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No tengan miedo de jugar en fácil: Guía para nuevos gamers

Atrás el mito de que si no juega en lo más difícil no es un "verdadero" gamer.

635301_God of War // Sony Computer Entertainment
God of War // Sony Computer Entertainment

Bienvenidos de nuevo a la Guía para nuevos Gamers. En el pasado ya les contamos cómo elegir una consola y juegos adecuados para ustedes, probablemente ya estén disfrutando de algunos de ellos. Pero ha llegado la hora de hablar de un tema que puede ser un poco más delicado y que puede hacer que muchos pierdan interés en este medio: la dificultad.

Por Julián Ramírez //@sirlaguna

Como medio interactivo, los videojuegos pueden darse el lujo de poner obstáculos a las personas que los juegan, algo que no pueden hacer tan fácilmente la literatura o el cine. En cierta forma, el poder experimentar el desarrollo de un videojuego es una recompensa a la habilidad del jugador, y eso es algo que se presta para contar historias y presentar aventuras únicas, pero también puede alienar a una audiencia que no sea capaz de “superar esa prueba”.

Es verdad que los videojuegos pueden ser una buena fuente de reto y hay quienes disfrutan de ello. Superar un escenario tras perder repetidamente en el o derrotar un jefe tras horas de intentarlo pueden ser experiencias bastante satisfactorias. A causa de esto se ha creado una especie de “fetichización” a la dificultad; un cierto sector de la comunidad ha decidido que solo aquellos capaces de terminar los juegos más difíciles son “verdaderos gamers” y que los juegos fáciles, que permiten reducir la dificultad, o aquellos que carecen de obstáculos “no son verdaderos videojuegos”.

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Pero eso es absolutamente falso.

Los videojuegos son para todos, incluso para quienes nunca han tomado un control para jugar antes. Esto es algo que las empresas de videojuegos tienen cada vez más presente y ya es común que estos presenten opciones para adaptarse a las habilidades de cada jugador.

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Como se dijo en un anterior artículo, quienes llevamos años jugando tenemos la ventaja de habernos acostumbrado paulatinamente a la evolución de las mecánicas y controles. Quienes prueban un videojuego por primera vez pueden confundirse por la cantidad de botones a utilizar o por el movimiento en un entorno tridimensional. Y eso está bien, podemos tomarnos las cosas con calma y afortunadamente los juegos de hoy en día lo permiten.

Obviamente hablamos de las opciones para elegir dificultad. Desde hace varias generaciones los videojuegos suelen permitirnos jugar en modalidad Fácil, Normal y Difícil (y en ocasiones, en Muy Fácil y Muy Difícil). Dependiendo el juego, una dificultad menor puede traducirse en menos enemigos, que estos causen menos daño, que nuestra vida se agote más lentamente o incluso la eliminación de mecánicas completas, como límites de tiempo.

La mayoría de gente juega en la dificultad “Normal” cuando le presentan la posibilidad de elegir. Esta suele ser la opción por defecto y por lo tanto se espera de ella un reto balanceado: no tan difícil como para frustrarse ni tan fácil como para no encontrar obstáculos. Pero esto no será adecuado para todos. Jugar algo por primera vez puede llegar a ser un poco abrumador y hacerlo en “Fácil” puede ayudar a que el jugador se enfoque en conocer los sistemas de juego sin preocuparse mucho por los obstáculos en el camino. En todo caso, son cada vez más los juegos que permiten cambiar la dificultad en cualquier momento sin importar que tanto lo has jugado. Así, si sienten que una sección se está complicando, pueden bajarla, o subirla cuando quieran sentir un reto mayor, en caso de desear tal cosa.

Los mismos juegos de Nintendo nos ofrecen su ayuda para completar un nivel: son varios los juegos de Super Mario en los que se nos da la oportunidad de obtener un item que nos permitirá pasar fácilmente el nivel si morimos muchas veces en el mismo nivel. Incluso juegos hardcore, como los God of War de PlayStation 3, nos ofrecen la posibilidad de bajar la dificultad en ciertas partes. Otros, como Resident Evil 4, lo hacen sin siquiera preguntarlo.

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Hoy en día, la selección de dificultad se ha vuelto aún más especializada. Juegos modernos como Prey, Horizon: Zero Dawn o el más reciente God of War tienen la opción de jugar en “Modo Historia”. Esto alude al hecho de que son cada vez más los gamers interesados en disfrutar de las narrativas de estos juegos, explorar sus mundos e interactuar con sus entornos sin el estrés de combates difíciles o acertijos que los detengan.

Y si juegan en PC ni siquiera están limitados por la decisión de los creadores del juego de implementar uno de estos modos. Existen creadores de mods no oficiales (modificaciones  creadas por fanáticos) que permiten jugar en ambientes sin estrés o incluso remover por completo a los enemigos incluso en juegos definidos por su dificultad como puede ser Dark Souls o Alien: Isolation. Algo perfecto para quienes simplemente quieren explorar.

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Existe el famoso caso de Soma, un juego independiente de ciencia ficción creado por Frictional Games cuya intrigante historia era interrumpida por tensas escenas en las que debíamos ocultarnos de seres monstruosos. Muchos consideraron que estos momentos eran bastante tediosos y que rompían con el ritmo de investigación del juego. Un mod creado por un fan para remover los enemigos se convirtió en uno de los más descargados para el juego y eventualmente, los mismos creadores se dieron cuenta de lo que pedía el público e implementaron un modo en que las criaturas no atacan al protagonista.

Pero a veces la respuesta a las necesidades de los jugadores no se presentan en una sola opción. Juegos independientes como Celeste (el cual se encuentra en nuestra lista de 20 juegos indie que tienen que jugar) o Way of the Passive Fist han “dividido” varias de sus mecánicas para que podamos configurarlas como deseemos. En el primero podemos reducir la velocidad del juego, ganar resistencia infinita, volvernos completamente invencibles o incluso saltarnos capítulos enteros del juego si no somos capaces de superarlos; mientras que el segundo permite personalizar elementos tan precisos como la fuerza de los enemigos, la frecuencia de los combates y hasta la facilidad para encontrar checkpoints a los que regresar si perdemos una vida. De esta forma podemos hacer los cambios con la precisión que queramos para que la dificultad no nos arruine la diversión.

Y esto no solo ocurre con los juegos “indie”. El nuevo Shadow of the Tomb Raider permite ajustar por separado la dificultad de la exploración, los acertijos y el combate. Estas opciones alterarán la facilidad para encontrar el camino en los escenarios y las pistas que nos da el juego para encontrarlo, el tiempo límite para resolver los puzles y la inteligencia de los enemigos. El próximo juego de la saga Assassin’s Creed hará algo parecido, permitiendo que los jugadores decidan si el juego indica la ubicación del próximo objetivo o si queremos buscarla por nosotros mismos siguiendo las pistas que se nos dan.

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Ya lo saben. No importa lo que digan los autodenominados “verdaderos gamers” en Internet: los videojuegos están hechos para todo el mundo y cada vez se adaptan más a las necesidades de jugadores principiantes o de aquellos que no quieren dedicar demasiado tiempo a convertirse en “expertos”. Bien puedan, escojan un juego, sin ninguna pena elijan la dificultad más sencilla ¡y disfrútenlo!

A menos que ese juego sea Dark Souls. Solo jueguen Dark Souls si son masoquistas.

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