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'La familia Mitchell vs las máquinas': una caótica aventura familiar en medio del fin del mundo

Una de las mejores películas animadas del año.

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La familia Mitchell vs las máquinas.
Foto: Netflix.

El choque generacional que existe entre los miembros de una familia puede ser tan divertido como trágico. Es un cliché decir que los “adolescentes se rebelan contra sus padres” y que estos “no entienden a sus hijos”. Esta dinámica se ha prestado para incontables películas y series de televisión que se aproximan al tema de forma graciosa, creando todo un subgénero de comedias sobre las relaciones entre padres e hijos. La familia Mitchell vs las máquinas, que lleva varias semanas en los primeros lugares de audiencia de Netflix, es un ejemplo más de esta tendencia, pero toca ese tema de una forma única y especialmente divertida.

Por: Julián Ramírez // @Sir_Laguna

Katie Mitchell es una joven cineasta que está a punto de “dejar el nido” para asistir a la universidad. Durante buena parte de su vida ha tenido problemas para relacionarse con su padre Rick, un hombre tecnófobo que desea lo mejor para ella, pero es incapaz de comprender el bizarro arte digital que realiza su hija y cree que va a fracasar. Su madre, Linda, intenta infructuosamente reparar la grieta que se abre entre ellos dos. Mientras tanto, Katie sigue trabajando en sus proyectos fílmicos con la ayuda de Aaron, su hermano obsesionado con los dinosaurios, y Monchi, un perro pug bizco, torpe y adorable.

Hasta aquí parece el concepto de una comedia (o drama) familiar cualquiera... hasta que llegan los robots.

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Sí, La familia Mitchell vs las Máquinas se desarrolla durante un apocalipsis tecnológico en el que los robots tratan de conquistar el mundo expulsando a los humanos del planeta. Esto ocurre justo cuando los Mitchell se encuentran en medio de su último viaje de carretera para llevar a Katie a su nuevo hogar universitario. La última oportunidad que tienen padre e hija de conectar se convierte también en una lucha por la supervivencia de la raza humana... y es hilarante.

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La calidad de esta película resulta clara al ver el talento que tiene detrás de su animación. Su director es Mike Rianda, que trabajó como escritor y director creativo en la excelente Gravity Falls (de la cual hablamos en este artículo junto con otras tres caricaturas con mitologías muy elaboradas). Por si fuera poco, Phil Lord y Chris Miller, las mentes detrás de la genial Spider-Man: un nuevo universo, se encargaron de la producción.

De hecho, la energía y fuerza visual de la aventura de Miles Morales también se encuentran presentes en el viaje de la familia Mitchell. Aunque la animación CGI es más tradicional, varias escenas resaltan por estar ‘estilizadas’ con la visión de Katie y su saturado arte digital. Esto le da un tono muy moderno que encaja bastante bien con la generación que creció viendo YouTube.

Pero esta película no se sostiene solo gracias a su calidad visual, pues hay mucho corazón en su historia y personajes. Como dijimos al comienzo, esta pertenece al subgénero de las comedias familiares sobre choques generacionales, pero podemos ser aún más específicos. Es una ‘road movie’ cómica y familiar sobre choques generacionales.

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¿Recuerdan películas como el clásico Vacaciones familiares y RV: Locas vacaciones sobre ruedas? Esta clase de filmes se burlan de las dinámicas familiares con un padre sobreprotector que quiere pasar un buen tiempo con su familia a pesar de no comprender lo que ellos quieren, una madre resignada y adolescentes que sienten vergüenza de sus progenitores. La familia Mitchell vs las Máquinas no se burla de estos arquetipos porque entiende que son dilemas que enfrentan todas las familias. En su lugar, entiende las emociones que mueven a este tipo de personajes y encuentra el humor en ello sin renunciar a su lado más humano. Es más fácil vernos reflejados en los miembros de esta familia que en los de otras comedias al hacerlos entrañables y graciosos sin ridiculizarlos.

El apocalipsis al que deben sobrevivir los personajes no nos lleva a un típico yermo “tipo Mad Max” por una tragedia nuclear o ambiental, sino a uno causado por la ambición de una mega-corporación tecnológica liderada por un típico “CEO joven” al estilo de Mark Zuckerberg. Aunque la trama hace referencia a la forma antiética en que operan estas empresas y la falta de regulación que tienen, solo toca este tema de modo superficial.

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Si hay un elemento en el que La familia Mitchell vs las Máquinas no alcanza todo su potencial, es este. La crítica que hace a las mega-corporaciones y la carrera tecnológica tiene la idea correcta, pero no es suficientemente profunda. Una vez lleguemos a los créditos, lo más probable es que la mayoría del público piense que ese apocalipsis ocurrió porque “un tipo trató mal a su celular y este quiso vengarse” o “dependemos demasiado de la tecnología” y no porque ciertas empresas cuentan con demasiado poder e influencia sobre nuestra sociedad.

Aunque falla un poco en ese aspecto, esta película es una verdadera joya que va a ser disfrutada por grandes y chicos, pero se le saca todo el provecho al verla en familia. Nos enseña no solo que tenemos que ser pacientes con los allegados que ven el mundo de una manera diferente, sino que con amor y respeto podemos enseñarles la forma en que vemos el mundo y llevarlos a apreciar nuevas artes y culturas. Si no la han visto, les recomendamos mucho que reúnan a sus seres queridos y se sienten frente al monitor para disfrutar juntos de una de las mejores películas de animación del año.

Además, tiene el mejor cameo que hemos visto de un Furby desde Diamante en Bruto.

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