Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

El ritual de meterse un huevo en la vagina

Hágase un favor, cómprese un huevo Yoni.

610815_Getty.
Getty.
Bill Pugliano/Getty Images

Curiosamente la primera en hablarme de los huevos de obsidiana fue una rola que conozco que trabaja con energías femeninas y vainas de sanación. Me vendió el asunto como lo último en guarachas para limpiar el historial energético sexual y yo, que rara vez me niego a ensayar alguna vaina nueva, le pedí que me guiara en el asunto.

“Toca hablar con la chica que los consigue y encargárselos porque en Colombia no los venden”, me desinfló la misma que me había animado. En mi siguiente viaje a Nueva York me metí a buscar el tal huevo y me encontré con que en Estados Unidos habían un montón de proveedores y que también la mayoría de los sex shops los vendían. Me compré un set de en la página de una señora que los fabricaba artesanalmente y me puse manos a la obra, sin más guía que los artículos que encontré en Google.

Por: Trilce Ortiz

¿Qué son los huevos yoni?

Publicidad

En Sanskrit, el lenguaje filosófico del hinduismo, yoni se refiere a la vulva y la vagina. Es decir son huevos diseñados para que las chicas nos los metamos en la cuca. En la China imperial de hace 4.000 años se conocían como huevos de jade, porque sólo se hacían de esta roca, que era carísima y sólo la podía comprar la realeza. Las emperatrices y concubinas usaban los huevos para, básicamente, tener ganas de sexo todo el tiempo. Han pasado par siglos desde aquel entonces y ahora hay huevos yoni de distintos cristales y rocas para distintos propósitos: cuarzo rosa para aumentar el amor propio, lapislázuli para la fuerza interior y obsidiana para “borrar” el historial energético sexual y sanar cosas más fuertes, como los abortos.

¿Cómo se usan?

Publicidad

Ya con el set de tres huevos en mis manos, descarté el pequeño -más o menos del tamaño de un tampón súper, y que es recomendado para chicas más avanzadas-, y el grande -que me pareció monstruoso- y me quedé con el mediano -recomendado para mujeres que como yo, no han tenido hijos-.

Todas las páginas hippies que consulté hablaban de la importancia de cargar el huevo antes de usarlo, así que hice un par de los rituales: lo sumergí en agua con sal marina, le froté pétalos de rosa y lo puse una noche fuera de mi ventana a absorber luz de luna. Obviamente después de toda esa joda lo herví para esterilizarlo. Aclaro que aunque no existan pruebas científicas detrás de la efectividad de los cristales, la energía lunar y demás jodas mal llamadas “Nueva Era” a mí me atraen un montón y creo en su eficacia.

Manos a la obra, la primera noche me metí el huevo y me acosté a dormir. Se supone que debía dejármelo dentro hasta que se saliera solito, pero a la media noche me despertó la sensación terrorífica de que se me quemaban las entrañas y aunque intente calmarme, finalmente terminé sacándome el huevo. Cabe aclarar que nada se me estaba quemando realmente, no tenía una infección rara ni una reacción alérgica. Era puro movimiento energético.

Consulté con la rola que me dijo que para comenzar lo usara unas pocas horas al día, pero esa noche me lo volví a poner y me dormí. Tuve sueños extraños, fuertísimos, pero a nivel físico todo bien. Para sorpresa mía a la mañana siguiente pasó lo que me había explicado ella, sentí que iba a “hacer popó por delante” y el huevo salió solito. Lo usé por 7 noches seguidas, hasta que se despejaron las pesadillas y me sentí energéticamente más limpia y no lo he vuelto a usar, porque ahora tengo pareja estable.

Publicidad

A una chica caleña que se quejaba de tener la libido baja después de tener a su hijo, le recomendé que usara el huevo de jade, el mismo que usaba la realeza china. Le expliqué cómo cargarlo y le dije que lo usara 7 noches seguidas, o lo que el huevo se demorara en salir por sí mismo. Muy contenta me contó tres meses después que el huevo la tenía súper arrecha y le había salvado el matrimonio. ¿Efecto placebo? De pronto, pero para la finalidad dio exactamente lo mismo.

Ejercicios Kegel

Publicidad

En un par de páginas que consulté recomendaban el huevo como herramienta para ejercitar y fortalecer la pared pélvica, así que también me puse en esa labor. Decidí comprarme el set de cuarzo transparente, que es una piedra de balance, energía y luz, y comencé mis ejercicios Kegel con el de tamaño mediado. Ahora que ya soy más avanzada uso el huevo pequeño, mantenerlo dentro durante los ejercicios es asunto medio titánico. ¿Para qué carajos sirve ejercitar la pared pélvica? Ayudan a evitar que seas una viejita con incontinencia, a que tengas un parto más suave -si decides ser mamá- y sobretodo da orgasmos mucho más deli.

¿Cómo escoger el huevo correcto?

Como regla general el de tamaño mediano le funciona a todos los tamaños de cucas, sin embargo yo recomiendo comprar el set de tres y ensayar.

Hay la opción de comprar los huevos con un huequito en la punta de donde se amarra una cuerda o nylon. Hay mujeres que se sienten más frescas con esta alternativa, pensando que el huevo puede terminar desaparecido en el universo de sus vaginas -cosa que no es posible, pero bueno-. Los míos tenían cuerda pero se las terminé quitando. El hueco es un poco complejo de lavar y me gusta la idea de que el huevo se salga solito cuando haya terminado su tarea.

Publicidad

La piedra o cristal que elijan dependerá enteramente del propósito que quieras alcanzar. Lo mejor es o informarse súper bien o pedir guía a alguien que sepa. A veces lo que se quiere no es lo que se necesita, por ejemplo, puedes pensar que el problema es de libido y gastarte tu plata en un huevo de jade, cuando en realidad el asunto es que estás mamada del mal polvo que es tu pareja.

  • Publicidad