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Recomendaciones para ganarle la pelea a la infidelidad y salir intactos

Porque vale la pena recordar que ese cuentico de que “sólo tienen ojos para usted” es falso.

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Disney.

Por: @Zacarmenza


Debo empezar diciendo que en esta columna se considera infidelidad al polvo que se hace a escondidas de su pareja, violando los acuerdos construidos y que puede ser nombrado como una traición a la confianza. Y aunque me gustaría incluir dentro de esta categoría a los besitos, las agarraditas de mano o las llamadas del 14 de febrero, pues me abstengo nada más porque una cosa es culear y otra coquetear (una agarradita de mano no me va a prender una ETS y el besito no va a embarazar a nadie). Dicho esto, continuemos.

La gente que ha sido víctima de una infidelidad se puede dividir en dos grandes grupos: los que no se enteran y los que sí.

Los que no se enteran, a su vez, se pueden dividir en tres grupos: los que ni siquiera sospechan, los que lo hacen (y por ello celan a su pareja) y los que ni saben, ni les preocupa saberlo y, en realidad, tampoco les importaría que ocurriera.

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Por otro lado, los que se enteran de la infidelidad, sólo se pueden dividir en dos grupos: aquellos que terminan la relación y los que la continúan. Aquí no es posible un tercer grupo al que no le importe porque, ¿para qué nos decimos mentiras? A todos nos afecta en mayor o menor medida y, aunque los cachos sean tan viejos como las relaciones mismas, todavía nos cuesta un poco resistir a este tipo de golpes y no caer por knock out.

Me hubiese encantado escribir sobre el primer grupo de cachoneados, aquellos que no se enteran y siguen felices en sus relaciones, publicando fotos con sus parejas mientras las mozas y mozos le dan like, pero eso no da rating y soy una perra envidiosa, con el corazón herido. Es por eso que esta nota trae algunas recomendaciones para ganarle la pelea la infidelidad y salir con el peinado intacto; les habla una experta en el tema que, en cada relación, ha ido puliendo y poniendo brillantes el par de cachos porque, obviamente, antes muerta que desprestigiada.

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Lo primero que cualquier futuro sobreviviente a una infidelidad debe saber es que ese cuentico de que “sólo tienen ojos para usted” es falso. Bájese de la idea de que usted es la única persona que le gusta a su novio/a o esposa/o porque, de ser así, nada más los solteros verían porno y, de hecho, los cachos no existirían.  

Se trata de recordar aquel viejo refrán según el cual se puede estar “casado pero no capado” y tomárselo con calma. Tampoco es para que empiece a llorar desde ya ni para que se sienta amenazado/a por todas las personas que rodean a su pareja sino para que, cuando lleguen los cachos, usted no se atormente con esas terribles preguntas como “¿Qué me hizo falta darle?” o “¿Qué tiene el/ella que no tenga yo?” porque saber que no es su culpa, ni un problema suyo, hará el proceso más llevadero.

Independientemente de que usted conozca o no a la(s) persona(s) con la(s) que se acostó su pareja, evite preguntar detalles o llenarse de información innecesaria; no quiere terminar comparándose y sintiéndose el peor polvo del mundo porque, con el dolor de la infidelidad ya tiene suficiente y no es necesario sumarle esa frustración.

Si usted es de los que decide continuar la relación, tenga presente que la desconfianza es un fantasma que lo acompañará, si no siempre, un buen rato. Así que, ya que decidió apostarle a una nueva oportunidad, no lo haga a medias y esfuércese también por hacer más llevadera la relación. Si, por el contrario, usted cree que se va a desgastar con reclamos, reproches, señalamientos y no va a poder dejar los cachos en el pasado, es mejor que no insista y se aleje de allí; por su salud mental, por la de su pareja, por la mía, por la de todos. 

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Ahora bien, si es del grupo del “ni perdón, ni olvido” y le pone fin a su relación, el proceso que va a vivir es más con usted mismo, que con el otro. Espero que haya atendido el primer consejo y no se esté sintiendo culpable porque lo que queda es el vacío del otro y, con eso, es mucho más fácil combatir.

Si tenerlo en sus redes sociales le hace daño, elimine, bloquee, reporte y no se deje afectar por la impresión que esto puede causar. Uno no tiene por qué darle explicaciones a nadie y, si eliminar rotundamente todo tipo de vínculo le hace bien, hágalo, pero hágalo con toda; de nada le sirve sacar a ese alguien de sus redes y stalkearlo desde las de su mejor amigo. No le eche sal a la herida y menos de esta manera tan patética. (Yo lo he hecho y prometo quemarme las pestañas la próxima vez que se me ocurra hacerlo de nuevo).

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Si, por el contrario, usted decide mantenerlo/a como amigo en Facebook o seguirlo en twitter e Instagram, no se sobreactúe subiendo fotos con toda la gente que se cruza en su vida o presumiendo de su nuevo levante; a estas alturas, ya todos sabemos que esas son puras patadas de ahogado y que es pura fachada para que no vean que, además de cachoneado, anda entusado. Asuma su dolor con toda la dignidad posible y dese el tiempo para superarlo. 

Si se va a cambiar el look, hágalo solo porque se le da la gana y se va a sentir bien con el resultado; eso de cortarse el cabello porque “a ella le gustaba su melena” o dejárselo crecer porque “me puso los cachos con una mechilarga” es absolutamente innecesario. No quiere tener cachos, estar entusado y, además, andar por la vida con un look que odia. 

No intente llenar el vacío que le dejó su pareja con la primera persona que se le pase por el frente, simplemente porque no lo conseguirá y porque nadie tiene por qué cargar con sus dolores y complejos. Darse un tiempo a solas ayudará para fortalecer la confianza en usted mismo y para estar preparado más honestamente para una nueva oportunidad. ¿O es que piensa quedarse pensando para siempre en cómo se culeaban a otro/a mientras estaban con usted?

Adele hizo de su tusa un disco, se ganó varios Grammy y se tapó en plata ¿usted qué va a hacer? ¿teñirse el pelo de rojo? Al menos intente escribir una columna enseñando a sobrevivir a los cachos, mientras se come un tarro gigante de helado, llorando por la última foto que subió su ex al Instagram.

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