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¿Por qué hay que defender a Matrix Resurrections?

Con 'Matrix Resurrections', Lana Wachowski triunfó en su apuesta de todo o nada por hacer una cuarta parte de una de las trilogías definitivas del cine moderno. Esta es nuestra crítica sin spoilers.

Matrix resurrections pelicula 2021 poster critica
Matrix 4 Resurrecciones (Resurrections)- Película de 2021 (Poster oficial)
// Warner Bros

La cuarta parte de la saga Matrix se venía cocinando desde hace una década, más desde el lado del estudio Warner Bros –los dueños del billete– que de las hermanas Wachowski –creadoras y directoras de la trilogía–. Es decir, el interés comercial era tan preponderante, que incluso Warner consideró seguir adelante ordeñando esta vaca de ciencia ficción aún si las artífices del proyecto se hubieran negado a participar. Por eso, cuando en el 2019 finalmente se confirmó que The Matrix Resurrections era un hecho y que iba a estar dirigida y escrita por Lana Wachowski, había motivos de sobra para ir con escepticismo y desconfianza a las salas.

Por Juan Pablo Castiblanco Ricaurte // @KidCasti

Durante la década que Warner Bros empujó la idea de hacer una secuela al universo Matrix, varias posibilidades se barajaron y las Wachowski hábilmente evadieron las invitaciones. Nada extraño en este mundo de multiversos, adaptaciones, adaptaciones de la adaptación, y precuelas de la secuela.

Este modelo del cine (y series y todo lo que se pueda derivar) ha funcionado y ha arrojado resultados divertidos como la última entrega de Spider-Man o hasta la canónica Avengers: Infinity War. No por eso, sin embargo, hay que desconocer el insaciable interés comercial que hay detrás de estos intentos por maximizar ganancias, aún corriendo el peligro de desfigurar una idea u obra artística.

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El riesgo de Matrix 4

Temer que la cuarta parte de Matrix fuera un fracaso era un instinto guiado por las recientes deformaciones de relatos comoStar Wars o el universo DC (Superman, Batman, Flash, Mujer Maravilla y el equipo de villanos Suicide Squad).

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A este nuevo capítulo del mito mesiánico futurista del elegido luchando por la libertad de la raza humana ante la cruel dictadura de las máquinas no se sumaron dos de sus actores icónicos (Laurence Fishburne, Morfeo, ni Hugo Weaving, Smith), ni Lilly Wachowski, cocreadora y codirectora de la trilogía. ¿Problemas en el paraíso?

Arriesgarse a retomar dos décadas después una saga tan definitiva para la cinematografía contemporánea, que ha sido referenciada abundantemente desde la cultura pop hasta la filosofía, que inspiró toda una tendencia de disfraces de Halloween y hasta se convirtió en iconografía de locales de reparación de computadores, era una apuesta excesivamente arriesgada: el todo o nada de Lana Wachowski.

Lo mejor de The Matrix Resurrections

Lo mejor de The Matrix Resurrections es el reconocimiento de parte de la directora de este dilema y del contexto del que surge la película. ¿Dejar que Warner Bros sacara una cuarta parte cómo y con quién se les diera la gana o seguir resistiendo cuestionando el sistema dentro del sistema?

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En últimas, el gran legado de Matrix fue explicar pedagógica y ciberpunkeramente muchas teorías filosóficas sobre nuestra comprensión de la realidad y los filtros mediadores, y a la vez dejarnos la pesimista conclusión de que incluso la actitud y el pensamiento rebelde hacen parte del sistema criticado. Es decir, no hay escapatoria. El sistema ganó.

La gran victoria de Lana Wachowski es la forma en la que trata su trilogía de comienzos de siglo y la pone a dialogar con esta anhelada entrega. Su salida fue hacer una película que se burlara de sí misma, de los clichés que generó, de las expectativas, de la paradoja en la que se convirtió.

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No desamparó su creación para que otros la convirtieran en una pieza más de predecible ciencia ficción (el hombre vs. la máquina), pero tampoco dejó de hacer lo que se esperaba (el “bullet time” del que finamente se burlan dentro de la película).

Hizo una pieza de ciencia ficción / acción inteligente, inesperada, que retoma las preguntas sobre la realidad en la que vivimos, los sistemas que nos oprimen, pero a la vez cuestiona el hecho mismo de querer ser del montón que no quiere ser del montón. Algo similar a las geniales “metapelículas” (una película que habla sobre el problema de hacer una película o una obra de ficción) escritas por Charlie Kaufman El ladrón de orquídeas (2002) y Synechdoche, New York (2008).

Lo queer y lo trans en Matrix

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Luego de estas genialidades formales, hay que hablar también de otro elemento esencial de The Matrix Resurrections. Con el paso de los años, y gracias a algunas declaraciones de las Wachowski, Matrix también sumó el valor de ser una metáfora sobre el quiebre de las identidades de género binarias (hombre-mujer) para dar paso a lo queer y lo trans.

En las tres primeras películas este tema se camufló bajo la metáfora del lenguaje de programación, compuesto por ceros y unos, pero en esta entrega –y sobre todo en este momento histórico– la sugerencia de que huir de las estrechas formas de asumir nuestra identidad es el camino para salvar nuestro mundo adquiere aún más valor y vigencia.

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A comienzos de diciembre la vanguardista productora de música electrónica Arca presentaba cuatro discos cuyo eje era celebrar las formas de vida mutantes, queer y fluidas como una alternativa para salvarnos del momento violento y opresor en el que vivimos.

No es la primera persona trans que lo hace, pero la existencia de este tipo de personalidades, películas y productos culturales en el sistema de entretenimiento masivo son una apuesta política necesaria que les muestre a nuevas generaciones que, para huir del sistema, se necesitará un pensamiento diferente, rebelde y que dinamite las bases de lo que siempre se nos ha impuesto.

Algo así como huir de la Matrix por siempre y para siempre.

Vean el tráiler de Matrix Resurrections

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