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Pearl Jam y sus lecciones de cómo dar un gran concierto en Colombia

Casi tres horas sumergidos en un inolvidable viaje musical con más de 25 años de historia.

Por: Luis Fernando Mayolo @mayolito

Todo estuvo dispuesto desde el principio para una noche única en el Simón Bolívar. La lluvia nunca se asomó en una de esas hermosas rarezas con las que a veces nos sorprende Bogotá.  Pearl Jam por primera vez tocaba en el país con un playlist tan extenso con el que ya se había dado el lujo en el continente de variar entre 15 y 16 canciones en cada uno de sus conciertos. Y en la práctica resultó paradójicamente tan sorpresivo como lo esperábamos.

La banda liderada por un Eddie Vedder con muchos años encima, un poco cascado y sin las locuras que hacía en tarima en otras épocas no decepcionó. De los borrachos de otros tiempos ya no queda ni rastro, pero a cambio recibimos una dosis increíble de rock and roll. Su espíritu musical se mantiene intacto, porque como dice la frase célebre, que seguramente Dago ya incluyó en alguna de sus películas, la calidad no se improvisa.

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Por eso tuvimos la fortuna de escuchar canciones como 'State of love and trust' que en Brasil pasaron de largo. Covers como 'Mother' de Pink Floyd, apartes de 'A Sort of Homecoming' de U2 y por supuesto 'Rockin' in the Free World' de Neil Young.

Los mejores momentos musicales del concierto llegaron tal vez en 'Even Flow' y 'Black', clásicos de su álbum 'Ten', sin tener que recurrir al aplausómetro para ratificarlo. No pasaron inadvertidas canciones como 'Daughter', 'Animal', 'Cordury', 'Rearviewmirror', 'Jeremy', 'Alive', ni 'Better Man', distribuidas en tres momentos, en los que la escenografía y la actitud cambió. Por ejemplo en el segundo 'cuarto' el comienzo fue acústico con el tema 'Around the Bend' y 'Footsteps', en un tono que tuvo muchos matices 'country'. El final sería poderoso y contundente. 'Black', 'Alive', 'Rockin' in the Free World' y 'Yellow Ledbetter'.

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Todo ello conducido por un discurso en español caricaturesco, divertido, tierno y cercano de Vedder, que con hoja en mano aceptó estar perdiendo la virginidad en Colombia, mientras pacería no entender bien lo que decía e invitó a luchar contra la violencia de género incluso poniéndose las emblemáticas camisetas naranjas.

Hubo tiempo para volver al ideal del guitarrista místico con sendos solos de guitarra, algunos interpretados por Mike McCready inmerso junto a Eddie con el parche de primera fila.

Aunque no estuvo lleno y muchos todavía no entienden lo que se perdieron, sin temor alguno podemos decir que Pearl Jam saldó su deuda con Colombia, aquella que los trajo luego de tanto tiempo por estas tierras, cuando llevábamos toda una vida esperándolos.

Fotos: Daniel Álvarez.

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