El Crimen del siglo, novela de Miguel Torres, narra las situaciones que llevaron a Juan Roa Sierra, presunto asesino de Jorge Eliécer Gaitán, a cometer el magnicidio que cambió la historia política del país en el siglo XX.
Esta novela es llevada a las tablas por su mismo autor. La obra, apuesta del Teatro Colón y el Ministerio de Cultura, no intenta resaltar el personaje de Roa Sierra, ni liberarlo de la culpa, busca ahondar en su vida para identificar todas las situaciones que lo llevaron a ser el instrumento de este asesinato.
Hablamos con el director, Miguel Torres, acerca de la obra, la violencia colombiana, y tomamos algunas frases clave de sus personajes.
¿Cuál fue el reto más grande de llevar El Crimen del siglo a las tablas?
Me metí en la grande. Yo había hecho eso con otro tipo de autores novelistas: García Márquez, Orwell, Kafka y estoy sufriendo en carne propia mi atrevimiento porque creo que es la experiencia más difícil que he tenido. Convertir una novela en una obra de teatro es una transformación fascinante pero muy pedregosa y complicada y lo he sufrido durante los últimos cuatro meses. Sin embargo, el salto es muy lindo y estoy muy contento de haberlo hecho.
¿Por qué cree que a la gente le apasiona tanto las historias de los asesinos?
La historia ha hecho un gran mito del asesinato, el arte también ha contribuido un poco a eso. Shakespeare, por ejemplo, creo que debió haber sido una especie de psicótico, en todas sus obras mataba un montón de gente. En el fondo lo que pasa es que los autores, como mucha gente, sentimos deseos de matar a alguien por rabia, o por determinadas circunstancias pero nunca llegamos allá, hay una franja moral que nos lo impide, entonces utilizamos a los personajes para hacer las cosas que no nos atrevemos a hacer, como matar, reclamar, gritar contra el poder, contra la injusticia, contra la iniquidad, contra la corrupción, cosas que por lo general no podemos hacer en la vida porque no tenemos los medios, ni los micrófonos. Entonces tomamos la vocería de mucha gente que no tiene estos medios, las asumimos y las damos en nuestros personajes de las novelas o de las obras de teatro.
Después de 70 años de este crimen, ¿Cómo ve la situación política y social de Colombia?
Yo diría que está peor: tenemos la violencia de las autodefensas, de la misma guerrilla y del Estado. La corrupción nunca había sido tan alta, y la impunidad cubre todos los hechos que han enlutado a este país. El Palacio de Justicia, por ejemplo: el Estado hizo la retoma, entonces hagámosle, porque cualquier general dice que todo está permitido.
Fotos: Jonathan Edery
Los personajes y sus frases memorables.
Juan Roa Sierra (Julián Román)
“Solo tengo que hacer la vida y solo tengo que seguir.”
Encarnación Sierra (Carmenza Gómez)
“Yo lo único que sé, es que ya la plata no me alcanza para nada.”
El Ayudante (Diego León Hoyos)
“Si seguimos dependiendo de usted Roa Sierra, ese negro va a llegar primero a la presidencia.”
María de Jesús (Isabel Gaona)
“Usted cree que el general Santander, dado el caso de que esa vaina de la reencarnación exista, iba ser tan majadero en venir a reencarnar en un pobre diablo como usted.”
El Loco (Elkín Díaz)
“Un buen fierro no debe valer menos de cien pesos, si se consigue.”
Luis / Rafael (Lucho Velasco)
“Mientras usted le siga poniendo la plata en la mano, él no va a mover un dedo para conseguir trabajo, de eso puede estar segura."
El Mandamás (Ramsés Ramos)
“Trato es trato ya sabe, aquí tengo la plata.”
Urrutia (Humberto Dorado)
“Tienes que esperar a alguien en una esquina con el motor encendido, pero tendrás que estar muy tranquilo y no perder la paciencia.”
El pote (Ulises González)
“Sabe cuándo se acaba esta vaina, el día que alguien con las "güevas" bien puestas, mande a matar a ese negro presumido.”
Umland (Joe Broderick)
“Esos grandes destinos, de los que usted habla, no aparecen en las líneas de sus manos.”
Lozano (Jorge Herrera)
“O es que cree que los muertos se van a despertar cuando oigan el balazo.”
Tom (Anton Tarasov)
“La operación se realizará muy pronto, en ese sentido no sobra decirle que usted debe seguir guardando silencio en forma indefinida, y le aconsejo que lo haga, ¿estamos?.”
Narrador (Diego Trujillo)
“La noche del jueves ocho de abril envuelven las sombras a un país convulsionado por la violencia, devastado por las furias de la intolerancia irracional y sumido en el caos, propiciado por la política oficial y oscura y tenebrosas fuerzas guiadas por odios irreconciliables.”