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Mucho Indio: El nuevo viaje sonoro de Teto Ocampo

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Por Jenny Cifuentes// @Jenny_Cifu
Foto Gustavo Martínez // @tavomartinez_

Lo que comenzó en el 2008 como un cabildo entre indígenas y artistas urbanos para mantener vivo el pensamiento ancestral, terminó en un encuentro sónico-espiritual. Esta es la última visión de un visionario musical.

Cantos indígenas amplificados en tarimas citadinas. Melodías ancestrales hermanadas con bajos, baterías, secuenciadores. Rockeros, jazzeros y grafiteros aliados con músicos de los pueblos originales, haciendo canciones de las tribus, tatuándolas en las paredes de la urbe con stencil. Así es Mucho Indio, un combo liderado por el guitarrista, estudioso del folclor Cantos indígenas amplificados en tarimas citadinas.

Melodías ancestrales hermanadas con bajos, baterías, secuenciadores. Rockeros, jazzeros y grafiteros aliados con músicos de los pueblos originales, haciendo canciones de las tribus, tatuándolas en las paredes de la urbe con stencil. Así es Mucho Indio, un combo liderado por el guitarrista, estudioso del folclor homónima en solitario, con proyectos como Los Virus, Manguala y La Latonera, y con la agrupación que aún engrosa, la gran propagadora del electrocumbé y otros demonios: Sidestepper.

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Desde hace años, Ocampo y sus amigos realizan expediciones a las fuentes de ritmos indígenas en el Cauca, la Sierra Nevada de Santa Marta, La Guajira y el Amazonas, encontrándose allí con artistas ancestrales que les han compartido su sapiencia sonora. Con taitas que, por dosis controladas y de viaje en viaje, han ido revelándoles los misterios de su música sagrada. Todos estos hallazgos se reflejan en un primer disco fascinante, homónimo, grabado por completo en los lugares recorridos y en el que participan intérpretes nativos como Julio Torres, Victoriano Piñacué y la arhuaca María Teresa Villafañe, con cortes en los que instrumentos wayúu de pastoreo o flautas nasa –que para muchos serían piezas de museo– se mezclan con guitarras, bajos, baterías y percusiones ejecutadas por Teto, Gilbert Martínez, Pedro Acosta y Carlos Rengifo, en composiciones en las que se desengrasa el esquema rítmico de géneros urbanos como el rock o el jazz y se ahonda en las frecuencias, tiempos y afinaciones de las músicas de nuestros indios.

En la placa, conducida por Teto, producida por Richard Blair, mezclada por John Dent (que reluce en los créditos de trabajos de Santogold o PJ Harvey), y puesta en los oídos de la gente desde agosto por Polen Records (Bomba Estéreo, La Derecha), se oyen piezas basadas en música ritual del pueblo cubeo del Vaupés y en cantos arhuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta, evocaciones de melodías de marcha de la comunidad nasa del Cauca, canciones inspiradas por el toque de trompa de un palabrero del desierto en La Guajira… Según el guitarrista, “el sonido de Mucho Indio es costeño y boyacense, es la sonoridad del acordeón arhuaco, son los pasillos nasa, las canciones muinane, las tonadas de los huitoto, pero de ninguna manera música andina. Es la búsqueda del futuro en el pasado”.

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Con este proyecto, Mucho Indio pretende rescatar para las nuevas generaciones la sabiduría ancestral y, por medio de la música, mantener la conexión con lo indígena. Como Teto lo plantea: “Mucho indio’, una expresión usada por algunos como un insulto, para nosotros es música, un escape del caos, es nuestra guía espiritual. El encuentro con nuestros ancestros: la llave para entrar en los nuevos tiempos”.

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