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Glass Onion tiene una teoría: Elon Musk es estúpido

Los paralelos que hace Glass Onion con Elon Musk resultan más que claros.

Miles Bron, personaje de Glass Onion: un misterio de Knives Out, interpretado por Edward Norton // Elon Musk.
Foto: Edward Norton: Netflix. Foto Elon Musk: Win McNamee/Getty Images.

Como si fuera una revelación inesperada al final de una historia, Glass Onion: un misterio de Knives Out llegó justo antes de que terminara el año para sorprendernos a todos. Puso a los críticos a reescribir a última hora sus listados de las mejores películas de 2022 y a los espectadores a analizar cada detalle que aparecía en pantalla para resolver el misterio antes que Benoit Blanc, el carismático detective interpretado por Daniel Craig.

Por: Julián Ramírez // @Sir_Laguna

Esta es la secuela de Knives Out, mejor conocida en Colombia como Entre navajas y secretos. Esa película de 2019 fue nominada al Premio Oscar por su guión y fue ampliamente considerada como una de las mejores de ese año. Este nuevo filme no se queda en su sombra y nos presenta un misterio tan intrigante como el anterior. Por si se lo están preguntando, no es necesario haber visto la película anterior para disfrutar esta. Son historias independientes, pero de todos modos vale la pena ver ambas porque las dos son excelentes.

Pero no estamos acá para celebrar la evidente calidad de Glass Onion, sino para hablar de un elemento muy particular de su trama: la clara forma en la que critica a los billonarios y específicamente a Elon Musk.

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Ustedes probablemente están tan hartos como nosotros de escuchar sobre ese señor, especialmente desde que compró Twitter y se aseguró de convertirse en el centro de atención en esa red social sin importar lo perjudicial que sea para el negocio.

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Es fácil para cualquiera que vea la película pensar que cierto personaje —el billonario Miles Bron, interpretado con mucha genialidad por Edward Norton— está definitivamente inspirado en el magnate detrás de Tesla, SpaceX y Twitter. Incluso podría decirse que parece una respuesta a los actuales escándalos y dramas protagonizados por él. Esto, por supuesto, no es así. Al escritor y director Rian Johnson le hubiera resultado imposible adivinar el discurso actual que rodea a Musk mientras la escribía en 2021.

En una entrevista con la revista Wired, Johnson expresó su sorpresa ante lo relevante que resultó la película para el momento cultural en que fue lanzada. Bromeó diciendo que “la caída de Twitter parecía orquestada por Netflix para promover el filme”. Sin embargo, aclaró que Bron no representa específicamente a Musk, sino a todo la cábala de millonarios de negocios relacionados con tecnología. Entre estos también incluye a Jeff Bezos, Mark Zuckerberg y otros. Sin embargo, sí aceptó que los paralelos que hace  Glass Onion con el Elon Musk de hoy en día resultan más que claros.

Para entender de qué estamos hablando, demos una rápida mirada al pasado.

Creando a Elon Musk

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Aunque muchos perfiles han tratado de mostrarlo como “un billonario que se creó a sí mismo” y “un genio de los negocios”, ya todos sabemos que su fortuna se debe principalmente al apoyo financiero de su familia, la cual era dueña de una mina de diamantes en Sudáfrica durante la era del ‘apartheid’. Eso le permitió crear o invertir en múltiples empresas a lo largo de la primera década de este siglo. En 2004 se convirtió en el accionista mayoritario de la compañía de automóviles eléctricos Tesla y unos años después en su dueño y CEO. Él no fundó esta empresa, pero movió cielo y tierra para que el mundo asociara su nombre con ella.

Desde entonces comenzó a ser entrevistado masivamente y apareció en toda clase de publicaciones que los describían como un genio tecnológico. Musk decidió presentarse como un “nerd” y no ocultar su amor hacia los cómics, el ‘anime’ y los videojuegos, lo que hizo que una buena parte de la generación millennial lo considerara “uno de los suyos”. Es por eso que muchos llegaron a describirlo como “el Tony Stark del mundo real” e incluso apareció en una de las películas de Iron Man.

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En ese momento, Elon Musk era el ideal del ‘nerd capitalista’, pero poco a poco fue dejando de lado su personalidad bonachona y reveló sus peores cualidades. En los últimos años lo hemos visto negar la realidad de la pandemia de COVID-19, apoyar a políticos republicanos como Donald Trump, demostrar actitudes transfóbicas, robar arte, negar derechos laborales y mucho más.

Aparte de todo eso, que es grave, con sus actitudes y publicaciones ha quedado claro algo que puede parecer algo increíble si tomamos en cuenta su “éxito y riquezas”: Elon Musk ha demostrado que no es una persona inteligente.

Elon Musk y los billonarios, según Glass Onion

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Para poder continuar, tenemos que hacer ‘spoilers’ de la película. Si no la han visto, les recomendamos dejar de leer e ir a Netflix a verla. Es una película larga, de dos horas y media, pero vale la pena.

¿Ya la vieron? Excelente. Podemos continuar.

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Desde el comienzo del filme, Miles Bron es presentado como un genio excéntrico, amante de los acertijos y con ideas extrañas pero exitosas. El mismo Benoit Blanc descarta que él pueda ser el asesino debido a que “es demasiado astuto como para ensuciarse las manos”. El giro en la trama no es que él sí es el asesino, sino que es realmente estúpido.

Como explica el protagonista cerca del final de la película, Bron nunca ha creado nada. Todo lo que es asociado con él es robado o creado por otros en su nombre. Desde las cajas de acertijos con las que comienza la historia hasta su propia compañía. Esto por supuesto refleja la verdad no solo sobre Musk, sino sobre Bezos, Zuckerberg y tantos otros hombres que deben su éxito a negocios que crearon otros o que no crearon solos, pero que sí se han encargado de ocultar que no son los genios solitarios que pretenden.

Queda claro que Bron es un hombre carente de imaginación y creatividad. Incluso su más grande sueño era ser relacionado con una obra de arte creada por otra persona. Ni siquiera el “gran avance en combustibles” que propone no fue inventado por él. Todo lo que hace rico a un rico es usualmente heredado o robado.

Los amigos de Bron, sus “disruptores”, representan a la perfección los círculos de apoyo que tienen personas como él en la realidad: políticos que les deben favores, intelectuales dispuestos a “vender” sus investigaciones y famosos e influenciadores excéntricos con ideologías racistas o machistas de ultraderecha. Solo hay que pasar unos pocos días en Twitter para encontrar a esta clase de personas defendiendo a capa y espada a sus “billonarios favoritos”.

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La palabra ‘disruptor’ también es digna de mención. La definición que da Bron de esta no solo es parte importante de la revelación de que no es una persona inteligente, sino que también lo vincula directamente con Elon Musk. Este es un adjetivo que la prensa suele atribuir constantemente a esta persona.

Que Elon Musk es un genio no es más que un mito. Las grandes innovaciones por las que la gente lo reconoce fueron creadas por otros y él las compró, les pagó a otros para crearlas o son literalmente mentira. Solo hay que recordar las supuestas soluciones que ofreció para los problemas de agua potable en Michigan o el túnel de alta velocidad que iba a crear en California para darse cuenta. Hay sitios dedicados a todas sus mentiras y promesas rotas. Su supuesto genio tampoco se hizo presente tras la adquisición de Twitter, que no para de dar paso en falso tras paso en falso. Su administración de esta red social ha sido tan mala que ha afectado el valor de las acciones de sus otros negocios.

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Nadie ha explicado este fenómeno mejor que el ingeniero de ‘software’ Rod Hilton en la red social Mastodon:

“Él habló de carros eléctricos. No sé nada sobre carros, así que cuando la gente decía que él era un genio, les creí. Luego habló sobre cohetes. No sé nada sobre cohetes, así que cuando la gente decía que él era un genio, les creí. Ahora está hablando sobre ‘software’. Yo sé mucho sobre ‘software’ y Elon Musk está diciendo las cosas más estúpidas que le he escuchado a alguien, así que cuando la gente dice que es un genio me di cuenta que debo alejarme de sus carros y cohetes”.

Knives Out es una película con una fuerte crítica a los millonarios y su hipocresía, así que no es extraño que Glass Onion haya puesto su mira en los hombres más ricos del mundo. Hay quienes dicen, no sin razón, que Miles Bron es más similar a Mark Zuckerberg que a Elon Musk, pero la verdad es que no importa. El hombre de Tesla se ha convertido en el símbolo de lo ridículos que son los billonarios y lo poco que los necesitamos. Esta película de Rian Johnson no hace más que presentarlo de forma aún más obvia, en caso de que alguien no lo hubiera entendido aún.

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