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Falcao, el duelo de su ausencia

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Por: Sandra Suárez / @Sandsuarez
Foto: AFP

Ayer por la mañana nadie sabía quién era Soner Ertek, el defensa central de un equipo francés de cuarta categoría, con una hoja de vida casi impecable, dos tarjetas rojas en toda su carrera como futbolista. 

Quizás Soner antes de jugar sabía a la perfección quién es Falcao y sentía ilusión de hacer un gran partido pues tenía la responsabilidad de evitar que la estrella del Mónaco metiera algún gol en su arco. Vi el video ayer en las noticias, esta mañana lo he repetido varias veces y el movimiento del jugador no tiene la mínima intención de hacer daño. Radamel sale en la camilla tapándose la cara, su rodilla izquierda fue la afectada, el panorama es desalentador, una lesión de ligamento anterior cruzado es de las peores cosas que a un deportista le puede pasar (eso dice mi papá y yo le creo); de todas formas viene en camino un segundo dictamen médico que puede definir mejor el tiempo que estará fuera de la cancha. Vendrá una cirugía en unos días y la dura recuperación.

Las lesiones hacen parte del juego, deberíamos recordar eso. Si no existieran los riesgos, no tendría gracia, pondríamos a jugar robots y no humanos que se golpean, sufren, lloran y se equivocan. Deberíamos recordar que Alfredo Di Stéfano no jugó ni un mundial en su vida a causa de sus lesiones, que Michael Ballack se perdió del mundial de Sudáfrica 2010, que Theo Walcott se perderá Brasil 2014. Decir que Falcao se lesionó porque Claudio Ranieri lo puso a jugar en un partido contra un equipo de cuarta me recuerda a Djibril Cisse que se rompió la tibia y el peroné en un partido amistoso. 

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A Soner Ertek le llegó la fama ayer en la tarde, lleno de micrófonos, como nunca antes en su carrera daba sus declaraciones, estaba afectado, triste, lleno de culpa “odiaré mi vida si su temporada se termina” dijo. 

Estamos atravesando un duelo con todas sus etapas, la de la negación fue la más rápida en irse pues no aguantamos las ganas de quedarnos un buen rato en la fase de la ira y el enfado, insultando a un jugador, olvidando las consecuencias del odio desmedido, olvidando a Andrés Escobar pero recordando a Pablo Escobar, amenazando a otro humano de muerte, acción desmedida y estúpida. 
Después viene la fase del dolor, que es cuando nos tocamos nuestra rodilla y pensamos que Radamel debe estar pasándola mal también, que no va a ser lo mismo y que va a hacer una falta horrible.

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Al final, llega la fase de aceptación, que es cuando entendemos que no podemos hacer nada para cambiar lo ocurrido, que fue inevitable y que hay que seguir adelante. El momento de los colombianos en el fútbol es algo sin precedentes, no solo es Falcao, es un listado generoso de grandes jugadores que hacen un gran equipo. 

La selección tiene un activo valioso, Pékerman, que es un tipo prudente, inteligente, lleno de soluciones cuando se le presenta alguna adversidad y él sigue estando en el equipo, sin ningún rasguño.

Nota: Adrián Ramos está pidiendo pista en la selección desde hace rato.  

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