Su nombre técnico es toxina botulínica, pero es más conocida en el bajo y alto mundo de la estética como Botox y las inyecciones de esta sustancia han sido el regalo más preciado de las personas que han encontrado en el paso de los años un enemigo a muerte. Cada año su uso se convierte más popular y hay muchos que reniegan porque no está entre los productos básicos de la canasta familiar.
Con este elixir inyectado, aquel que ya esté cruzando el límite de los años consigue que esas fastidiosas arrugas desaparezcan momentáneamente, hasta una nueva dosis y así sucesivamente hasta quedar en un ser deforme y totalmente incapacitado para mostrar cualquier clase de emoción.
Actrices, actores y en general personalidades que están en el ojo de la opinión pública y que han sido usuarios empiezan a mostrar como su uso excesivo puede ser un arma de doble filo. Por eso actrices como Courtney Cox (Mónica en Friends) que abusaron del botox, decidieron hablar abiertamente del tema y alertar a los usuarios y el peligro del proceso.
Pero realmente el problema no es el del botox, al final de cuentas es de la sociedad y la imposición del pensamiento que dice a toda costa que envejecer está mal, que hay que apenarse de las arrugas, que la mujer que no se pinta sus canas está descuidada y que entre más años, importas menos.
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Tori Spelling, la actriz que se hizo famosa por interpretar a Donna en Beverly Hills, volvió a poner el tema sobre la mesa tras sus últimas publicaciones en redes sociales donde es evidente su adicción al botox.
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Courtney Cox
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Meg Ryan
Goldie Hawn
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Jocelyn Wildenstein
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