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True Detective: ¿Una segunda temporada apasionante o decepcionante?

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Por: Luis Fernando Mayolo @mayolito. Comenzó la segunda temporada de True Detective con la compleja responsabilidad de volver a capturar a todo ese grupo de fanáticos que hizo que la serie trascendiera como de culto y de paso con la necesidad de reemplazar el espacio dejado por Juego De Tronos

Lo interesante de todo esto es que pretende hacerlo con nueva nómina y una historia que desde el primer capítulo empieza a marcar diferencias con lo que ya conocíamos.

Aunque un muerto comienza a regir nuevamente los destinos de todos, ese contexto enfermo en el que habitan los personajes parece tener un tinte más político y económico, que oscuro y religioso. Mientras en la primera temporada el pulpo burocrático era cómplice del accionar de un grupo de fanáticos y brutales asesinos en serie, en esta nueva versión luce como el verdadero centro de la trama.

A su vez la serie decidió ampliar sus historias protagónicas del perturbado Matthew McConaughey (Detective Rust Cohle), quien vivía un verdadero infierno por la muerte de su hija, y el mujeriego Woody Harrelson (Detective Marty Hart), quien siempre buscó expiar sus demonios lejos de su familia traicionándola una y otra vez. Ahora presenta cuatro personajes: Colin Farrell (Ray Velcoro), Vince Vaughn (Frank Semyon9, Rachel McAdams (Ani Bezzerides) y Taylor Kitsch (Paul Woodrugh).

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A través de ellos intenta conectar la línea argumental con la que venía, ya que tres de ellos son policías que buscan esclarecer el crimen de un importante ejecutivo de la ciudad de Vinci, un territorio corrupto y al parecer con sus propias reglas, pasando además de los pantanos de Louisiana a las calles del sur de California.

Por el camino correcto el primer capítulo busca explorar el tarrado de mierda en el que viven cada uno de los personajes: dolor, violencia, vicios, ausencias, mentiras, codicia, carencia de amor y problemas sexuales. Ahí siempre ha estado lo mejor de la serie.

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 Lo que todavía no convence es la trama central que los une a todos, que si entramos en comparaciones no tiene la misma fuerza que la primera temporada, envuelta mucho más dentro del territorio del género policiaco, que en esa oscuridad que nos congelaba la sangre desde el comienzo.

Con una narración más lineal y la apuesta por un personaje protagónico femenino, Nic Pizzolato, creador y guionista de la serie, busca sostener la angustia sin enredar demasiado temporalmente la trama.

Si nos preguntaran qué fue lo mejor del primer capítulo habría que destacar escenas como la de la golpiza Colin Farrell (Ray Velcoro) al padre del niño que le hace bullying a su hijo y la de Rachel McAdams (Ani Bezzerides) corriendo de su casa a su amante de turno.

Esto apenas comienza y mucho de lo que decimos todavía son conjeturas.

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