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La Selección es James y 10 más

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La última convocatoria de Pékerman abrió la posibilidad de que los cracks del ciclo pasado no regresen sino recuperan su nivel. Rodríguez permanece y frente a Perú, en el amistoso del 8 de septiembre, será líder y capitán del equipo. La pregunta es quiénes lo acompañarán en la empinada cuesta hacia Rusia 2018.

Por Héctor Cañón Imagen / Foto EFE

James Rodríguez es, aún con diez años de vida profesional por delante, el mejor jugador colombiano de todos los tiempos.

Y lo es de lejos, varios escalones por arriba de los cracks de finales de los ochentas y los noventas, época en la que por fin los jugadores decidieron estar a la altura de la inexplicable pasión nacional por su selección.

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Además, ya les lleva demasiada gabela a Cuadrado, Falcao y Quintero, los contemporáneos que llegaron a esperanzarnos con ocupar los primeros puestos de la élite mundial del balompié y que se han ido diluyendo en estrafalarios traspasos, raros peinados nuevos, cientos de miles de seguidores en las redes sociales, gambetas improductivas y técnicos que no le comen cuento de estrellita a nadie.

Estoy preparado para recibir las ráfagas emocionales de los nostálgicos de siempre (Señores todo tiempo pasado fue…pasado), que no tendrán más remedio que maldecirnos a mí, a Shock, al Gol Caracol y al propio crack en nombre del Pibe Valderrama, del Tino, del loco Higuita, del espigado Freddy Rincón y hasta del inolvidable Willington Ortiz cuando las razones de peso aparezcan a favor del líder y próximo capitán de la Selección Colombia en el camino hacia Rusia 2018. (Ver goles, pases y jugadas de Carlos Valderrama)

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Entonces, vamos con argumentos que enciendan la polémica. Lo primero es refrescar un poquito la memoria, que no es precisamente una de las actividades favoritas de los colombianos. ¿Cuánto tiempo volverá a pasar para que un futbolista de esta tierra aporreada y hermosa sea goleador de un mundial de fútbol? ¿Es más, volverá a suceder? ¿Salvo las brillantes excepciones de Falcao en Atlético de Madrid y Asprilla en Parma y Newcastle –ambos goleadores temerarios, pero no generadores de juego–, quién ha brillado como lo está haciendo James en las canchas de Europa con el Real Madrid? (Ver goles, pases y jugadas de James con Real Madrid)

Las preguntas abren siempre el camino de la reflexión porque nos ponen a mirar desde otras perspectivas. Así que sumemos otras que nos ayuden a dimensionar quién es James Rodríguez. ¿Hay otro jugador colombiano en el panorama al que le luzca el número 10 de uno de los grandes del viejo continente? ¿Volveremos, los futboleros de este país (donde empatarle a un campeón del mundo es hazaña suficiente para que nos agarremos a pata y puño en las calles en la celebración) a ser quintos en una Copa Mundo? ¿Cuántos años tiene James hoy y cuántos tenía cuando metió 6 goles en cinco partidos mundialistas? ¿Recuerda usted que el propio Valderrama dijo, tras el brillante debut de su heredero, camino hacia Brasil 2014, en la altura de La Paz: “Colombia no necesita un Pibe, ya tiene a James”? (Ver debut de James en Bolivia 1- Colombia 2)

Ese día, el pelado de 21 años se puso por primera vez la camiseta de la sele de mayores y dio cátedra de fútbol a 3600 metros de altura. Y pilas porque en su debut no le dieron la 10 que vestirá hasta que las piernas ya no respondan a la claridad mental que lo caracteriza, sino la 23, en una de las escasas decisiones de Leonel en su fugaz paso por el banquillo de la sele.

James, desde entonces, confirmó con la de mayores lo que ya había bosquejado con la juvenil: su desempeño en la cancha es directamente proporcional al tamaño del desafío. De ahí en adelante ha demostrado, una y otra vez, que se crece cuando alguien duda de su capacidad. El técnico italiano del Mónaco, Claudio Ranieri, le dijo que tenía problemas de personalidad y él respondió convirtiéndose en el mejor volante ofensivo en Europa en la temporada 2013-2014. “Dios” Antonio Vélez aseguró que era un jugador que se perdía en la cancha en pleno mundial y James salió goleador del evento. (Ver goles de James en Brasil 2014)

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El que es no deja de ser. Este fin de semana la volvió a hacer. Rodríguez demostró, con la soga al cuello que le enlazó el dt Rafa Benítez, famoso por su inclinación a jugársela por sus paisanos, al declarar que no tenía ritmo de competencia. El genio le respondió con un gol de tiro libre imposible, que viajó a 130 kilómetros por hora hasta la red; con otro de chilena, que se inventó solito; con tronco de pase gol para que Bale (que antes ni lo miraba y ahora lo persigue) abriera la goleada; con varias triangulaciones exquisitas y diciendo, palabras más o palabras menos, “Benítez manda, yo juego fútbol y Cristiano y Bale están delante de mí en los tiros libres, pero déjenme patear y abrácense”. (Ver resumen de Real Madrid 5- Betis 0)

El destino de los ídolos

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Teniendo en cuenta que los colombianos tenemos la tendencia a tomarnos todo literalmente, expliquemos por qué la Selección Colombia es James y 10 más.

Ese dicho-metáfora futbolero nació, si la memoria no me falla, cuando el director técnico argentino Carlos Bilardo dijo eso mismo acerca de la selección Argentina y Maradona meses antes de que el 10 condujera de manera magistral al equipo en la obtención de su segunda Copa Mundo.

¿Eso quiere decir que Diego hubiera ganado el mundial sin Valdano, Burruchaga, Batista o Brown? Por supuesto que no. Eso quiere decir que el equipo giro en torno a él, que aceptó su orgulloso liderazgo, su interminable superioridad técnica, su rapidez mental y ese halo que tienen los elegidos para finiquitar hazañas.  Eso quiere decir, también, que la prensa y la hinchada se reunieron alrededor de la idea de la genialidad de Maradona y todo lo demás, lo que pasó de ahí en adelante, el gol con la mano y el más bonito entre todos los bonitos, brillarán en la historia del fútbol como uno de sus capítulos más vibrantes. (Ver resumen de Argentina 2- Inglaterra 1 en México 86)

Eso si, debemos recordar también que Daniel Pasarella, héroe de la eliminatoria al marcarle a Perú cuando el reloj amenazaba con dejar a los argentinos fuera del mundial, renunció después de oír a Bilardo anunciar que en su equipo había un solo capo y se llamaba Diego Maradona.

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A pesar de que el estilo de Pékerman es muy diferente, su mensaje con la última convocatoria de la selección para el amistoso próximo frente a Perú (en la que incluyó diez jugadores del criticado torneo nacional y dejó por fuera a los ídolos Falcao, Cuadrado, Zuñiga, Guarín y Armero) es bastante parecido. La selección enfrentará ese cotejo y posiblemente su despegue en el camino hacia Rusia 2018 con James Rodríguez como su principal referente, su líder indiscutible y su capitán en la cancha.

¿James va a llevarnos solo al mundial o a repetir un título de Copa América (único estandarte de nuestra vitrina)? Es obvio que no, pero si Falcao, Cuadrado, Ospina, Quintero, Guarín, Zuñiga, Armero y compañía no recuperan el nivel que nos llevó a ser quintos en el mundial pasado y la titular en sus clubes de Europa, hay otros jugadores haciendo filas mientras se muerden las ganas de romperla con la camiseta soñada por cualquier futbolista del mundo: la de su selección.

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Santos Borré (eso se la pilló el Cholo Simeone viéndolo jugar por televisión) es la más encendida de las promesas de relevo que empezaron a ser tenidas en cuenta tras la horrorosa Copa América que tuvimos en Chile. Edwin Cardona, Darwin Andrade, Helibelton Palacios y Fabián Castillo, entre otros, también aparecen en la lista de posibles herederos de los puestos donde hoy tenemos vacíos considerables. (Ver tripleta de Rafael Santos Borré a Millos)

Lo cierto es que en caso de que los experimentados no recuperen su nivel y don José mantenga su decisión de renovar a la cuarta mejor selección de fútbol del mundo, según el escalafón de la Fifa, clasificar al próximo mundial lo convertiría en un héroe nacional. Ir dos veces seguidas a la máxima cita del balompié con diferente generación lo pondría en un lugar de privilegio en el corazón de una hinchada que suele derrumbar a sus ídolos con la misma velocidad y voracidad con que los encumbra.

Basta con recordar que James, tras la Copa América, pasó de goleador del mundial y héroe patrio a ser “pecho frío”, “una gallina que solo juega bien con el Real Madrid” o, en los peores comentarios de las redes sociales, un “hp que solo le hace pases a su novio Cristiano”.

Sin embargo, antes de que se decida una renovación radical, aún falta ver si Falcao empezó el reencuentro con el Tigre de otros días  tras el gol frente al Crystal Palace en la última fecha de la Premier League; si Adrián Ramos, otro de los que anotó en el abundante fin de semana de los colombianos en el exterior, vuelve a brillar en el Borussia Dortmund como lo hizo en el Hertha Berlín; si Cuadrado, un tipo más afín al bullicio italiano que a la precisión inglesa, vuelve a ser con la Juve el que fue con la Fiore; si Ospina le tumba la titular en el arco gunner a Peter Cech como ya lo hizo con el polaco Szczesny en la temporada pasada. (Ver goles de colombianos en el exterior el fin de semana)

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Mientras se define quién está y quién no, hay algunos jugadores que tienen el nivel adecuado para sumarse a James en la ruta hacia logros que nos saquen del tercer mundo del fútbol y nos pongan, finalmente, a pelear los títulos que siempre se llevan Argentina y Brasil. Jeison Murillo y Santiago Arias son dos de ellos y ya lo conocen desde la sub20 que disputó el campeonato mundial de 2011. Los dos tuvieron muy buenos desempeños el fin de semana y el lateral antioqueño anotó con el PSV de Holanda. Bacca y Jackson también cobraron y aún están a tiempo de lucir la camiseta 9 de la selección ante la ausencia cantada de Falcao.

Llegara el partido contra Perú (el de verdad, no el amistoso del 8 de septiembre) en poco más de un mes y veremos. James, señores, está fijo y será el eje del equipo porque empezó a romperla en su segunda temporada con el Real Madrid (ojo que de seguir así este año podría acabar o por lo menos incomodar la dualidad que proponen Messi y CR7 en la pelea por el balón de Oro de la Fifa) y porque es, si duda, el mejor jugador colombiano de todos los tiempos. ¡Y lejos, papá!.

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