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Las dificultades de ir a un Mundial

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Tras la razón social de “periodista freelance” Zableh es un enfermo por el fútbol y una de las plumas más cáusticas de nuestro país. Sígalo también en la cuenta de los datos más desacertados del fútbol mundial, @misterzableh.

Por: Zableh - @misterzableh. / Shock Limited - Foto: AFP

Hay gente que abre la boca cuando digo que voy a ir a cubrir como periodista el mundial de Brasil. Me envidian, y otros me odiarán en silencio. Es muy rico ir a un Mundial. Rico que le paguen a uno por ver en vivo lo que otros verán por televisión. Y rico también viajar y conocer, pero por cada placer hay un problema, y yo, que voy para mi cuarto Mundial, les aseguro que no hay nada de glamuroso en cubrir uno. El primero, en 2002, me tocó informarlo desde Bogotá a punta de televisión porque no había plata para ir a Japón. Fue un mes de vivir de noche, con la frustración de estar viendo a lo lejos lo que quería tener cerca.

A los de 2006 y 2010 sí asistí y fui feliz. Con la acreditación de la FIFA uno tiene el derecho de ver un partido al día, pero antes está la angustia de la financiación. Ir a un Mundial no es barato, así uno vaya a cubrirlo. Hay que buscar el mecenas que dé el dinero suficiente y en muchos casos, si uno no es Carlos Antonio Vélez, el dinero que dan para el viaje no alcanza para todo. Luego, toca armar el viaje por cuenta propia. Ir a un Mundial es comer mal y dormir peor. En 2010 vi a un periodista dormir en un sofá porque un cuarto de hotel no bajaba de 200 dólares. Y para un oficio que paga tan mal como este, eso es una fortuna.

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A mí no me ha ido tan mal, pero me ha tocado pasar tres noches sin dormir; mamarme de pie un recorrido de 500 kilómetros en un tren; que me robaran el GPS del carro; comer McDonalds dos veces al día porque el tiempo y la plata no alcanzan y gorrear internet para enviar los artículos. Y todo eso, mientras los que me contratan en Colombia presionan para que mande los informes como si hubieran dado plata para hospedarme en el Ritz de París.

Si la cosa fuera ir a ver partidos, luego irse de fiesta y de ahí a dormir, listo. Pero salvo los hinchas, en un Mundial los únicos que la pasan bueno son los dirigentes de la FIFA, los de las federaciones y los periodistas estrella, que van con el paquete VIP platino todo incluido.

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Los demás, los que hacemos esto por gusto, nos comemos un cable. Además, uno no se acuerda de nada. Hace poco me hablaron del Estados Unidos vs. Ghana de 2010 y no supe decir cuánto habían quedado. Consulté en internet y recordé que yo había ido a ese partido.

Y eso pasa porque cuando uno va al Mundial, los días son iguales, todo se vuelve parte del mismo mazacote de recuerdos. También por andar en esto de los mundiales puedo decir que he ido a los sitios, pero que no conozco mucho. Fui a Alemania, pero no me pregunten por Múnich. .Que Ciudad del Cabo es una de las ciudades más bonitas que hay? No sabría decirles. Tampoco esperen que les cuente de las playas de Río de Janeiro, porque ni las pisaré. Aun así, no me compadezcan, que en un Mundial se pasa bueno pese
a todo. Más bien envídienme.

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