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Historia de las palabrotas: el origen de la palabra Fuck no es el que nos dijeron

Historia de las palabrotas, presentada por Nicolas Cage, es una serie en Netflix que explora el origen de las groserías en inglés.

Nicolas Cage - Historia de la palabrotas (Netflix)
Nicolas Cage presenta la serie Historia de la palabrotas (Netflix).
Foto: Netflix.

Durante varios años se popularizó una historia sobre el origen de la palabra fuck, una de las groserías preferidas del inglés, que aunque con frecuencia se usa con un sentido sexual, tiene miles de connotaciones y significados.

Según este mito, la palabra “fuck” viene de la Edad Media en Inglaterra, donde sólo se podía tener sexo si el rey daba su autorización para ello, por lo que era necesaria su aprobación. Si el rey accedía y otorgaba ese derecho, se debía colocar en la puerta una placa con una leyenda que rezaba “Fornication Under Consent of the King”.

Esta explicación sobre el origen de la palabra "fuck" no es cierta, según la lexicógrafa Kory Stamper, entrevistada en la serie Historia de las palabrotas (disponible en Netflix). Presentada de forma muy divertida por Nicolas Cage, cada capítulo muestra la historia de las palabras consideradas groserías dentro del inglés (fuck, shit, bitch, dick, pussy y damn).

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Cada capítulo de Historia de las palabrotas aborda con humor el origen de cada una de las palabras, así como los momentos clave en la cultura pop que contribuyeron a su popularización e impacto.

¿Y de dónde viene la palabra fuck? “Lo mejor que los etimólogos podemos decir es que “fuck” viene de un verbo medieval holandés que significaba “golpear” o “pegar””, explica Stamper en la serie.

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"Fuck" no aparece con mucha concurrencia en el lenguaje, sino hasta 1500. Sin embargo, existen registros del uso de "fuck" como parte de algunos apellidos en el siglo XIII.

La Corte Suprema de Estados Unidos ha determinado que el uso de la palabra “fuck” está protegido en la enmienda 1 y 14 de la Constitución política del país. Durante varias décadas, esta palabra contribuyó a validar luchas sociales y políticas: "usar la palabra "fuck" es una forma de ser escuchado", explica en la serie Elvis Mitchell, crítico de cine.

A pesar de que decir "fuck" es una derecho constitucional, se mantiene como una de las palabras más censuradas del inglés. Para más datos sobre "fuck" y otras groserías, pueden ver Historia de las palabrotas, en Netflix.

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