Este lugar más que un bar es una guarida. Pareciera una buhardilla escondida. Es el acogedor espacio al que llegan muchos de los músicos que viven en esta ciudad y que disfrutan de una buena jammeada entre rockeros. Así fue la celebración de los 3 primeros años de vida del Drunken Fox en Bogotá. Muchos de los que cada semana llegan al lugar por un buen shot de Jack y por una selecta dosis de rock, desde el más clásico hasta el más actual, aterrizaron el día de la celebración porque algo especial iba a suceder ahí. Y así fue.
El Diamante Eléctrico, amigos de la casa, y una de las bandas que antes de ganarse un Grammy tocaba ahí por el simple gusto de subirse a la tarima y ver a los amigos corear sus canciones y también uno que otro cover, dio un show privado que más de un fanático envidiaría. Esa noche hubo quien dijo que el Drunken era como estar en uno de esos barcitos de Nashville, y otros confesaron las tusas de amor de las que se han liberado después de una buena noche de fiesta ahí. Larga vida Drunken Fox. Bogotá y la escena rockera de la ciudad necesitamos tu tarima. ¡Salud!
Fotos: Juan Zamara Perini @juanzperini
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