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Cannabis medicinal: Hazlo tú mismo

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Álvaro Corzo V. //@Corzo360

La cura para el  46% de los colombianos que padecen de dolor crónico. 

A escasas horas de que la firma del presidente Santos abra las puertas para la entrada de la marihuana medicinal a nuestro país poco se habla de los verdaderos beneficiados con esta histórica decisión: los pacientes, en cambio si de quienes serán los nuevos patrones del negocio hasta hoy metidos en la ilegalidad. Paranoia propia de un país desgastado por una guerra eterna contra las drogas. 

Lo que verdaderamente importa es que por primera vez el Estado está por permitirles a sus más de 47 millones de habitantes, cultivar y consumir su propia medicina para manejar entre muchas otras cosas el dolor. Sí o sí un severo alivio con alcances insospechados. ¿Sabe cuánto se gasta el mundo entero al año en genéricos como el Ibuprofeno, Acetaminofén, Naproxeno y otros calmantes para el dolor? Cerca de 11 billones de dólares. En Colombia las cifras están por las nubes, el costo de este tipo de medicamentos al igual que sus versiones más fuertes como Codeína, Morfina y todo tipo de opioides para el manejo del dolor son muy costosas, no solo para el bolsillo de un país con una deuda externa de U$107.816 millones de dólares y un Plan Obligatorio de Salud cada vez más caro sino también para su gente, la cual  en su mayoría vive con un salario mínimo de escasos $644.350 pesos. Un enfermo de reumatismo o esclerosis múltiple en nuestro país puede gastar entre 500 mil y un millón de pesos al mes en calmantes, mientras un paciente con cáncer puede llegar fácilmente a doblar esa cifra.  O lo paga el paciente o lo paga el estado, es decir todos. Según la última investigación publicada a principios de este año por la Asociación Colombiana para el Estudio del Dolor (Aced) cerca del 46% de los colombianos padecen de dolor crónico.

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Pero no solo se trata de democratizar el acceso a la medicina a un precio casi gratuito para aquellos que decidan cultivar las plantas ellos mismos, sino también de poner al alcance de todos una alternativa natural y segura. La mayoría de desinflamatorios y opioides que usan a diario millones de colombianos están ligados con daños irreversibles al hígado, enfermedades renales, hemorragias del tracto digestivo entre otros efectos secundarios, por no hablar de sus altos índices de adicción. Vicente, un chico de ocho años que conocí en Denver, Colorado, donde la marihuana medicinal es legal desde el 2000, perdió sus funciones renales por los medicamentos que le daban para manejar sus episodios de epilepsia, haciendo su condición aún más severa. Hoy, un año después de estar siendo tratado con aceite de cannabis medicinal su vida es otra. (Vea aquí su historia).

De materializarse todo podremos meterle la ficha a la investigación del Cannabis como pasa en Estados Unidos, Israel o Canadá. Podremos ver a ciencia cierta las potencialidades de variedades nativas como el Mango Biche, Santa Marta Gold, Punto Rojo, Colombiana Rosada, con las cuales han trabajado en los últimos años grupos de medicina alternativa a base de cannabis en nuestro país. 

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Compararlas con cepas estadounidenses que llevan años perfeccionándose en el terreno medicinal como el Bubba Kush, o Grand Daddy Purp, cepas populares para tratar pacientes por sus propiedades antiinflamatorias, antiespasmódicas y antiesquémicas o la Island Sweet Skunk o Jack Herer variedades de cannabis con altos niveles de THC las cuales se recetan para pacientes con cáncer y VIH. 

“Cada variedad de marihuana es distinta una de otra debido su concentración principalmente de CBD y THC.  El CBD es el componente del Cannabis que ha  demostrado ayudar a regular nuestro sistema neurológico mientras que el THC, su otro componente ayuda a regular el sistema inmunológico. El uno no trabaja sin el otro. Es de esta combinación de cannabinoides donde radica la efectividad de cada cepa para tratar dolencias como el glaucoma, asma, dolor crónico, esclerosis múltiples, enfermedades neurodegenerativas como alzheimer, parkinson, artritis reumatoide, diabetes, desordenes gastrointestinales, hipertensión arterial, migraña, epilepsia refractaria, estrés postraumático, entre otras” explica Burnt MD, un cultivador de marihuana medicinal de Colorado con experiencia de más de 20 años y quien hace cuatro fundó Gorrilla Healers, una organización que brinda aceite de Cannabis medicinal de forma gratuita a veteranos de guerra con estrés postraumático, enfermos terminales de Cáncer, VIH entre otros.

Y si todavía duda de la efectividad del Cannabis medicinal sola basta conocer que en la actualidad son más de una decena de drogas a base de Cannabinoides como el Sativex, Dronabidol, Nabilone, Dexanabidol las que se pueden conseguir en el mercado para tratar el mismo tipo de dolencias aquí descritas, el problema es su precio. Por ejemplo, un mes de tratamiento con Sativex, medicamento de una farmacéutica británica con el cual se trata la epilepsia refractaria cuesta entre U$300 y U$800 dólares al mes.

¿Cura para todos?

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Todos tenemos un sistema llamado endocannabinoides el cual esta encargado de dinamizar procesos fisiológicos en nuestro cuerpo como la liberación de neurotransmisores, la percepción del dolor, las funciones cardiovasculares, gastrointestinales y del hígado entre otras. Cuando consumimos aceite de cannabis medicinal lo que estamos haciendo es estimular este sistema, lo importante es dar con el balance y cantidad perfecta para que sean efectivos explican los científicos.  

Hoy en día existen distintas formas para la extracción del aceite de Marihuana proveniente de su flor. Esta extracción puede ser por medio de C02 presurizado, también utilizando gas butano el cual se usa de forma industrial alcanzando un grado de pureza inferior. Existen alternativas DIY (hazlo tu mismo) por medio de extracción con hielo o planchas de calor así como el método más tradicional y artesanal, el cual Gorrilla Healers y otras organizaciones en Estados Unidos y otros países enseñan a madres de niños enfermos así como a todo tipo de pacientes por su gran facilidad. (Vea aquí cómo hacerlo).

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“Lo fundamental es que la gente del común tenga la posibilidad de cultivar y fabricar su propia medicina y que esto no se quede en unas cuantas manos” Burnt MD.

Mientras llega la anticipada firma del presidente junto a su reglamentación, y esperando que esta normatividad no se vuelva la papa caliente de las próximas elecciones presidenciales en Colombia, cientos de personas seguirán tratando el dolor, los espasmos, la ansiedad, convulsiones entre otros síntomas y padecimientos con el aceite de una planta que hasta ahora ha sido estigmatizada en nuestro país.  Todo esto está a punto de cambiar.

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