Con el lema de el juego nunca termina, la marca deportiva vuelve a sorprendernos enfrentando a dos legendarios del fútbol: Zidane y Beckham, con las nuevas estrellas Gareth Bale y Lucas Moura.
La historia comienza cuando Beckham reta a Bale y Moura a soltar la consola y a jugar fútbol real. A partir de ahí convierten la casa del inglés en un campo de fútbol, haciendo jugadas espectaculares y fanfarroneando con el balón, como era de esperarse, destruyendo lamparas y trofeos en el proceso.
La conclusión: la pasión del fútbol es lo primero.