Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Un canto al agua con Héctor Buitrago desde el Río Bogotá

Celebramos el Día Mundial del Agua con cantos y ofrendas, visitando un río enfermo junto al miembro de Los Aterciopelado, Héctor Buitrago

598612_Foto: Fox Ph
Foto: Fox Ph

A la misma hora, las 12 del mediodía, en al menos 400 latitudes diferentes, se reunieron grupos de personas de todo el mundo para dedicarle cantos al agua. En un ritual colectivo que conecta con un mismo pensamiento puntos distantes de la tierra, se celebró el Día Mundial del Agua. A nosotros, el llamado nos llevó a la cuenca del río Bogotá.

Acompañados de algunos miembros de la entidad encargada de recuperar el río, la CAR (Corporaciones Autónomas Regionales), y el grupo Canto Al Agua, en el que participa el músico Héctor Buitrago (Aterciopelados), navegamos por el que, por lo menos hace unos ocho años, era un caudal intransitable.  

Héctor y, por supuesto, la gente de la CAR, fueron testigos del cambio. Ambos contaron que si no fuera por los grandes esfuerzos que se han hecho para recuperar algunos tramos del Río Bogotá, la historia que nos reunió en esta fecha hubiera sido diferente. Esta vez no necesitamos cascos, ni tapabocas. Podíamos respirar. Algo impensable tiempo atrás, pues hubiera significado una infección respiratoria por inhalación de gases tóxicos.

El mismo trayecto del río que antes emitía olores insoportables hoy está viendo renacer la vegetación en sus bordes. Aunque allí nos reunimos, todavía, a navegar por agua enferma; por un recorrido en el que vimos desde bolsas de leche hasta neveras de icopor flotando en la superficie. Por entre las certeras huellas de la contaminación provocada por las ciudades.

Publicidad

El ritual colectivo se inició minutos antes del mediodía, con las palabras de Héctor: “El río está enfermo, vinimos a visitarlo”. Él y sus compañeros de la organización Canto al Agua oficiaron de guías ceremoniales.

Héctor explicó cómo, inspirados en los escritos del médico alternativo japonés Masaru Emoto, se ha tratado de explicar con algunos experimentos el efecto que tienen los cantos, “lo bonito” y las buenas intenciones sobre el entorno.

Publicidad

Emoto, de hecho, realizó un famoso experimento en el que expuso dos cristales de agua congelada a diferentes estímulos sonoros: uno de ellos música de Bethoveen, el otro al Heavy Metal. Según dicen, el cristal expuesto a la música clásica tuvo una forma más equilibrada geométricamente que la otra muestra.

Para Hèctor la voz también tiene un propósito y un efecto contundente. Y era esa voz la que entonaron en el Día Mundial del Agua. Acompañados de las vibraciones de un tambo de cuarzo, palosanto, cantos recargados de buena energía y la presencia de un líder de la comunidad Muisca le hicimos, entre todos, una ofrenda a ese recurso maltratado.

Si el ritual tiene efectos reales o no, no se sabe. Pero de que algo estamos haciendo mal al relacionarnos con la naturaleza, algo estamos haciendo mal. De pronto, porque siempre la vemos de lejos. O porque poco visitamos a los enfermos como el Río Bogotá. 

  • Publicidad