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'Mank': su genialidad va más allá del blanco y negro

La cinta basada en el guionista de Ciudadano Kane es una de las más nominadas a los Oscar 2021.

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Foto: Netflix.

Ciudadano Kane es uno de los filmes más importantes en la historia del séptimo arte. Es ampliamente considerada una de las mejores películas de todos los tiempos, a veces la mejor, y no faltan razones. Esta obra dirigida por Orson Welles y estrenada en 1941 se ha vuelto mítica y han surgido muchas historias alrededor de su producción, algunas de las cuales son verdaderas leyendas. Mank recoge una de ellas, y es además una de las más nominadas a los Oscar 2021. ¿De qué trata?

Por: Julián Ramírez // @Sir_Laguna

A pesar de lo mucho que nos gusta la figura del “gran autor” como Orson Welles en el mundo del cine, una película no suele ser creada por una sola persona, sino gracias al trabajo colaborativo de decenas e incluso cientos de ellas. En Ciudadano Kane, Welles contó con la ayuda de —entre muchos otros— el guionista Herman J. Mankiewicz. A veces nos enfocamos tanto en la imagen del director que ignoramos a personas como él y eso es lo que hace de Mank una película tan especial.

Mank, que podemos ver en Netflix desde finales de 2020, es una obra biográfica dirigida por el gran David Fincher, a quien también debemos filmes geniales como Los siete pecados capitales, El club de la pelea, La red social y Perdida. De inmediato se convirtió en un éxito de crítica y es la película más nominada a los Premios Óscar de 2021, con la posibilidad de ganar 10 estatuillas entre las que se encuentran Mejor actor, Mejor actriz de reparto y Mejor película.

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Lo que más destaca de esta obra es, como mencionamos ennuestro listado de cinco cosas que debes saber antes de ver Mank, la forma en que imita a las películas de la era dorada de Hollywood. No hablamos solo de su llamativa fotografía en blanco y negro, sino cómo está editada, la composición de las escenas y hasta las actuaciones. Esta no es una simple táctica para llamar la atención —es bien sabido que los filmes que lucen como este le gustan a la Academia, miren El Artista por ejemplo— sino un elemento fundamental de la experiencia. Hasta el sonido, que cuenta con una fantástica banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross, es monoaural.

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Verán, Mank tenía que funcionar como una obra complementaria de Ciudadano Kane y gracias a este estilo lo logra a la perfección. Ambas usan un lenguaje cinematográfico similar y la película de Fincher ayuda a comprender muchos de los eventos que hay en el filme de Wells. Deja más que clara la inspiración detrás de este.

Tampoco podemos dejar de mencionar el maravilloso trabajo de Gary Oldman en el papel titular. Aunque inicialmente resulta curioso que interprete a alguien casi 20 años menor que él, se luce en un personaje tan ingenioso como problemático. Pero eso no es raro, estamos más que acostumbrados a que este actor nos deje impresionados con su talento.

Aunque sus elementos visuales y la actuación de Oldman son lo que más atrae de Mank, lo que la hace más interesante es su trasfondo político. Sí, esta es una obra sobre la escritura del guión de Ciudadano Kane, pero sus tramas secundarias y el escenario en el que se desarrolla hacen referencia a situaciones y problemas sociales que son tan relevantes hoy como lo eran hace ochenta años.

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Los cinéfilos más enterados saben que la historia de Charles Foster Kane es una clara referencia al magnate mediático William Randolph Hearst. Él —que en Mank es interpretado por Charles Dance, de Juego de Tronos— era un hombre tan influyente que muchos le atribuían la capacidad de poner a quien él quisiera en la Casa Blanca.

El problema es que Hearst, que empezó su carrera política y en los medios como un progresista, dio un giro hacia la derecha que lo convirtió en un ultra-nacionalista y anti-socialista que usó la influencia de sus periódicos y contactos para acabar con las carreras de quienes no compartían su filosofía conservadora. Ciudadano Kane criticó duramente la forma en que el poder y la influencia son capaces de corromper la visión del mundo de una persona. Nadie de la época quedó con dudas sobre a quién hacía referencia.

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Mank ahonda en la crítica no solo hacia Randolph Hearst, sino hacia la forma en que los ricos y poderosos manejan la política a su conveniencia. En el filme vemos como MGM, por encargo de Hearst, usa sus recursos cinematográficos para manipular la opinión popular contra un candidato de izquierda a la gobernación de California. Esto ocurrió en realidad y es prueba de que las ‘Fake News’ no son nada nuevo.

Vivir en esta realidad convirtió a Mankiewicz en un hombre que usa el sarcasmo como medio de defensa. Su ingenio lo llevó a formar parte del círculo interno de Hearst, pero solo para llenar el espacio de bufón de la corte. Mank es un personaje que llegamos a comprender y nos agrada pese a lo agresivo que puede ser, pero la película también comete algunos pecados a la hora de presentarlo. Sí, muchos artistas talentosos son problemáticos, pero eso no significa que el mundo tenga el deber de aguantarles actitudes desagradables solo porque son unos genios en lo que hacen.

Verán, él era alcohólico y la película romantiza esta condición. Nos muestra cómo la bebida se convierte en el combustible de su talento como guionista. Las personas a su alrededor no solo toleran sus malos hábitos, sino que lo alcahuetean. No hay una verdadera crítica hacia su dependencia del alcohol y los estragos que puede causar en la vida de una persona.

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Otro punto de contención para ciertos críticos es la representación de Orson Welles, la cual resulta bastante negativa para algunos. Aunque no se puede decir que sea un villano, su interés en “apropiarse” del trabajo de Mankiewicz y la presión que pone sobre él no arrojan buena luz sobre el ‘enfant terrible’ del cine. Es verdad que no estamos acostumbrados a verlo así en las obras que se han hecho sobre él y su trabajo.

De hecho, muchos de los eventos que muestra Mank, especialmente relacionados con la escritura de Ciudadano Kane, pueden ser ficticios. A pesar del tiempo que ha pasado desde que se estrenó, los críticos e historiadores todavía debaten qué tanto de la genialidad del filme se debe a Mankiewicz, no a Welles, y si este último de verdad tuvo una participación importante en la construcción del guión.

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Tampoco podemos decir que Mank sea una película que va a gustar a todos los públicos. Es altamente probable que muchos encuentren esta biografía aburrida e innecesariamente larga, sobre todo si no son conocedores de Ciudadano Kane y lo importante que es para el mundo del cine. La verdad es que este filme parece hecho para un público muy específico, los amantes del séptimo arte que idealizan una era de Hollywood que hoy parece perdida.

Curiosamente, esa es exactamente la demografía a la que pertenecen los miembros de la Academia que votan en los Premios Óscar. ¿Casualidad?

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