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La nueva estrategia de Radiohead: ¿berrinche o ataque de genialidad?

Si su nuevo material es bueno o malo, da igual. Ya tienen al mundo entero hablando de ellos.

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Radiohead

La música es nada, tu imagen es todo. Así funciona la industria en tiempos de redes sociales, donde la atención es efímera, hay sobreoferta y los grandes grupos de la antigua generación deben luchar para mantener su posición. Radiohead se anota otro caso.

Por: José “Pepe” Plata @owai - Foto: Gettyimages

El mundo parece no aprender. Radiohead lanzó ayer su nueva canción, Burn the witch, que ya está alcanzando los cinco millones de reproducciones (y sigue en aumento) en poco más de 24 horas de haber salido a este valle de lágrimas. Días antes el grupo se desvaneció de las redes. Borraron todo el contenido que había en sus cuentas en Facebook y Twitter. Y sí, llamaron la atención, para presentarnos el adelanto de su noveno disco. Un  disco del cual hay tantas especulaciones como esperanzas.

Ver Reapareció Radiohead en Instagram con estos dos videos

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Comienza así otra vez el círculo de aprecio y desprecio. El que dice que son los genios del siglo XX y XXI, el que dice que son el nuevo Pink Floyd, el que dice que llegaron para dar lecciones y mostrar cómo sonará la música en el futuro y así hasta que los elogios se pasan de dulce. Y están los que dicen que desde Pablo Honey no hay producido nada interesante y que otra vez regresan con arrogancia y dándoselas del grupo triste-cool que hace con el mundo lo que quiere y no da nada a cambio.

Si esto es así, ¿qué significa desaparecer por un tiempo y venir “recargado”? ¿Irse es volver y permanecer?

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No es un secreto que la idea de no estar es justamente una manera de hacerse recordar. La gente extraña, añora o llora a los que no están. Se hacen ofrendas, se especula y se citan los mejores momentos o las experiencias valederas. El saber que alguien muere o que algo ya pasó significa que hay motivos por los cuales su recuerdo es necesario.

Un disco de Radiohead toma tiempo en ser grabado, producido y perfeccionado. Y el peso que lleva a cuestas la banda es grande. Thom Yorke no es un personaje mesiánico y no anda por el mundo buscando fondos para los más pobres como lo viene haciendo Bono. Así que la estrategia de mercadeo esta vez incluye un uso mordaz de tiernas animaciones británicas junto a referencias del caótico mundo que cada vez se polariza. En los videos se rescata el clásico programa de tv infantil inglesa Trumpton para hacer referencia a un pueblo único, pero capaz de representar ser aislado. El canto del pájaro que abre y cierra el video, justo nos llama a pensar que a pesar de todo lo que en estos lados pasa, no afecta a todos. Y que otros van por la vida bien haciendo lo que mejor les place.

Yorke y su banda le apuestan a seguir narrando ese mundo sombrío en el que siempre se han sentido a gusto. Si entre 1993 y 2003 lo hicieron bajo el respaldo de una multinacional como lo fue EMI; en el 2007 cuando regalaron su disco In Rainbows visibilizaron  la discusión acerca del pago de la música. Pero no fueron los primeros en ofrecer a la gente un disco o canciones gratis. Solo que fueron la banda famosa que lo hizo. Y cuando hace cinco años con The King of Limbs lanzaron ellos mismos su disco, simplemente fue usar la experiencia de lo ya ganado.  

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Y esta vez, tampoco es un nuevo desaparecer. Solo que lo hicieron para darse el gusto de ofrecer algo fino. Otra vez, recogieron lo cosechado.

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La banda famosa que regaló su música lanzó su propio sello y desapareció. Lo hizo con la certeza de quedar siempre como referencia pero para no perder. En esta ocasión, dos compañías fundadas por la banda, se encargarán de minimizar el riesgo financiero que cuesta ser Radiohead. Se trata de Dawn Chorus LLP y Dawnnchoruss LTD.

Todo está por ser escrito, porque se reconocen algunas tácticas, pero se desconocen las intenciones sonoras de la banda. Solo que hay ya indicios de que tan largas ausencias desgastan a las generaciones más esperanzadas en la melancolía de este milenio.

 

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