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De cómo dos pornstars delataron el voto de muchos colombianos en elecciones

Mia Khalifa y "El niño polla", dos estrellas del porno, son a la vez memes y el reflejo de la política en Colombia

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Twitter

El 27 de mayo Colombia votó en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. La campaña, además de ser la primera en muchos años que se ha podido hacer en paz, sin estar rodeada de noticias de secuestros o amenazas de combate, fue tal vez en la que más se usó de internet en toda nuestra historia democrática. Había chispa, memes, tuits y caricaturas muy finas. Uno podía ver cómo durante los debates, o en el mismo cubrimiento de la jornada electoral, los noticieros de los principales medios le dedicaban buen rato al monitoreo de la actividad en redes. Los perfiles parodia de Petro y De la Calle en Twitter les sumaron buenos votos; y el crecimiento de la ola verde de Fajardo, que se disparó en los últimos días antes de ir a votar, se pudo rastrear muy bien en Twitter y Facebook.  Fue una avalancha de memes caricaturescos, panfletarios, graciosos, propagandísticos y, desde luego, mentirosos.

(Vea también: 6 razones por las que los memes serán clave en estas elecciones)

Claro, la mentira en línea era de esperarse. El mundo recién se chocó con el escándalo de Cambridge Analytica, un robo de información masivo que tuvo mucho que ver en la victoria de Trump en Estados Unidos; patrocinada, según dicen, por Rusia. En la versión criolla del tire y afloje político, el miedo y la información engañosa también han sido constantes, no solo en internet. El mejor ejemplo es el imaginario terror al castrochavismo, o las cadenas con información engañosa que mandan las tías por WhatsApp. Por eso pudo parecer normal que durante las elecciones nos encontramos con toneladas de noticias e información falsa que rayó con lo ridículo y lo absurdo. Unas de las más llamativas tenían como protagonistas al “Niño polla” y a unas de las tetas más preciadas de internet. O mejor: a Jordi El Niño Polla y Mia Khalifa, dos estrellas porno consagradas. Los dotes de estos personajes fueron reformulado, versionados y acomodados al antojo del candidato de quien hizo los memes.  

A estas alturas es difícil rastrearlos, pero si navegaron por Twitter durante los últimos días seguro vieron cosas como estas:

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La primera, una foto de una de las actrices porno más buscadas en Pornhub, Mia Khalifa, con una bata blanca y gafas en la que le atribuyen estudios y voto para un candidato; la segunda, una foto de Jordi, “el niño polla”, otro de los nombres más buscados del porno, vestido como nerd a sus 13 años y acompañado de una leyenda donde decía que descubrió la cura del H1N1 y que estudió en Harvard. Eran imágenes sarcásticas para quienes lo entendían y lo replicaban por una complicidad humorística, pero para los que en serio querían validar sus candidatos, o su voto, era una prueba más de corrección.

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Detrás del chiste, casi siempre hay una verdad enclosetada, y lo que pasó con estas dos imágenes es una metáfora perfecta de cómo vota mucha gente en Colombia, el lugar donde la mujer que renunció a su candidatura un mes antes de las elecciones obtuvo 22.000 votos.

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Vestir a cualquier personaje como “gente de bien”, atribuirle títulos y ponerle una coqueta bata blanca de científico, lo dota de validez. Una validez muy similar a la que compró Iván Duque en la peluquería, en un envase de tinte blanco; o a la del maquillaje que utilizó Peñalosa, para decorar sus títulos en Francia y ser candidato a la alcaldía de Bogotá.

Poco importan las propuestas o las ideas de los candidatos en el universo meme. Para efectos electorales, una imagen viral funciona como contenedor maestro: de la corrección o la aversión por algo o alguien. Sin fondo, sin ideas, sin contexto. El debate virtual por los candidatos se reduce muchas veces a un juego de buenas pintas, de caras lindas o de poses de corrección política, así en el fondo todo se reduzca a cómo uno penetra al otro.

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