Bailen, coman, comercien y comiencen el cambio: 5 proyectos para inspirarse

Marcela Aragón tiene 30 años. A los 6 le tocó huir de Papayal (una zona rural de Tumaco) hacia Tumaco porque sus padres tenían el sueño de que tendrían una mejor educación. Pero no todo fue color de rosa, ya que fueron víctimas de la violencia y el desplazamiento.

Sin embargo, con el pasar del tiempo Marcela volvió a Tumaco, luego de ser una activa líder social. Y volvió con todas las de la ley para convertirse en la directora de la Escuela Taller Tumaco: un proyecto respaldado por el Ministerio de Cultura que recupera o revitaliza el patrimonio cultural en el país a través de la formación de oficios tradicionales, se brindan becas a jóvenes en situación de vulnerabilidad y riesgo, víctimas de la violencia, desvinculados y madres cabeza de familia.

Sus estudios de periodismo le sirvieron para mucho más que hacer compilaciones de memes en momentos graciosos de la vida del país; más bien los usó como “una herramienta para lograr trabajar proyectos con un impacto social, ambiental y cultural, mirando a fondo las sensibilidades con comunidades vulnerables”, aseguró.

Marcela afirmó que su “motivación para trabajar por la comunidad afro nace en Bogotá cuando me llamaron para hacer parte una fundación que elaboraba proyectos para negros, afros e indígenas en situación de desplazamiento. Me gustó tanto que me enganché”.

Pero estas ideas no llegan de la nada, ni través de un video viral ni de una cadena de WhatsApp enviada por una tía. Para Marcela, una serie de proyectos inspiradores en los cuales participó, fueron definitivos para la creación de su propio fortín del cambio.

Con su ayuda creamos una lista de proyectos que han significado mucho para Marcela, que han tocado y ayudado a poblaciones negras, afro, jóvenes y adolescentes en problemas de vulnerabilidad. ¿Qué la marcó? Anoten para inspirarse.

Vamos a la plaza de mercado:

Este es un proyecto que se hizo en alianza con varias entidades y que se ejecutó en la ciudad de Bogotá. Empezó como un proyecto piloto para que en las plazas de mercado (20 de julio, Perseverancia, La Concordia y la Plaza del 12 de octubre), se pudieran capacitar a las cocineras en términos de la manipulación de alimentos, la presentación, la optimización del espacio sin perder el toque tradicional. Con el turismo se buscó hacer actividades enfocados en los viajeros con el fin de que visitaran las plazas de mercado. “Hoy me llena de orgullo que gracias a este proyecto se han definido rutas gastronómicas en las diferentes plazas de la ciudad”.

Proyecto de emprendimiento

Marcela estuvo vinculada como comunicadora y consultora de PABE (Programa de Aceleramiento de Bioempresas). Un proyecto que buscaba asesorar a través de iniciativas y temas que estuvieran trabajando con biocomercio como la recolección, el procesamiento, la transformación y comercialización de productos derivados de la biodiversidad como cosméticos, turismo sostenible, avistamiento de aves. “Diseñamos y creamos el concurso con el fin de que las empresas mejoraran sus ingresos, pudieran brindar más oportunidades de empleo y -a su vez. posicionar mejor su empresa en la ciudad donde estuvieran ubicado”.

Proyecto de resistencia a través del Consejo Comunitario La Nupa

Para Marcela fue un honor trabajar en este proyecto que nació como una iniciativa de la comunidad, el cual buscó luchar por espacios con el fin de obtener el título de propiedad colectiva que alberga -alrededor- de 120 familias afrocolombianas con más de 182 hectáreas. Aquí ella participó en “el proceso de sensibilización, de talleres, tuvimos un colectivo de abogados y contamos con la presencia de una persona que estaba liderando el proyecto: una tumaqueña que se ha convertido también en un gran referente para el Pacifico Nariñense Daira Elsa Quiñones, una mujer empoderada”. Además, al lado de ella, Marcela fundó AMDAE (Asociación Mutual para el Desarrollo de la Afrocolombianidad y el Empresarismo).

Instrumentos musicales y recuperación de tradiciones a través de Luthier Colombianos

Se trató de un proyecto del cual Marcela se siente “muy orgullosa porque buscó hacer una investigación relacionada con los elementos musicales, tradicionales que estuvieran en desuso o en vía de extinción”.

Durante este proyecto se priorizaron algunos municipios y departamentos de varias partes del país; durante este proceso se logró identificar asociaciones y grupos que estaban trabajando con instrumentos que quedaron en el olvido.

“El principal objetivo era generar conciencia acerca de esto y lograr que la gente los retomara”, afirmó Marcela emocionada. Además, de recuperar estas tradiciones se consiguió implementar una plataforma para comercializar los instrumentos y apoyar a los fabricantes de estos instrumentos. El proyecto se trabajó en convenio con Colciencias y el Ministerio de Cultura y lo ejecutó la Escuela Taller de Bogotá.