Keith Richards: la verdad sobre una de sus anécdotas más recordadas

Keith Richards, guitarrista de The Rolling Stones, es una verdadera leyenda de la música. Así como es sinónimo de rock n roll, también ha protagonizado anécdotas e historias locas y arriesgadas. Una vez recibió un puño en la cara de Chuck Berry. ¿La razón? Se encontraron tras bambalinas y Berry le advirtió que no tocara su guitarra, a lo que Richards no hizo caso.

En otra oportunidad, casi incendia la mansión Playboy en una fiesta en 1972 mientras se drogaba en el baño con el saxofonista Bobby Keys. Se dice también que tenía una gran habilidad para pasar mucho tiempo sin dormir y su récord fue de 9 días, en 1978.

Sin duda, una de sus anécdotas más locas es la que afirma que inhaló las cenizas de su padre. El músico dijo en una entrevista con NME: “¿Lo más raro que he intentado inhalar? A mi padre. Inhalé a mi padre. Mi padre fue cremado y no pude aguantar las ganas de mezclarlo con algo de cocaína. A mí padre no le habría importado. Funcionó muy bien y sigo vivo" Bert, padre de Richards, falleció en 2002 a los 84 años.

Después de que la entrevista fue publicada, el manager del músico afirmó que la declaración fue hecha en broma y Richards afirmó que lo que dijo fue sacado de contexto. Sin embargo, Richards se refirió al hecho en Life, su autobiografía: “Mientras abría la caja, una delgada capa de cenizas llegó a la mesa. No podía simplemente barrerlo, así que pasé mis dedos por encima e inhalé el residuo”. Richards añadió que sembró un roble y arrojó allí los restos de su padre.

Richards se refirió nuevamente a la historia en 2015 y le dijo al tabloide británico Daily Mirror que quiere que sus hijas Alexandra y Theodora lo inhalen a él, “les daré un pitillo”, afirmó el músico.