad sin ningún aviso. Solo una puerta negra y un marco de ventana negro al lado, que reconocí por una de las fotos del Instagram de la tienda en las que aparecía Stan Bree con su máscara, asomado tras las rejas.

Pregunté por él y me hicieron cruzar el mostrador de madera que separa a los tatuadores de la gente que espera. Stan Bree estaba tatuando a una chica en su pecho, mientras yo me presentaba como la intensa que le había escrito un millón de veces. Tuve tiempo para observar sus manos, una de ellas completamente llena de tinta negra, casi como un guante cubriéndole la piel, el resto del brazo estaba cubierto por tatuajes con formas geométricas. Insistí tanto que un par de minutos después Stan abrió su agenda y programó una cita para mi último día en México.

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Llegó el día. Justo antes de que se abriera la tienda estaba esperando frente a la puerta negra. Pude ver cómo se aproximaba con todo el estilo de quien llega feliz a su trabajo, con una torta en la mano; Stan en otra faceta, una más humana, muy mexicana. Nos dejó en la sala de espera, puso algo de música y bocetó durante tres horas. Todo valió la pena. El comienzo de mi tatuaje fue acompañado por el sonido del guion de Amelie, mientras Stan Bree lo repetía letra a letra. Tuve la fortuna de verlo sin máscara. Su rostro moreno dejaba ver un pequeño tatuaje bajo el extremo de su ojo izquierdo, su firma, y desde el final de su mandíbula inferior se comenzaban a dibujar varios tatuajes sobre su cuello. Tuvimos una conversación que tomó el rumbo del crimen y los asesinos seriales, además de las cosas básicas que nadie debería quedarse sin saber.

¿Qué es lo mejor de tatuar?

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Lo más chido es que te están remunerando por algo que te gusta. Por lo regular a muchos no les gusta su empleo y en este oficio la gente te paga por hacer algo que harías hasta gratis, por el simple gusto. Veo el tatuaje como una tortura legal, alguna clase de masoquismo. Igual, cada quien es dueño de su cuerpo para castigarse como quiera. El tatuaje no te dejará olvidar ese castigo. Un tatuaje es un recordatorio, una forma de autocastigarse o autopremiarse.  

¿Cómo llegaste al tatuaje?

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Creo que fue por suerte. Primero me había tatuado el brazo y nadie sabía por qué andaba con mi uniforme y manga larga. Era desesperante porque en las mañanas tenía que trabajar levantando cosas y con ese calor tenía que aguantármelo. Llevaba tres años y me corrieron y el dueño de mi área fue a hablar con el de recursos humanos, le explicó que yo acababa de tener un hijo, pero cuando me vieron no me dejaron. Como estaba tatuado hasta el cuello cuando iba a otros lugares a pedir trabajo me decían que no por mis tatuajes. Si no me hubieran corrido nunca me habría dedicado a esto, porque yo tenía otros planes. A mí me gustaban los tatuajes, pero quería dedicarme a la música. Comencé como aprendiz donde me tatué el cuello y desde hace dos años estoy tatuando.

¿Cómo es el proceso de tatuar?

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Es algo empírico. Vas generando ideas a partir de las experiencias. Nos basamos en nuevas cosas para transformar lo que ya tenemos. Tatuar es chido, sobre todo, cuando el cliente confía, porque lo que muestro en un comienzo es solo un boceto.

¿Cómo construiste tu estilo?

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Comencé a hacer cosas similares a las que hace la tatuadora portuguesa Nouvelle Rita. Una vez un amigo me pidió que le hiciera un diseño parecido. El estilo me gustó mucho y comencé a entregarme a él. Por lo menos tardo seis horas entre bocetar y tatuar. Todo es casi a mano, no es totalmente simétrico. Eso es lo que le da el volumen a las cosas. Cada tatuaje está hecho a la medida de cada persona.

¿Por qué “Stan Bree”?

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El alias Stan Bree surgió por la similitud de la textura en líneas con un estambre. De muchas líneas encontradas sin ningún patrón. De ahí surge el nombre y la técnica, que es una nueva representación de las cosas.

¿Por qué tu tatuaje en el rostro?

Un día andaba con una racha muy fea y me tatué la cara. Dije: “neta si no la hago de esto, no la voy a hacer de otra cosa”. Ya de por vida me dedicaré al tatuaje. Es la firma con la que marco mis trabajos.

¿Por qué te interesan las torturas y los asesinos en serie?

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 Creo que existen distintos tipos de maldad. La mente de los asesinos alberga ideas diferentes.

¿Si tuvieras la oportunidad de hacer justicia con tus propias manos, además del tatuaje, cómo lo harías?

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Les cortaría las manos.

¿Cómo defines tu estilo de vida?

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Creo que llevo un estilo de vida normal: amigos, familia y cuerpos en el sótano (es broma).

¿Cuántas veces has visto Amelie?

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Más de 30 veces. Me gusta aprenderme el guion, repetirlo. Me cuesta mucho ver nuevas películas, por lo regular las repito una y otra vez. Las veo 5 veces, pero las favoritas 30 o 40.

¿Qué reacciones toma la gente cuando se tatúa?

Hay gente que se duerme, que se desmaya, que se vomita. Un día llegó una señora con su hijo de 14 o 15 años, se iban a tatuar una frase, y el chavo decidió que iba primero. Cuando ya iban a empezar a tatuarse, el chavo que estaba muy nervioso, se vomitó.

¿Por qué usas máscara?

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Siempre tengo la máscara aquí. Me gusta usar la máscara, me aisla, después de que usas la máscara ya no tienes ni ganas de hablar, es más fácil concentrarse. Sobre todo con los clientes que a cada rato están muy intensos, con ellos me pongo mi máscara. Tengo varias. De todos los estilos, mientras no te deje ver quién eres es máscara.

Ahora estoy haciendo una con piel de puerco, se murió y pedí que me dieran la cabeza, le quite la piel y la estoy confeccionando. Primero las limpio con espátula y les aplico químicos para que no se corroan.

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¿Cómo ven el tatuaje en México?

En México, en general, ya están apoyando el tatuaje. Creo que las redes han ayudado en eso, en darle otro impacto. Aquí ya no te pueden negar un trabajo por tener tatuajes. En los anuncios de la tele ya ves personas tatuadas.

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¿Qué asesinos seriales conoces de Colombia?

Garavito. He leído sobre él. Ya es cristiano, quizá por eso la gente ya no le teme tanto. La gente antes le pensaba tantico para matar. La violencia antes tenia como un método, hoy ya no, la violencia es espontanea. Antes había mucha gente que asesinaba y jugaba. Gravito mató más de 100 niños. Paso muchos años haciéndolo sin que supiera.

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Otro que también es de allá, creo que de Cali, es el Monstruo de los cañaduzales. Violaba niños y los mataba. Encontraron varios, hasta que lo agarraron.

¿Qué tipos de asesinos hay?

Esta el caso de personas que eran buenas y que de un momento a otro pasa algo y se vuelven locos. Otro es cuando nacen, con un trastorno o una patología o simplemente cuando una forma de vida, un suceso, los lleva a eso.

¿Qué es lo que más te interesa del tema de la tortura y de los asesinos en serie?

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 Creo que existen distintos tipos de maldad. La mente de los asesinos alberga ideas diferentes.

¿Si tuvieras la oportunidad de hacer justicia con tus propias manos, además del tatuaje, cómo lo harías?

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Les cortaría las manos.

¿Prefieres la violencia espontanea o la violencia estratégica?

La violencia espontanea es un final absoluto. Cuando ya no queda más en la lista, cuando todo se centra en un final de película, cuando muestras lo mejor de ti. La violencia estratégica se resume en Bind, Torture and Kill (B.T.K.)

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