La serie de ciencia ficción, creada por los hermanos Duffer, es el programa de Netflix más comentado del año. Les contamos por qué hay que ver sus ocho capítulos de inmediato.
Por: Lorena Machado Fiorillo // @lorenamafi
Para este momento, el que no sepa de la existencia de Stranger Things es porque ha estado sin conexión a Internet y sin ningún contacto humano en el último mes. Tras su estreno el 15 de julio, el éxito ha sido tal que las más de 15 cadenas de televisión que la rechazaron están mordiéndose las uñas (y el ego). Netflix, en cambio, la ha hecho de nuevo. Los hermanos Matt y Ross Duffer, sus creadores, lograron unir en un mismo programa algo del legado de Steven Spielberg, Stephen King, John Carpenter y George Lucas con una historia apasionante de niños luchando contra monstruos y miembros del gobierno. En Indiana de 1983, la desaparición de Will, un niño de 12 años, pondrá a todo el pueblo en su búsqueda y sus mejores amigos Mike, Lucas y Dustin se encontrarán con Eleven, una niña con poderes mentales que les irá trazando pistas del posible paradero de Will mientras los ilustra sobre la existencia de una realidad paralela.
Con apenas ocho capítulos, la primera temporada de Stranger Things dejó al público lo suficientemente enganchado para denominarla una de las mejores series del 2016. ¿Qué es lo que la ha hecho destacarse?
1) La ambientación
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Stranger Things es tan cuidadosa en sus detalles que el mismo opening ya establece una línea de lo que es la serie. La elección de la tipografía (ITC Benguiat) es casi que porno para los diseñadores gráficos: simple y memorable. Está inspirada en las portadas de los libros de Stephen King y en el trabajo del diseñador Richard Greenberg, quien se especializó en usar solo gráficos y se encargó de los intros de Los Goonies y Alien.
Ese espíritu demarcado en la introducción se sostiene a lo largo de los capítulos con una impecable selección de elementos que transporta a quienes vivieron en los 80 a esa época –como si fuera una máquina del tiempo– y a los demás los lleva a un universo congruente, donde nada sobra.
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Los hermanos Duffer han logrado retratar la atmósfera ochentera con teléfonos fijos de cables extralargos, bicicletas de BMX, walkie-talkies, peinados elevados, vestuarios cargados de colores primarios y posters de películas como Tiburón. Pero también han sabido crear suspenso por aquello que no se ve en pantalla y permanece en la oscuridad.
2) La música
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Kyle Dixon y Michael Stein de Survive, una banda de Austin, Texas, son los responsables de la música original de Stranger Things, que evoca las bandas sonoras de las películas de terror de John Carpenter. Los teclados sintetizadores usados en las escenas de suspenso le dan ese aire retro propio de los ochenta, refuerzan lo que está pasando en la historia y ubican al espectador con el lugar, el tiempo y el tono de la serie.
Además, The Clash, New Order, Joy Division, Toto y otras joyas musicales componen el resto del soundtrack de la primera temporada, donde Should I Stay or Should I Go ya es un himno.
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(Lea El soundtrack de Stranger things es todo lo que necesitamos)
3) Los niños
En Stranger Things los actores infantiles son igual de importantes a los actores adultos. El casting de Mike (Finn Wolfhard), Lucas (Caleb McLaughlin), Dustin (Gaten Matarazzo) y Eleven (Millie Bobby Brown) es de lo más acertado de esta producción, que los junta para encontrar a un amigo, proteger una niña que apenas pronuncia palabra y rescatar los valores de la amistad.
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El crédito va para la directora de casting, Carmen Cuba, quien les hizo audición a cerca de mil niños actores y escogió unos que no representaran los clichés de la televisión norteamericana sino que pudieran ser vulnerables y algo torpes.
Los hermanos Duffer fueron por Millie Bobby Brown luego de que Stephen King, uno de sus ídolos, escribiera en su Twitter: “Millie Brown, la niña de Intruders, es fenomenal. ¿Es mi imaginación, o los actores infantiles son mucho mejor de lo que solían ser?”. La niña, quien actúa desde los 7 años, demostró en las audiciones su talento y el aplauso más grande se lo llevó cuando aceptó raparse la cabeza luego de mostrarle una foto de Charlize Theron como Furiosa en Mad Max.
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4) El regreso de Winona Ryder
Si amaron a Winona Ryder en Beetlejuice, Edward Scissorhands o Drácula, y le perdonaron el mediático robo del 2001 que la alejó de las pantallas, les va a gustar en el papel de Joyce Byers, la madre del niño perdido, Will.
Ryder, a los 44 años, es completamente convincente en su interpretación de mamá soltera, nerviosa y mentalmente alterada. Aunque el personaje es algo repetitivo en su discurso, ella logra humanizarla y moverse en una paleta dramática en la que pasa de gritar “¡Mi hijo está perdido!” a descifrar mensajes ocultos en luces de Navidad.
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Escena favorita: Cuando Joyce está perturbada y coge un hacha como si fuera Jack Nicholson en El Resplandor.
5) La nostalgia
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Vivimos en la era de la nostalgia y cada episodio de Stranger Things cumple su cometido. Le habla a las generaciones que hacen quizzes como “¿qué personaje de Friends eres?”, esperan ansiosas la nueva temporada de Fuller House o Gilmore Girls y ven la última entrega de Los Cazafantasmas.
En este punto de remakes y reboots invadiendo las pantallas del cine y la televisión, es un alivio encontrar un contenido nuevo que le rinde homenaje a la cultura popular de los 80. Es la familiaridad con las referencias a E.T., Encuentros cercanos del tercer tipo, Alien, Los Goonies, Risky Business, A Nightmare on Elm Street, Poltergeist, entre otros, lo que genera un apego mayor con el guión y nos introduce en la fantasía.
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