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“Rey” de Elsa y Elmar, desde el oído de una mujer

“Rey” de Elsa y Elmar: hable de amor o no, le llegue a hombres y/o a mujeres, sea sentimental o no, es sin duda uno de los tesoros sonoros del 2015. 

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Elsa y Elmar

La primera vez que le doy play a Rey, el disco de Elsa y Elmar, no hago muchas paradas en la letras de los 13 sencillos, salvo algunos coros como “Me duele, me duele me, me duele, me duele, me duele, me” no pueden ser evadidos. 

Por: Nadia Orozco @Cornfake

La travesía inicial la hago por los sonidos que hacen un llamado instantáneo a un baile leve, donde la cabeza se menea con un vaivén al ritmo de canciones medianamente movidas, unas que parecieran ser odas a la década de los noventa y otras que se salen del camino para desacomodar al oyente con canciones como ‘La ventana’ que se presenta como una champeta moderna y que me recuerda inmediatamente a una canción de John Wizards que se llama “Lusaka By Night” y encontré por casualidad hace años.

Escuchar el disco sin hacer hincapié en las letras resulta ser un buen ejercicio porque hay tantos detalles pequeños, claridad y oscuridad, sonidos que se entrometen con delicadeza, voces infiltradas y otros detalles que parecen ser chistes internos entre Mateo Lewis, el productor, y Elsa (o por lo menos así me lo imagino yo) que vale la pena no ignorar.

Pero la historia cambia cuando todo el foco de mi atención se va directamente a la voz de Elsa y a lo que tiene para decir. Es una dulzura que no empalaga, sino que al contrario parece ser el vehículo perfecto para transportar historias naturales entre hombre y mujer, mujer y hombre y en sentido contrario.

“Animales distintos” es el noveno track de este épico disco y quizá una de mis preferidas – aunque fue la última que escuché –. El drama clásico de la pérdida que provoca un triángulo amoroso. “Él la piensa a ella y me olvida y no va a perderla como me perdió a mí”, canta Elsa con el corazón. Una punzada al alma si usted acaba salir de un cuadro de desamor producido por un tercero. De solo imaginarlo produce escalofríos.

“Kmbiar”, la canción que cuenta con el único Featuring del disco a cargo del mexicano Caloncho, me suena una balada moderna a dúo y que relata el amor en su color más lindo. La aceptación.

“Forma antigua” llega sin peajes y directo al corazón. “Deje tanto atrás para que vinieras conmigo”, simple pero contundente, hermosa pero devastadora al final de cuentas.

“Payaso”, la canción con la que abre y que vuelve al tema recurrente del vacío que deja un amor, del dar, del no dar, el eterno dilema que parece no tener solución. 

Así podría pasar por cada una de las canciones, sacando frases resaltadas y sentimientos guardados porque todo el disco resulta ser un pequeño libro escrito sin pretensiones, sin palabras enredadas, pero si con contrastes inequívocos entre sonidos y letras que en sí parecieran ser la metáfora al tema central del álbum: el amor – y por supuesto el desamor-.

“Rey” de Elsa y Elmar: hable de amor o no, le llegue a hombres y/o a mujeres, sea sentimental o no, es sin duda uno de los tesoros sonoros del 2015. 

¿Les gustó? A nosotros también, por eso la seguimos acá @Elsayelmar

 

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