Entre el 6 y 11 de septiembre el Papa Francisco estará de gira en Colombia, visitando Bogotá, Medellín, Villavicencio y Cartagena. Como se trata del primer Papa que habla español, la fórmula del “confunde y reinarás” no nos sirve en esta ocasión. Para evitar hacer un oso monumental, con cuanta pendejada hemos llamado “colombianada” pero que es apenas el reencauche eterno de un mal gusto pintoresco.
Por Carmenza Zá @ZaCarmenza
Pese a que ya hay himno oficial para la visita, que incluye remix de Despacito y cuyo video tiene todos los lugares comunes posibles: curas abrazando niños, paseo por La Candelaria, banderas de Colombia pintadas en los cachetes, todavía tenemos oportunidad para no hacer demasiado el ridículo cuando la atención de todo el mundo esté puesta en este terruño amable llamado Colombia.
1. Aunque el papamóvil sea prueba de que el vaticano tampoco es lo más creativo poniendo nombres, intentemos esconder la escopetarra y el balígrafo cuando llegue Francisco. El juego de palabras no sólo es flojo, sino que ya es justo que César López se concentre en hacer música y no en explicarle a celebridades (como ya le pasó con el Dalai Lama) que no es un arma, sino un instrumento… o bueno, tal vez sí sea lo primero, pero convertido en segundo… aunque no haga música, ni dispare, ni nada, nada, nada.
2. Bloqueemos un ratico las redes de “Paz mi Pez” para que el Papa no crea que fue que nos cogimos de chiste esto del fin de la guerra, haciendo Paulo Coehladas virales, mientras el número de líderes sociales asesinados aumenta exponencialmente y todos comemos callados.
3. Evitemos que cualquier empresario paisa patente las hostias y luego sea imposible que alguien comulgue. La alternativa es llevar a la señora que le vendió obleas a Mick Jagger en la pasada gira de los Rolling Stones, que al menos ya tiene experiencia con famosos y cuerpos de Cristo.
4. Si a algún genio del mercadeo se le ocurre regalarle la camiseta de la selección Colombia al Papa, hagámosle creer que es un homenaje al color del vaticano y no que esa prenda licrada es el vestido típico nacional, usado indiscriminadamente para partidos de fútbol, jornadas electorales, paseos de ollas y hasta segundas venidas de Jesús.
5. Si a otro genio del mercadeo le parece adecuado regalarle una ruana a Francisco, intentemos que el que se la ponga no sea el mismo que vistió a Carlos Vives para que, por favor, se la ponga al derecho. (Sí, Carlitos Vives, yo te amo pero es que así es muy difícil defenderte).
6. Descartemos todo aquello que tenga que ver con un collar de arepas. Todo.
7. Pese a que el Papa va a pasar todas las noches en Bogotá, hagamos un comité para revocar a todos aquellos que se refieran a la capital como “la nevera”. No sólo porque el calentamiento global ha puesto hasta a las rolas a andar en vestido, sino porque es mañé, muy mañé.
8. Así nos de vergüenza, expliquémosle al Papa que cuando decimos que Popayán es "la Jerusalén de América", o que Bogotá fue "la Atenas suramericana", no es burla sino entusiasmo turístico por haber tenido negada la entrada a tantos países durante el auge del narcotráfico.
9. A propósito, hay que recordarle al Papa que el patrono de Colombia es San Luis Beltrán y no Pablo Escobar, así lo hagan parecer las camisetas, tatuajes y dichos del colombiano promedio.
10. Censuremos, no solo durante la visita del Papa sino de manera indefinida, cualquier referencia al 5-0 de Colombia vs Argentina.
11. Anunciémosle que, pese al adulterio que pueda significar, un montón de muchachitos nacidos de aquí y durante los próximos nueve meses, llevarán el nombre de Francisco… combinado con cualquier Onedolar, Usnavy, Jhorman o Carmenza.
12. Que lo del Padre Chucho entrando en burro a dar misa sea nuestro secreto, ¿todo bien?