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Depredador: ¿Sus películas tienen "políticas de género"?

'Depredador: la presa' regresó a los elementos básicos de la franquicia.

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Depredador: la presa, se estrenó recientemente en Star+.

Desde mediados de julio de 2022 podemos ver en Colombia la película Depredador: la presa en el servicio de ‘streaming’ Star+. Este resultó ser un excelente filme que regresó a los elementos básicos de la franquicia. Sin embargo, hay un pequeño pero ruidoso grupo de supuestos fanáticos que la han criticado por supuestamente introducir “políticas de género” en la saga.

Por: Julián Ramírez // @Sir_Laguna

Depredador: la presa cuenta la historia de Naru, una miembro de los comanche en las grandes planicies de Norteamérica durante el siglo XVIII. Aunque es una talentosa sanadora, ella quiere ser una cazadora. La oportunidad de probarse a sí misma llega cuando un ser extraño comienza a cazar en los territorios de su tribu. Aquí pueden leer una reseña en español para que entiendan qué es lo que hace tan genial a este filme.

Como pueden notar, lo que parece molestar a esos críticos es que la protagonista en esta ocasión es una mujer y que ella logra derrotar al depredador al final sin otra ayuda más que la de su perro. Tienen razón en que esta es una película sobre las llamadas “políticas de género” porque es literalmente una historia sobre una chica que desafía las tradiciones de su tribu para realizar actividades que no solían ser consideradas “para mujeres”. Pero están equivocados en otra cosa: esta no es la primera película sobre género de la franquicia.

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La primera película de la saga Depredador, estrenada en 1987, es literalmente sobre esas “políticas de género”.

¿No nos creen? Vamos a hacer memoria.

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En el filme de John McTiernan, protagonizado por Arnold Schwarzenegger, seguimos a un grupo de mercenarios estadounidenses que se adentran en la jungla de una nación centroamericana para una supuesta misión de rescate. Pero no saben que hay algo más en la selva: un cazador de otro mundo que los ha elegido como presas.

Aquí tenemos a los hombres más grandes, fuertes y peligrosos de la Tierra. Están armados hasta los dientes con lo mejor que la industria militar les puede ofrecer. A pesar de eso se ven transportados al lado incorrecto de la cadena alimenticia. Dejan de ser depredadores y se convierten en presas. Por si no ha quedado claro, Depredador es una película que habla sobre la masculinidad y no precisamente para celebrarla.

Los miembros del escuadrón de Dutch son los que muchos describirían sin ironía alguna como “machos alfa”. Hombres muy musculosos que se comunican entre ellos mediante competencias de fuerza y hablan solo con terminología militar y chistes groseros. Uno de ellos incluso se describe a sí mismo como un “tiranosaurio sexual”. Cuando se encuentran con sus enemigos, los despachan rápidamente con sus tácticas y armamento superiores. Mejor dicho, son “hombres de verdad”.

Pero esos “hombres de verdad” se comienzan a desmoronar cuando enfrentan una amenaza que no entienden y a la que no pueden derrotar mediante fuerza bruta. Dejan caer su fachada de superhombres mientras son cazados uno por uno.

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El mejor ejemplo de esto es el Sargento Mac, interpretado por Bill Duke. Él es probablemente el más estoico del grupo, pero también el que más se ve afectado por la situación. Cuando ve morir a Cooper y cree detectar al enemigo, descarga todo el poderío balístico de su equipo contra él, incluyendo el de la ridículamente enorme ametralladora gatling. No tener éxito de esta manera es lo que hace que comiencen a entrar en desesperación. A los hombres nos han enseñado que con demostraciones de fuerza como esta podemos lograrlo todo. Si eso no funciona, ¿qué nos queda?

35 años después, cuando Depredador: la presa decidió usar el tema de los roles de género, estaba siendo totalmente fiel a la película original. Los protagonistas del primer filme son un ejemplo perfecto del “ideal masculino”, al menos del “ideal” esa época. Están ejerciendo el rol de fuertes guerreros que se supone debemos asumir los hombres. La crítica del filme hacia esta ideología dice que esto es solo una fachada que ofusca la humanidad de cada persona. Es solo cuando la desesperación y el miedo se comienza a apoderar de ellos que comienzan a referirse entre sí como amigos y no como soldados.

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Irónicamente es Dutch, aparentemente “el más macho de todos”, quien subvierte esas ideas. Desde el comienzo del filme, él rechaza que sus hombres sean “reemplazables” y que la misión debe ser puesta por encima de todas las cosas. Estas son ideas importantes pero absolutamente ‘tóxicas’ de la “masculinidad militar”. También es él quien finalmente logra derrotar al enemigo usando su astucia, no la fuerza ni la superioridad armamentística.

El depredador también representa ciertas políticas de género. La ‘caza deportiva’ no es una práctica exclusivamente masculina, pero tradicionalmente se asocia la idea del “cazador” con los “hombres”. A diferencia de la cacería de subsistencia y supervivencia, esta actividad tiene como objetivo demostrar la superioridad sobre otras especies y por esto es fuertemente criticada. En Depredador: la presa se hace un paralelo muy inteligente entre ambas formas de cazar.

Si creen que esta es una lectura demasiado forzada de esta película, tengan en cuenta que la siguiente obra del director John McTiernan también tiene temas similares. Duro de Matarno es una película sobre la navidad, pero sí es sobre un hombre que ve su masculinidad amenazada por el éxito laboral y económico de su esposa y que debe recuperarla a punta de violencia. Como vemos en las secuelas de ese filme, eso no salvó su matrimonio.

Es posible que ustedes no estén de acuerdo con esta interpretación de estas películas, pero de lo que no cabe duda es que, sin importar si sus protagonistas son hombres o mujeres, ambas entregas de la saga Depredador son verdaderas joyas del cine de acción.

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