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La ciencia explica por qué los hombres están obsesionados con ver tetas

La ciencia explica la razón por la que no puede solo mirar a los ojos.

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Foto: Gettyimages

La publicidad ha exprimido, de paso reforzando uno que otro estereotipo, la obsesión de los hombres por ver tetas. O bueno, ha explotado nuestros deseos de muchas formas para que consumamos, incluyendo esos anuncios que sin importar si ofrecen un carro, una cerveza o un jarabe para la tos, vienen con mujeres con escotes pronunciados.

Según un informe publicado en el portal del diario británico Mirror, en el que consultan a sexólogos, antropólogos y psicólogos, hay muchas razones que justifican ese incontrolable y a veces incómodo impulso de mirar los pechos de las mujeres

  1. Signo de fecundidad y fertilidad

Según los psicólogos evolutivos, fueron primero las nalgas redondeadas de las mujeres las que evolucionaron para proporcionar un indicativo visual de la juventud y la fertilidad, esto se debe a que el estrógeno fomenta el almacenamiento de grasa en las nalgas, caderas y muslos. Al respecto, el sexólogo Alfred Kind complementa que la atracción por los senos se debe a su similitud con las nalgas. Este impulso, probablemente, se desarrolló alrededor del tiempo en que los seres humanos comenzaron a tener relaciones sexuales cara a cara.

  1. Vínculo con la lactancia materna

Puede sonar aterrador, pero si aceptamos la teoría es cierto: siempre que miramos al escote de una mujer o agarramos o lamemos sus senos durante el sexo, nuestro inconsciente está pensando en mamá.

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Cuando un bebé es amamantado por su madre, la oxitocina (la hormona del abrazo) se libera de la glándula pituitaria posterior, lo que lleva a ambos participantes a enamorarse el uno del otro y, por lo tanto, a generar lazos de por vida. Algo similar sucede durante el sexo: una ola de oxitocina que hace que los amantes sientan una profunda unión.

Otro efecto hormonal de la lactancia es una sensación de relajación profunda, incluso somnolencia, similar al resplandor post-orgásmico.

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  1. Todo el tiempo nos recuerdan que somos humanos

El pecho humano es único entre las especies de mamíferos. Las mujeres son las únicas hembras cuyos senos crecen durante la pubertad y no solo durante el embarazo. Los senos también varían en tamaño de una semana a otra, gracias a la producción de estrógeno y progesterona durante el ciclo menstrual. Así que son útiles para la reproducción de nuestra especie.
 

 

 

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