Simon(e) J. Paetau regresa al Ciclo Rosa con el estreno de su videoinstalación Mojana, junto a Nadia Granados. La obra se creó entre Bogotá y Puerto Colombia.
En el 2018 Simon(e) Paetau y Thaïs Guisasola presentaron El susurro del Jaguar, una película que les mereció un premio India Catalina en la categoría de Mejor director.
Parece que las duplas funcionan muy bien para los artistas, así lo confirma Nadia: “Comenzamos a trabajar porque vivimos juntes, me gusta trabajar con mis amigos, Simon(e) es cineasta entonces era maravilloso hacer una película, le dije: "¿por qué no nos ponemos a jugar y vemos que sacamos?".
Sin pensarlo, algunas situaciones se dieron para llegar a este corto documental. Simon(e) estaba en el Festival de Cine de Cartagena cuando empezó la pandemia, le tocó quedarse 4 meses y se fue para Puerto Colombia. Nadia estaba en Bogotá, su comunicación era constante, entre este intercambio de ideas, había un pescado y un vestido hecho por hojas de palma, así se empezó a construir la historia de Mojana.
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“Cuando estaba sola en la casa empecé a trabajar con un pescado un día, me llamaba la atención el pescado muerto y le mandé unas imágenes a Simon(e), le dije: porque no seguimos trabajando en nuestro proyecto, entonces él hizo este vestido con unas ramas y me lo mandó, parecía una sirena, una cola de pescado, hice un dibujo donde él era una sirena, el hizo esa imagen en el mar y empezamos a jugar” cuenta Nadia.
La Mojana se une a las leyendas y mitos que existen en la tradición colombiana: la Patasola, la Llorona o la Viuda negra, mujeres que han sido representadas como seres castigados por personificar pasiones, emociones y diferencias. “Puerto Colombia fue uno de los mayores puertos donde llegó la migración a Colombia, tuve incidentes transfóbicos en el pueblo, pero también en otros espacios. Se nos reveló hablar de esas violencias hacia sujetos, criaturas femeninas que siempre son castigadas. La Mojana y la Patasola son sexualmente muy atractivas, crean tanto deseo en los hombres, tanta pasión que tienen que ser castigadas al final. En nuestra cultura está muy arraigado castigar al sujeto femenino” afirma Simon(e).
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Simon(e) desde El susurro del Jaguar presentó la naturalidad que existe entre el ecosistema y las identidades queer, no binarias que se les ha negado un espacio o que se encuentran en espacios hostiles, en áreas rurales. Pero en su obra se muestra una lectura apropiada de estos lugares donde naturalmente fluyen.
El pescado que también protagoniza este corto representa, un ser que se compra y se vende, un cadáver, un objeto experimental que les permitió jugar con la historia. “Yo produje lo del pescado, escaneé el pescado y se lo mandé, para que se volviera otro pescado que flotara en el agua, una cosa que se vuelve basura y no tiene durabilidad, pero también es la foto del pescado, jugar con los archivos con ese asunto de lo que es representado y lo que va a desaparecer. Eso me parece interesante, trabajar con el tiempo en cine y video, la manipulación que puede haber de la imagen después de haber hecho el performance en vivo, un cuerpo que "performa", pero luego está la manipulación de ese cuerpo y del envío de archivos y el diálogo alrededor del proceso. Cuando él regresó a Bogotá no seguimos trabajando el proyecto, la filmación final que hay en la calle, la hicimos la madrugada que viajaba a Berlín” afirma Nadia.
Nadia y Simon(e) pertenecen a la generación del cine experimental, no solo se salen de la norma patriarcal de hacerlo sino que improvisan con lo que hay, con la escases que tienen las disidencias.
“El cine experimental que viene del cine feminista, el cine hecho por las maricas y disidencias es un cine que desobedece la norma de cómo producir y hacer cine con grandes presupuestos. Estamos hablando de nosotros mismos, con nuestros propios cuerpos, con materiales muy precarios, y eso tiene que ver con las disidencias sexuales que aparecemos también en el mundo del arte, para hacer las cosas de otra manera y de una manera más distorsionada, extraña. El tema aparece con esta vulnerabilidad de un cuerpo que se puede exponer a la muerte por simplemente expresar su sexualidad y feminidad como le viene en gana. De hecho, en la misma filmación, Simon(e) se estaba exponiendo, estaba en tanga en la mitad de la calle , puede que no te pase nada, pero puede pasar, él recibió amenazas en la costa de un señor que estaba viviendo al lado, de eso empieza a hablar la película” concluye Nadia.
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Las obras de Simon(e) son un diálogo inspirado en varias prácticas artísticas impulsadas dentro de la cultura popular, pero resaltando siempre la cultura queer y cuestionando las divisiones que hay en el arte patriarcal. Sus trabajos colectivos contribuyen a crear espacios antes impensados para el arte.
“El arte forma un movimiento cultural y político en Colombia que es muy interesante y único que no veo en otros lugares de esa forma, ni siquiera en mi otra casa, Berlín (soy colombo alemán). Estamos en un momento extremadamente llamativo, la juventud está tomando los espacios de la calle y los espacios artísticos, que son los que realmente me interesan, ahí es donde pasan cosas interesantes”, concluye Simon(e).
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Este videoinstalación estará del 4 al 26 de septiembre, con fechas de visita guiadapor los artistas.
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