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Chucky García - @chuckygarcia

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1. Un disco: “La Revancha del Burro” de Systema Solar
Los mensajes banales en la llamada “nueva música colombiana” abundan. Y cómo no, cuando lo que nos une en medio de la fiesta es justamente despojarnos de todo raciocinio y entregarnos con desparpajo a lo que es intrascendente o de poca importancia. “La Revancha del Burro”, segundo disco de Systema Solar, sin embargo, es el ejemplo de que se puede hablar de revolución en medio de un baile plagado de sonidos costeños y globales donde el ritmo es una comunión entre la tradición y la tecnología; un modelo de que un mensaje crítico o contra lo establecido puede llegar a través de composiciones tropicales de avanzada y en donde la música apela a la cadencia y a la terquedad gozosa de nuestra cultura popular.

2. Una canción: “Condoto” de ChocQuibTown
Resulta errático decir que en su último álbum “Behind the Machine”, la banda chocoana “regresó a sus raíces”.  ChocQuibTown nunca se ha ido de ahí, nunca y en ningún otro disco las abandonó; otra cosa muy distinta es que en “Behind” despojó a su música de todo el andamiaje y volvió a lo esencial, así haya vuelto a incidir en montar toda una estructura de músicos para grabarlo. En “Condoto”, la canción que introduce su nuevo disco, es vívido no solo el talento del trío sino también del compositor y arreglista Juancho Valencia (Puerto Candelaria); y de entrada la del maestro Hansel Camacho, autor de esta absolutamente sentida canción sobre aquel pueblo del Pacífico donde nacieron los ChocQuibTown.

3. Un video: “I Appear Missing” de Queens Of The Stone Age
El mejor álbum del año merecía una pieza audiovisual como esta para comenzar su camino hacia lo más alto del podio. El video de “I Appear Missing, canción incluida en sexto álbum de estudio de QOTSA, “...Like Clockwork” (2013); es una animación lúgubre y brillante; con una historia sencilla: un hombre herido vuela a ras de tierra sobre un desierto y hasta llegar a una ciudad equis donde finalmente se eleva hasta lo más alto para luego descender y encontrar la muerte. Sin muchos efectos, pocas acciones y apenas un cuervo y un viejo de una gasolinera como testigos presenciales de lo sucedido; las imágenes de “I Appear Missing” cobran grandeza con la elocuente música del tema y la forma en que está cantado.

4. Un disco extranjero: “Wenu Wenu” Omar Souleyman
A algunos medios internacionales les resulta hipster que cualquier occidental escuche los discos de Omar Souleyman. Lo que desprecian, es que esta veterana figura proveniente del Medio Oriente es un paladín de la autogestión y la música independiente, en su existencia ha lanzado más de 500 trabajos, editados en casete, y que además de CD’s y vinilos ha participado en festivales tan reputados como el Sónar o el Glastonbury. “Wenu Wenu”, su disco de 2013, en solo siete canciones recoge el espíritu de lo que su música es: una combinación de ritmos y sonidos árabes, algunos de estos tan rápidos como el punk; otros muy pop y otros con una métrica desquiciada. El resultado es como un hipnótico y moderno mantra que a la vez apela a la reminiscencia y al sincretismo urbano sirio.

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5. Un concierto: Black Sabbath
De antemano estaba más que claro que se trataba de los legendarios Black Sabbath. Pero nadie imaginó que en tarima íbamos a ver a una banda que aún marcha como un reloj; a una máquina cuyo retiro de los escenarios no ha oxidado en lo más mínimo; a un grupo de músicos que se inventó más de la mitad de los sonidos que hoy se destilan en el rock duro y que en vivo lo ponen a prueba. Y mucho menos pensamos que junto a los tres Sabbath originales que vinieron íbamos a ver al baterista Tommy Clufetos, un intérprete cavernario con una técnica impecable y una máquina de ritmo que de un golpe que podría romperle la quijada a un mamut. El mejor baterista que sin duda se vio en el año en Colombia.

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