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Gil de Gils libera al ‘Diablo’ en su nuevo videoclip

La banda nos lleva a un viaje por diferentes lugares de Bogotá donde se encuentra este personaje cargado de excesos y corrupción.

El Diablo es el segundo videoclip del álbum Nativo de Gil de Gils, el power dúo de Sebastián Villanueva y Kami Moreno. Esta canción cuenta la historia del Diablo en Colombia, inspirada en la literatura oral colombiana, cuentos tradicionales según la maestra y cantaora Etelvina Maldonado. Una de estas leyendas habla de Buziraco que llega en un galeón, azota primero el cerro de la Popa en Cartagena su presencia se notaba por los múltiples incendios que se presenciaban a lo lejos. Fray Alonso de la Cruz y el obispo de Cartagena Juan de Labrada tuvieron una fuerte lucha espiritual y lo desterraron de La Popa. Buziraco baja por el río Atrato y llega a Cali, se ubica en el lugar donde está ahora el cerro de las tres cruces. Fray Juan Cuesta se percata de su presencia en esa montaña, porque hay ritos y se ven sombras de cuernos y alas de una figura monstruosa. Los hermanos Cuesta deciden ir a exorcizar la montaña y ponen tres cruces de guadua, que se quemaron después del terremoto en 1925, un suceso que llamaron ‘la libración de Buziraco’. Deciden hacerla las cruces de concreto y además hacer el monumento de Cristo Rey para encerrar al Diablo. Gil de Gils hace la analogía de esta historia, en su canción. Cuentan que se escapa del cerro y se va para Medellín a colaborar con el Patrón en sus fechorías y maldades, pero es traicionado y decide viajar a la capital dónde después de un siglo viviendo a costa de los cachacos es robado y lo pierde todo. Ahora anda vagando por las calles Bogotanas.

"Venga le cuento mi don acá no respetan, la papaya vive en su ley si la pone entera, si usted se quiere mi don pase lo que tenga, ya me cansé de su voz y su quejadera" afirma el coro.

La edición del videoclip está hecha frame to frame. El sonido es una descarga fuerte de puya con punk- rock, con un discurso que cuenta el malestar de tantos años de corrupción e impunidad, y el desespero de una cultura que grita un cambio radical que necesita renacer para reconocerse y encaminar su destino.

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