Por: Luis Fernando Mayolo @mayolito // Fotos: Juan José Horta. Los conciertos de Draco Rosa en Colombia se dividen entre los que se ha enojado e ido antes de tiempo y los que se los ha 'sollado' con toda la actitud. En cualquiera de los dos casos el espectáculo ha sido brutal, porque el músico siempre muestra en el escenario su versión más apasionada y comprometida.
Por lo ocurrido este martes en el Julio Mario Santo Domingo, en el primero de dos conciertos, podríamos decir que el 'Vagabundo' se siente mucho más cómodo tocando en formatos más íntimos que en grandes festivales. Sus polémicos shows en Rock al Parque 1998 y Estéreo Picnic 2014 parecen así sugerirlo. Por el contrario este martes su presentación fue tan memorable como la de 2010 en Aguapanela's a pesar de los problemas de sonido de aquel entonces, o la del Royal Center el año pasado.
En cerca de hora y media hizo como siempre lo que le dio la gana, saliéndose de los formalismos propios de un concierto, presentó a la banda sin haber tocado una canción, alteró varios de sus clásicos al punto de convertirlos en temas irreconocibles, sin miedo a experimentar con los acordes y sus instrumentos, o improvisar cuando la oportunidad así lo indicaba. Aunque ya lo había hecho en el Royal Center, lo ratificó argumentando que sus canciones siempre están en continua transformación así a muchos no les guste. Esta vez fue menos radical, pero como siempre lo ha hecho, le dio un matiz completamente diferente a su presentación.
Un comienzo con la fuerza misma de un huracán con los temas 'Brujería', 'No me preguntes' y 'Mad Love' en donde la distorsión de la guitarra parecía carcomer nuestro corazón, mientras luchábamos por reconocer la armonía original con visuales de fondo bastante oscuras.
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Luego de tener al público contra las cuerdas sin dejarlo respirar, Draco empezaría a jugar con su playlist ofreciendo interpretaciones mucho más acústicas y orgánicas de 'Cruzando Puertas', 'Amantes hasta el fin', 'Penélope' y 'Más y más'. El tono aquí ya era otro y comenzaría a ponerse sabroso gracias a la percusión de Héctor Espinoza, el cuatro de Christian Nieves y el buen humor de Draco Rosa que todo el tiempo hablaba con el público y bailaba con su guitarra mientras luchaba por recordar las letras.
Aunque se le entendía el 40% de lo que decía y por ratos parecía incoherente, el público no dejó de animarlo y celebrarle todos sus discursos. Habló de su madre, su enfermedad e incluso de cómo Phil Manzanera le contó que en principio a todo el mundo le parecía malo el álbum 'Vagabundo'.
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Pasando rápido la hoja y sin detenernos en todos los detalles lo más fuerte de su repertorio llegó con 'Fumare' y 'Madre Tierra', sin dejar a un lado algo de sabrosura con su versión de 'Vértigo'. El cierre no podía ser otro que 'Vagabundo'. Hasta ahí un gran repaso de su legado musical.
Pero el público quería más y los clichés más finos del vitoreo hicieron que el puertorriqueño regresara solo con su guitarra para interpretar entre otras cosas algunos momentos de 'Blanca Mujer' y finalmente 'Cuando pasará', de su época en Menudo. El público le recordó la letra y lo acompañó en un final inédito en Colombia, por lo menos que recuerde.
Esta noche el público bogotano tendrá una nueva oportunidad. La cita es a las 8 de la noche en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. La boletería está agotada, eso dice mucho.
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