Este 21 de septiembre, Día mundial contra el Alzheimer, será el estreno de Lázaro, un documental sobre el poder de los recuerdos. El filme podrá ser visto en la plataforma Mowies (la preventa disponible aquí ).
Lázaro, dirigida por José Alejandro González y producida por Paola Pérez Nieto, es el resultado de 10 años de grabación que empezaron con una llamada de Lázaro a su hijo, el director del documental. “Llevaba una vida fuera del país y no tenía intención de volver a vivir en Colombia. Yo ya había escuchado por parte de mis tías que mi padre tenía un problema con el lenguaje, nuestras llamadas cada vez eran más raras. Ese día él me dijo que teníamos que hablar, que tal vez era bueno si iba a visitarlo, sentí miedo en sus palabras, yo lo capté de inmediato”, dice José Alejandro.
José Alejandro grabó varios momentos junto a su padre para recordar momentos felices, pero nunca pensando en crear una película. “No teníamos tantos recuerdos del pasado, fue su enfermedad y ver el deterioro lo que me hizo acercarme con la cámara y hacer la película”, explica. Fue hasta el FICCI 57 (Festival Internacional de Cine Cartagena de Indias) cuando se reunió con la productora Paola Perez, y surgió la posibilidad de llevar la historia al cine.
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En Lázaro, José Alejandro cuenta la historia de su familia, desde el reencuentro de sus papás después de 18 años y la unión de todos en los últimos momentos junto a su padre. Igualmente destaca la importancia de los cuidadores no sólo para el paciente, sino también para el núcleo familiar, “Gladys, la enfermera, ella se volvió un ángel, fue impecable su manejo, también nos ayudó como familia porque tuvimos muchos momentos difíciles entre nosotros. Ella fue una especie de psicóloga y todo el amor que le dio a mi padre nos ayudó para curarnos”.
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José Alejandro aclara que Lázaro no es sólo una película que muestra cómo cambia la vida cuando se pasa por un tipo de enfermedad, es sobre la reconciliación familiar, “un ejemplo de eso es mi madre, ella es una mujer noble y amorosa, alguien fiel y fuerte, una gran mujer. La relación que tenía con mi papá era rarísima, pero unía a dos grandes seres humanos, aprendimos a vivir juntos”.
El final de las grabaciones se dio con la muerte de Lázaro el 17 de enero del año 2017. “Lo último que grabé fue un viaje a llevar sus cenizas a Pijao- Quindío, eso no quedó en la película pero fue parte del proceso”.
Lo más satisfactorio que le deja a José Alejandro el haber grabado durante tantos años a su padre y tener como resultado hoy una película es el mantener parte de una memoria como familia. “Fue mucho trabajo para llegar hasta aquí, si puedo llegar a sentir orgullo personal, además creo que la peli capta una realidad y comunica un mundo, eso es el cine para mi”.