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Litigante: una película para entender que la vida es hermosamente triste

Este jueves 21 de noviembre se estrena "Litigante", la nueva película de uno de los cineastas más sólidos en Colombia.

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Litigante

Aunque tiene la mala suerte de estrenar en el día de una de las movilizaciones civiles más importantes de los últimos tiempos en Colombia, Franco Lolli estrena su segunda y maravillosa película este 21 de noviembre. Luego de pasar con éxito por el Festival de Cannes 2019, Litigante llega a la cartelera nacional. ¡Vayan a verla!

Por Juan Pablo Castiblanco Ricaurte // @KidCasti

En Colombia se ha vuelto un lugar común, un horroroso cliché presente desde columnas de opinión hasta camisetas “buena onda”, hablar de que “los buenos somos más”. Afortunadamente el cine, entre varios ejemplos de obras artísticas, se ha encargado de desbaratar esta caricaturesca división demostrando la complejidad humana, donde el “malo” no lo es del todo y el “bueno” también carga acciones de odio, codicia y violencia: un ejercicio esclarecedor para desdibujar también otro cliché de nuestros días, la “polarización”.

A través de sus dos películas y un par de cortos, el colombiano Franco Lolli ha sabido demostrar y resaltar estos limbos morales. En el 2015, con Gente de bien, abrió la mirada sobre la discriminación entre clases sociales de una manera inocente, divertida y desparpajada, poniendo la historia desde el punto de vista de unos niños. Ahora, con Litigante (película que estuvo en la Semana de la Crítica en el Festival de Cannes 2019, evento en el que Lolli y su elenco aprovecharon para recordar el asesinato de líderes sociales en el tapete rojo), la historia habla de la inminencia de la muerte, de lo rápido que podemos pasar de ser víctimas a victimarios, y de las luchas que cada uno carga a diario.

Litigante es un nítido y preciso retrato de la cotidianidad y ese se ha vuelto un mérito de Franco Lolli, quien arma escenas tan creíbles y dolorosas que es inevitable sentirse identificado; puede ser con la agonía de un ser querido, puede ser por una pelea de pareja, puede ser por el agobio de sentir que todo está en contra. Para Lolli este es un elemento clave para el que incluso ya tiene métodos que le han sido útiles. Por ejemplo, a los actores –en su mayoría naturales en esta oportunidad– no les dio un guion completo sino una sinopsis general de la historia. Únicamente su protagonista, la escritora, docente y columnista Carolina Sanín, conocía en detalles los hechos; los demás recibían indicaciones sobre el comienzo, intermedio y fin de cada escena para decir en sus propias palabras lo que la escena requería. Si a Lolli no le gustaba alguna línea pedía la repetición. Además, las escenas fueron lo más verídicas posibles; una cena de amigos se siente cálida y entrañable porque los personajes se conocían de antemano, porque el director les permitió hablar de lo que quisieran, y porque comieron y bebieron como en una verdadera noche de amigos.

Gracias a esta verosimilitud, a la sinceridad de la historia, la película tiene unos personajes sólidos con los que es fácil identificarse y por los que se puede sufrir. Su protagonista, Silvia, es una abogada/madre/hija/novia que queda enredada en un caso de corrupción, mientras su mamá está padeciendo un cáncer, y además está comenzando un romance. Además de Silvia, las coprotagonistas son su mamá (Leticia Gómez, madre de Franco Lolli en la vida real) y su hermana (interpretada por la curadora de arte Alejandra Sarria); Lolli no solo se midió a contar una historia compleja y cotidiana, sino que también creó tres personajes femeninos de texturas completamente diferentes.

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Franco Lolli confiesa que "me daba miedo que a la película la criticaran por la visión de la mujer. Tengo un hater en Twitter que es muy bueno y que escribió una cosa muy chistosa: que en el 2014 Franco Lolli nos enseñó lo que es ser pobre y en el 2019 nos va a enseñar lo que es ser mujer. El tweet es bueno pero no trato de enseñarle nada a nadie y parto de una humildad de decir 'yo tampoco sé', voy a mostrar lo que veo, pero para hacerlo y no ver estúpidamente me rodeé de muchas mujeres. Carolina, Leticia y Alejandra, para empezar, las dos coguionistas –Marie Amachoukeli y Virginie Legeay–  son mujeres, así como la productora Sylvie Pialat. Es muy bonito que la única crítica que no he recibido y sé que no voy a recibir es sobre cómo represento a la mujer, porque lo hago desde un sitio donde les dejo a las actrices ser ellas mismas, representar a sus personajes desde su propia convicción del mundo".

La fuente de la inspiración para Lolli es parte de la clave para entender de dónde y cómo surge su cine. No se aferra a discursos o a historias, sino que deja que la vida lo vaya sorprendiendo a través de imágenes o momentos. Para Litigante una de las primeras luces fue una foto del álbum familiar donde vio a su mamá embarazada, con barriga gigante y cara feliz pero inquieta. Ahí nacieron las preguntas sobre la maternidad, el cáncer que su madre también había padecido, una relación que le salvó la vida porque estaba en una depresión, y la belleza en la adultez.

Lo valioso de cintas como Litigante es que permiten al espectador común y corriente, al citadino que va a las salas de cine a ver películas, encontrar relatos que le ayudan a hacerse preguntas sobre su cotidianidad; algo en lo que el cine gringo triunfa y que explica en parte por qué hay tanto desequilibrio en la acogida y el número de espectadores de cada lado.

En este punto de su corta carrera Lolli confirma ser un gran narrador de historias, lo cual no es poca cosa, pero sería bueno verlo tomar mayores riesgos visuales, narrativos o de puesta en escena. Por ahora Lolli tiene claro su método y afirma que no puede forzar algo que no siente: "el cine demasiado contemplativo me da un poco de pereza porque me aburro viéndolo yo. A mí me seducen más las caras, los cuerpos, la risa, los gritos. Voy haciendo lo que me va saliendo y gustando, no soy el mismo cineasta de Gente de bien, hay cosas comunes, pero esta es más precisa, colorida o hasta expresionista. En la próxima película tal vez haga escenas de sueños, en este guion tenía hasta cierto punto, pero al final las quité".

De todas formas con Litigante Lolli ratificó que es uno de los cineastas más interesantes que tiene Colombia hoy en día. Ojalá el gran Paro Nacional no afecte su tiempo en pantallas. 

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