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Vean la historia de Dick Verdult, el holandés leyenda de la cumbia experimental

Dick Verdult: artista, poeta del error y degenerador de la cumbia, protagoniza uno de nuestros documentales musicales recomendados del Festival In-Edit.

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Foto: Festival In-Edit

Dick Verdult: artista, poeta del error y degenerador de la cumbia, protagoniza uno de nuestros documentales musicales recomendados del Festival In-Edit: It is true but not here.

Por Fabián Páez López @Davidchaka

Dick Verdult, a quien conocemos en Latinoamérica como Dick el Demasiado, es el padre putativo de un género que él mismo bautizó como cumbia lunática. También es el papá de lo inesperado. De hecho, su vida ha sido atravesada por una serie de improbabilidades que para otro hubieran sido difíciles de masticar, pero que a él lo convirtieron en un poeta del error. Y su particular sensibilidad para distorsionar la cultura popular quedó capturada en un documental que está rodando por estos días en el festival In-Edit.

Se titula It is true but not here y es una notable introducción en el universo de significados ambiguos de Verdult (Vean acá la programación completa del festival). Sobre una narración muy natural, el director holandés Luuk Bowman puso una colección de muchos de los momentos que llevaron a Dick construirse como El Demasiado, como alguno de sus otros alter egos, como un veterano legendario del underground y como un atrevido científico que se atreve a transgredir la intocable figura de ‘lo popular’.

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Verdult nació en Holanda, pero por azar quedó atrapado en una especie de bombardeo multicultural. Vivió en Guatemala, África y en Argentina, donde se convirtió en el referente de la degradación experimental del género musical vernáculo de Colombia, la cumbia.

It is true but not here reúne momentos de la vida de Dick como expositor, como viajero, como músico, como creador de lo impensado y como persona. Es un perfil en el que Bowman, más que destapar una especie de “cara oculta” del personaje, multiplica las posibilidades de interpretar la degeneración del sonido y las culturas locales.

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Al ver la cinta, es inevitable pensar que Dick está loco. De hecho, recuerdo haberlo visto en Bogotá, en 2012, en la tarima de Latino Power, con su clásico disfraz de esqueleto, tocando canciones que parecían desvaríos bailables, y pensando lo mismo, lo inevitable: está loco. Así como es inevitable que a uno se le disparen en la cabeza muchos adjetivos que cuajan con sus creaciones: piezas esculturales salidas de un cúmulo de viejas chucherías; filmes visualmente imposibles; el libro de La lenta pero incesante degradación de las cumbias lunáticas; o sus bien conocidas cumbias experimentales, canciones deformadas hasta el absurdo y editadas por su propio sello, Tomenota Records.

Bien lo describe en el filme un periodista argentino en el documental: “Con resistir no es suficiente, hay que atacar, y esa me parece que es la táctica de Dick el Demasiado”.

 

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