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Estamos mamados del matoneo político en las redes

Llegó el momento donde le podemos hacer pistola a la política tradicional, mañosa y tramposa.

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Si últimamente usted ha sido víctima de algún insulto solo por dar a conocer una postura política, emitir alguna opinión o peor aún por hablar de las elecciones que se avecinan, estas palabras son para usted.

Por: Jennifer Gómez // @Jennifer_Blanc4

Ante tanta propaganda y estrategias pre-electorales (unas muy sucias) se ha vuelto una bomba de tiempo hablar de política en Colombia. ¿Qué carajos nos está pasando? ¿Será que caímos en ese juego maquiavélico que se hace cada vez que hay elecciones para beneficiar a un bando o al otro? ¿Será que muchos de los ciudadanos van a seguir votando por lo que escucharon del político que mejor o peor va en las encuestas? ¿Será que nos seguimos dejando llevar por las cadenas de WhatsApp, los memes y videos que nos encontramos diariamente en las redes sociales?

En tiempos de guerra política no se salva absolutamente nadie de las agresiones verbales y escritas que vemos en Facebook, Twitter y hasta Instagram. Ninguna tiene una razón de ser porque no hay un debate en torno a determinado evento político y lo único que realmente vemos es un montón de personas peleando sin argumentos, sólo porque no pueden convencer al otro de votar por su candidato favorito.

En estas fechas cualquiera es susceptible de perder amigos, ser bloqueado de algún grupo de WhatsApp o ganarse tremendo insulto en su perfil de Facebook por que sí. Se ha vuelto un peligro tener una opinión diferente o una postura política crítica ante algún suceso o estar en desacuerdo con algún candidato a la presidencia. Estamos votando visceralmente por un candidato del que ni siquiera conocemos un plan político; como ciudadanos nos interesa más ver cómo se insulta Petro con Peñalosa, Uribe con Santos, las enormes protestas por la campaña de Timochenko a la presidencia o si Ordóñez nos va a volver católicos ortodoxos, antes que mirar cuáles son los planes de gobierno de todos los candidatos a la presidencia.

Lo más triste es que acá gana el más polémico, el que propine el mejor insulto en los debates a la presidencia o el que más desprestigie a su oponente. Sí así de mal estamos, es muy probable que en las próximas elecciones muchos voten por el candidato al que más memes le hicieron, o por el que le dio por darle en la jeta a su escolta, antes que por el que traiga un verdadero cambio social que beneficie a todos los ciudadanos.

Y como soy una persona soñadora y con algo de esperanza en la humanidad y en una nueva generación de colombianos que no van a caer en el mismo juego político de siempre, les pido el favor que, aunque sea por una vez, no le sigan la cuerda a la política tradicional colombiana de la que tenemos muy claro no queda nada bueno. Más bien leamos los planes de gobierno y las propuestas de los candidatos; quién sabe y a lo mejor esos que no suenan mucho tienen mejores ideas, jóvenes, y renovadoras. Pensemos en un mejor país para todos, uno en el que no excluyamos al otro por sus ideas, sino que esas ideas nos sirvan para construir de verdad una nueva Colombia que quiere dejar atrás los antiguos rudimentos de la corrupción, el juego sucio y los favores políticos. Atrevámonos a darle una cachetada a las maquinarias políticas tradicionales leyendo más, viendo los debates (no los insultos, sino las propuestas) de los candidatos y démosle a este país una gran lección de lo que es un verdadero cambio.

Por primera vez dejemos de agredirnos en las redes. Seamos mucho más inteligentes y analíticos y no nos dejemos llevar por opiniones superficiales y contenidos virales que lo único que logran es encender la hoguera. Recuerden, “divide y vencerás”; más bien investiguemos más sobre los candidatos, sus cargos anteriores, lo bueno y malo que hicieron, qué tan transparentes son y sobre todo si hicieron una buena gestión.

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