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Si renuncia Messi, ¿qué nos espera a la gente del montón?

Si el mejor del mundo decide retirarse de su Selección porque no obtiene resultados, ¿qué nos espera a nosotros?

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Si el mejor del mundo decide retirarse de su Selección  porque no obtiene resultados, ¿qué nos espera a nosotros?

Por Álvaro Castellanos | @alvaro_caste

Parece un remake y con los mismos actores. Igual que en 2015, Chile ganó la Copa América venciendo a Argentina por penales. Y de nuevo, todos los palos cayeron sobre el mejor del mundo. “Se terminó para mí la selección”, dijo Messi, harto e impotente, después de perder la final. El tierrero que levantó el 10 argentino nos tendrá tosiendo a todos por un buen tiempo. Y no es para menos. Es que el mundo del fútbol quedó patas arriba. Pero, analizando el asunto con la calma que no tenemos, ¿por qué renuncia Messi?

Porque es víctima de su talento
Messi carga el peso de ser el mejor del mundo y, tal vez, el mejor de la historia. Con el Barcelona lo ganó todo y se la pasa batiendo récords insólitos. Entonces nos malacostumbró a actuaciones inhumanas, le exigimos más de la cuenta y nada de lo que consiga parece suficiente. De paso, los demás salen impunes. Fíjense como Lucas Biglia erró el penal decisivo ante Chile en la definición del título y hoy nadie lo está puteando.

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Porque, después de todo, es argentino
Visto con rabia, Messi demuestra que sí es argentino y por eso se baja del barco en lugar de quedarse y concentrarse en el verdadero objetivo: Rusia 2018. Se sabe que los argentinos son malos perdedores. Que construyen su idiosincrasia en ganar como sea y por eso, cuando pierden, estallan. No saben cómo reaccionar. Y en el caso de Messi, tanto que lo critican porque no parece argentino, y, bueno, resultó serlo más que Borges, la milanesa y el “subte”, juntos.

Porque, después de todo, es humano
Visto con sensatez, el periodismo y los hinchas vivimos adornando a Messi con adjetivos sobrenaturales. Lo hemos elevado a una condición de divinidad y ni siquiera él lo ha podido soportar. Por eso, pese a su genialidad con la pelota, su vitrina de trofeos con la Selección sigue vacía. El mejor de todos perdió la final de la Copa América de 2007, 2015 y 2016, y la final de Brasil 2014. Esa impotencia propia de los humanos lo hace cerrar la puerta desde afuera.

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Porque es mejor recibir súplicas que críticas
Lo decía alguien en Twitter y está en lo cierto. Hastiado de tanta presión y de que toda la culpa le caiga encima, es probable que Messi haya renunciado para convertir las críticas en ruegos. Es verdad que necesita de un equipo, que no todo puede hacerlo solo, que siempre se destaca más que sus compañeros, pero a la hora de los penales contra Chile (en 2015 y 2016), los falló y, aunque suene injusto, es parte de la culpa. Y al renunciar, naturalmente, la esquiva.

Porque sus dirigentes son una porquería
Durante décadas, el fútbol argentino estuvo dominado por un personaje siniestro llamado Julio Grondona, que pasó de atender una carnicería a construir un imperio futbolero de corrupción infinita. Don Julio ya murió, pero la ratonera de la Asociación del Fútbol Argentino parece que vivirá por siempre. Messi es víctima de la desorganización y está harto. No por nada hace unos estalló en Instagram durante la demora en un vuelo. “Que desastre son los de AFA, por Dios”, declaró con rabia.

Porque entiende la repercusión de su renuncia
Cómo será de grande el 10 del Barcelona que nadie está hablando del título de Chile, sino de su derrota y su retiro de la selección. El #Mexit paralizó las rotativas mundiales gracias a su estatus de extraterrestre. Visiblemente fastidiado de la AFA, tal vez su renuncia traiga algún cambio de raíz que ayude a que, en un mediano plazo, todo mejore con su Selección.

Porque no lo merecemos
“Es que no habla”. “Es que parece autista”. “Es que le falta ganar un Mundial”. “Es que no canta el himno”. “Es que apenas hizo 2 goles y 3 pasegoles”. Messi tiene más de 500 goles, la rompe cada tres días, pero aun así, nada de lo que haga es suficiente. Como va todo, no demora en retirarse también del Barcelona y en privarnos de seguir viéndolo jugar porque, claramente, no lo merecemos.

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Porque no hay esperanza
Si Messi, el futbolista más increíble de la historia, renuncia porque “no se le da”, ¿qué nos espera a la gente del montón, como usted y como yo? ¿Ponernos un cojín sobre la cara hasta dejar de respirar? ¿Hacer un llamado a la locura? La renuncia de Messi a la gloria de ganar un Mundial nos deja a todos aturdidos, a la deriva y resignados al hecho de que en este mundo no hay esperanza.

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