Por: Alfred Lord. Fotos: Camila Diaz. Realización: William Romero. Los intentos de la organización por hacer sentir mejor a los periodistas a la llegada del Castillo Marroquín, luego de la cancelación de la rueda de prensa, se manifestaron en el recibimiento y la promesa de que Paris Hilton estaría en la alfombra roja. Pero cuando llegamos al tapete improvisado que nos esperaba, era imposible que no se armara un desorden a su arribo. Invitados, patos y un canal con la exclusiva de la entrevista, llenaron el tapete y los fotógrafos y cámaras se lanzaron como escena de paparazzi, con resultados negativos.
Una carpa a medio llenar y un show de dos horas con una verdadera celebridad en un tornamesa. Acompañada de dos robots, Dj Paris Hilton en realidad duraba más acomodándose el pelo y quitándose y poniéndose los audífonos, que pinchando. Una que otra palabra para prender la fiesta y mágicamente nos sentimos en un capítulo de 'My new BFF (My new best friend forever)'. La diva saltaba con estilo ayudada de visuales, chorros de humo y llamas, tocando un repertorio de canciones, todas hits de discotecas como: Get Lucky (Daft Punk), All of me (John Legend), Summer (Calvin Harris), Otherside (Red Hot Chilli Peppers), Satisfation (Benny Benassi).
Sin duda, lo valioso era que estábamos en una fiesta de Paris Hilton, sin importar nada más. Todo un acontecimiento que nos acercaba al mito y sobre todo a la devoción que genera en algunos el personaje, que luego del show necesito una gran barrera de seguridad, entre policías y casi toda la logística, para poder salir de la carpa hacia el vehículo que la llevaría al hotel.
Es Paris Hilton, por eso al final creó el revuelo, la expectativa, el fanatismo y la curiosidad que logra en todo el mundo. Ahora sólo queda esperar qué otra locura se le ocurre hacer o nuevo proyecto liderar.
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