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Los hombres que están detrás de los templos de salsa en Bogotá

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Foto: Arte Conexión

“Así no se quiera reconocer, Bogotá fue cuna de agrupaciones salseras y abrió espacios con conceptos nuevos que ni Barranquilla, ni Cali, ni Medellín tenían”, afirma Bertha Quintero, subdirectora del Idartes. Por esta razón, Arte Conexión decidió entrevistar a quienes están detrás de dos de los templos de la salsa en la capital: Quiebra Canto y Galería Café Libro.  

  • Quiebra Canto un lugar pensando para los amigos

Entre amigos y hermanos nació Casa Quiebra Canto en la calle 18 con carrera 2da, en la que es hoy la casa estudiantil de Los Andes. Desde el primer día a hoy suman 35 años impulsando la movida cultural salsera en Bogotá y desde su sede actual en la 17 con 5ta, Pedro Manosalva cuenta cómo inició el lugar.
“Quiebra Canto nació como accidentado, lo hizo mi hermano Álvaro, quien escuchaba la nueva trova y que tenía otro amigo de Cali que le gustaba la poesía. Era pensado como para amigos, pero en el voz a voz se fue creciendo, y venían más y más, y luego fue impresionante”, afirma. Hoy es unos de los templos salseros en Bogotá en el que la bandera es la salsa clásica.

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Pero así mismo, por su tendencia a presentar artistas en vivo, ha logrado ver surgir grupos nacionales, fue casa por más de dos años de la orquesta La-33 y ha visto pasar por su tarima a Chocquibtown y a otras extintas agrupaciones como Calambuco. Es una casa colonial amarilla que se sostiene en el centro de Bogotá a punta de baile, música, timbales, vientos y soneros.

A la nueva trova cubana, al son, la música protesta de los años 70 y a los amigos, dice deberle Pedro Manosalva el estar como administrador de un espacio que por más de tres décadas ha impulsado también el cine y las letras bajo el manto de la salsa y la noche bogotana.

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  • Galería Café Libro, 31 años en la movida salsera de Bogotá

“Nosotros hemos persistido 31 años en la movida salsera de Bogotá”, dice Alberto Litfack, el hombre detrás de las tres sedes especializadas que hoy conforman la Galería Café Libro, un circuito musical de este género en la ciudad. Empezó en julio de 1982 entre un círculo de amigos rumberos y desde 2001, Litfack ejerce como su director cultural.

“En los años 80 solo había unos cuantos lugares muy 'underground' en el centro de Bogotá y nosotros decidimos crear un lugar que le diera relevancia al papel que estaba desempeñando la salsa en América Latina y en Nueva York. La primera fue en el barrio Palermo en la Calle 46”, explica.

Así mismo, tiene otra sede especializada (Café Bohemia) y una en la calle de la 93. “Nos hemos sostenido durante más de tres décadas cultivando generaciones salseras en la ciudad. Con nosotros hubo una gente que aprendió a bailar y hasta algunos que tuvieron sus hijos alrededor de este movimiento. Además hemos permitido que confluyan con la salsa la danza, la poesía y el cine”.

De esta manera, este padre de familia y esposo de “La Mona”, brazo derecho de sus batallas laborales y personales, le ha apostado a reproducir a las distintas escuelas musicales de todos los tiempos y dándole oportunidad a los artistas abriéndoles espacios de presentación en vivo. 

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“No basta reproducir la música, hay que darle oportunidad a quienes la hacen”.

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