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No más prejuicios con la ropa de personajes noventeros

Si pensaba que eran "ñeras", espere a ver cuánto pueden llegar a costar.

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Snapback Vintage (Instagram)

La nostalgia de ver a Bugs Bunny, el Pato Lucas y el demonio de Tasmania se lleva en prendas más conocidas como "ropa vieja guardia", un manifiesto de la cultura juvenil

Por Jorge Asmar // @mantramental

Desde el inicio de los tiempos las prendas de vestir han sido un acto de revolución, un vestuario que informa a qué clan se pertenece, un manifiesto en contra o a favor de algo, es poner en términos textiles las tendencias y los pensamientos que se llevan. La falda como icono de la mujer, las botas como apoyo al obrero, ahora las gorras de los Looney Tunes como aprecio a la nostalgia de los programas de los 90.

Estas prendas que seguramente usted ha visto y erróneamente asocia con vándalos, tienen toda una dinámica de compra digital, un alto valor coleccionable y es posible pagar hasta $500.000 por una gorra que sea de Bugs Bunny con el uniforme de los Lakers de la NBA.

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Estas prendas conocidas como “vieja guardia”, es posible conseguirlas en grupos de Facebook y cuentas de Instagram que se enfocan en vender e intercambiar esta ropa. Estos coleccionistas manejan un léxico clave para entender quién es conocedor: “techo” es gorra, “chompo” es chaqueta, “cambio firme” es un negocio serio y “sin menosprecios” es que no se aceptan ofertas ridículas.

La ropa vieja guardia según Brayan Moreno, vendedor en Instagram de estas prendas, llegó a Colombia en los años 90 a través de personas de clase alta que para demostrar sus viajes al exterior, más exactamente a Estados Unidos, traían esta ropa como símbolo de su conocimiento sobre el mercado y los manifiestos del Tío Sam. Con el tiempo perdió su validez y fue donada a tiendas de segunda mano.

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Alejandro Martínez, CM de la cuenta de Instagram SnapBack Vintage.co, también explica otras influencias: “mi gusto por este tipo de ropa nace por la influencia y la huella que ha dejado en mí la generación de los 90, por sus géneros musicales, por los programas de televisión y por la copia de culturas como la estadounidense, en donde sin darnos cuenta los vemos superiores y queremos parecernos a ellos”.

La mayoría de estas prendas usan los personajes de los Looney Tunes (Bugs Bunny, el pato Lucas, Sam Bigotes, el Demonio de Tasmania, etc). Esta fijación nace por ser una audiencia que creció con estos dibujos animados. El Maestro en Artes plásticas Jorge Luís Serrano denomina a esta generación como empoderados, quienes a través de un imaginario colectivo usan los productos para manifestar su cultura, estos personajes animados les permite hacer adaptaciones de la cotidianidad de su entorno usando.

El icono bordado también influye en el valor de estas prendas, es una de las características esenciales en esta indumentaria, genera un estilo más clásico y le da más valor. Ropa que perdura con el tiempo gracias a su confección.

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Instagram con sus hashtags #viejaguardia, #viejaescuela o #snapvintage, ayudan a que se puedan hacer negocios desde cualquier parte del mundo. Facebook tiene grupos como Solo gorras clásicas y Gorras vieja juardia Chompos y demás compuestos hasta por 40.000 seguidores que reúnen en un solo punto compradores, vendedores, ladrones y verdaderos coleccionistas.

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Para reconocer los reales coleccionistas y entender quiénes son sus clientes, Alejandro me dice que son personas entre los 15 y 30 años, que visten ancho, por lo general su música preferida es el rap o los géneros urbanos y usan un “léxico particular”. Alejandro es consciente que al juntar estas características y el vivir en una sociedad llena de prejuicios, se llega a la conclusión que quienes usan ropa vieja guardia son denominados ñeros. Lo mismo piensa Brayan: “la sociedad tiene el referente que lo vieja guardia es para los ñeros, y uno va y mira y sí, por culpa de unos cuantos nos meten a todos en esa colada”. 

Pero no todos los coleccionistas son así.También es común ver personas de 40 a 60 años usar estas prendas, y que se alejan totalmente de este estereotipo, tan solo les gusta la calidad de la indumentaria.

Para dar con ese “techo horrendo” es necesario ser sagaz en los negocios, existe el trueque (cambio por cambio y encimar dinero) o la compra, que es dar solamente dinero. Luego se pacta un punto de encuentro intermedio entre el comprador y el vendedor, para así identificar el interés de ambas partes, como me explica Brayan Moreno. "En esto cualquiera puede ser ladrón, uno tiene que estar presto a que pase cualquier cosa... uno nunca sabe si está tratando con gente seria y de palabra o con puros niñitos”.

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Como cualquier negocio, los amigos de lo ajeno siempre están atentos para hacer sus jugadas sucias, pero desafortunadamente el estigma social relaciona las prendas vieja guardia con los ladrones, tal vez porque los medios de comunicación nos enseñan que lo diferente es malo, o que lo pobre es peligroso, o peor, que quienes pertenecen a estratos socioeconómicos bajos no pueden acceder a ropa exclusiva y costosa.

Pues la ropa vieja guardia ha llegado para quebrar un prejuicio, como lo hicieron las botas Dr. Martens, que pasaron de ser zapatos de obreros a ser exclusivos, o las chamarras de cuero, antes relacionadas con las pandillas de motociclistas a ser pieza clave en el outfit de cualquier persona. La moda es cíclica y la prendas de estos personajes que algunos consideran "ñeras", ya están en las principales tiendas y pasarelas

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