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Jessica Jones: más que una simple superheroína

Desde el 14 de junio veremos su tercera temporada.

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Netflix

Cuando la serie Jessica Jones comenzó a emitirse en Netflix a finales de 2015, eran pocos los que habían oído hablar sobre este personaje por fuera de los círculos de aficionados a los cómics de Marvel. Ahora, a punto de comenzar la tercera temporada de la serie (llegará a Netflix el próximo 14 de junio), ella se ha convertido en uno de los personajes más queridos de esta franquicia. ¿Cómo un personaje tan diferente logró crear tanto impacto? Repasemos su historia para descubrirlo.

Por Julián Ramírez //@Sir_Laguna

A pesar de sus poderes, esta superheroína retirada y convertida en detective —interpretada por Krysten Ritter— simplemente no estaba hecha para unirse al mundo cinematográfico de Iron Man, Capitán América y los demás. Su historia no es apta para niños. Está llena de temas como abuso sexual, trauma psicológico, alcoholismo y hasta abuso infantil. Pero si una película ‘normal’ de superhéroes no podía manejarla, tal vez su propia serie en una plataforma como Netflix era lo adecuado. Esta popular aplicación de ‘streaming’ hizo un trato con Marvel para llevar algunos de sus personajes más ‘urbanos’ a la pantalla. El resultado fueron las series Daredevil, Luke Cage, Iron Fist, The Defenders, The Punisher y la mencionada Jessica Jones.

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En Netflix no había problema en presentar estas historias con un tono mucho más adulto, en las que el sexo y la violencia eran mostrados sin tapujos. Esto permitió adaptar adecuadamente Alias, el cómic de 2001 escrito por Brian Michael Bendis e ilustrado por Michael Gaydos en que apareció este personaje. Esta serie fue creada bajo la supervisión de Melissa Rosenberg, guionista de las películas de Crepúsculo y las primeras temporadas de Dexter.

Lo que hace diferente a Jessica de los demás superhéroes es que su historia comienza cuando su vida de superheroína ha llegado a su fin. Aunque la premisa de una detective privada con fuerza sobrehumana ya debería ser un gancho suficiente para atraer el público, Jessica Jones va mucho más allá. Ella es una persona rota. Algo terrible ocurrió en su pasado que la marcó para siempre, dejándola traumada y obligándola a recurrir al alcohol para soportar el día a día.

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El culpable de ello es uno de los villanos más intrigantes y crueles del universo Marvel: Zebediah Kilgrave, también conocido como ‘el hombre púrpura’.

Kilgrave tiene uno de los poderes más aterradores que podemos imaginar. Las personas que lo oyen están obligados a cumplir con sus órdenes, incluso si esta es acabar con sus propias vidas. Él encontró a Jessica cuando ella todavía luchaba en nombre de la justicia. Usó su poder para convertirla en su esclava sexual y guardaespaldas, arruinando su vida por completo.

Aunque Jessica logró librarse de la influencia de Kilgrave después de mucho tiempo, no pudo cargar con el peso de las cosas que hizo y le hicieron cuando estaba obligada a quedarse a su lado. Eso le generó un fuerte síndrome de estrés postraumático, depresión e incapacidad para relacionarse con los demás.

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La forma en que estos problemas son tratados en la serie, con seriedad y sin amarillismo, le valieron el reconocimiento y admiración de varias víctimas de violencia sexual y sobrevivientes de relaciones abusivas de la vida real que se vieron reflejadas en la protagonista. Aunque es una serie de acción, con constantes peleas y elementos fantásticos, Jessica Jones dedica un buen tiempo a explorar a su protagonista y la forma en que lidia con sus problemas psicológicos.

Pero no solo eso. También hace un excelente trabajo presentando a su villano. Kilgrave, magistralmente interpretado por David Tennant (Doctor Who), es la encarnación de los hombres que no toleran un mundo en que no pueden salirse con la suya. No es capaz de imaginar que sus deseos no sean inmediatamente cumplidos.  Esto lo convierte en un perfecto avatar de la masculinidad tóxica, esa que está convencida de que las mujeres y todo lo demás en el mundo está a su servicio.

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Jessica Jones también nos enseña que librarse del causante de nuestros males no nos va a curar mágicamente de los efectos de sus acciones. Que ya no pueda ser lastimada por Kilgrave no significa que los años de abuso van a desaparecer. Queda mucho trabajo por delante para que una mente tan lastimada pueda curarse.

La segunda temporada de la serie no fue tan alabada como la primera, pero sigue siendo una intrigante historia que escarba en temas tan espinosos como la relación con padres abusivos y la naturaleza de las adicciones. Igual que muchos otros héroes, Jessica tiene un origen trágico. Perdió a su familia en el mismo accidente que la dotó de superpoderes. Eso se ha convertido en parte de su trauma. Por eso, descubrir que posiblemente su madre aún se encuentra con vida se convierte en un punto de giro para ella.

Pero su mamá tiene sus propios problemas. El accidente la dotó de una fuerza sobrehumana aún mayor que la de su hija, pero no puede controlarla. Al enojarse se convierte en una fuerza asesina que pierde cualquier asomo de conciencia. Alisa Jones representa la familia que amamos pero es increíblemente dañina, lo que crea una relación muy compleja.

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Esta temporada también analiza el tema de la adicción mediante personajes secundarios como Malcom (Eka Darville) y Trish (Rachael Taylor). Estos son personas fundamentalmente buenas que por alguna razón sienten que deben llenar el hueco en sus vidas con drogas o sexo. Jeri Hogart (Carrie-Anne Moss) también tiene un impactante arco en que nos muestra los extremos a los que puede llegar alguien cuando ve acercarse la muerte.

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La tercera y última temporada de Jessica Jones, que llegará pronto a Netflix, nos mostrará cómo Jessica y su hermana adoptiva Trish deben reparar su relación para enfrentar a un psicópata dispuesto a arruinar su vida. No podemos esperar para ver que sorpresas nos traerán estos nuevos episodios.

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